Para EL CLUB DEL ROCK – TIM DRAKE
Decía el buen Bukowski, desde sus demoníacos escritos, que “El amor es un perro infernal”. Un perro que ladra y también muerde, que es capaz de contagiarse de bichos y rabia, que hurga en cualquier basurero y sabe aceptar los apapachos. Los amores perros ladran pero no muerden.
El tema viene a que navegando en el mundo de YouTube, me encontré con el video de los Café Tacvba, el de “Amores Perros”, realizado por el mismísimo González Iñárritu, obviamente también encargado del filme del mismo nombre. No sé si en aquellos días Iñárritu apeló más a la popularidad de la banda o a la “genialidad” de la banda originaria de Satélite, Estado de México, para darle promoción a su película.
Café Tacvba, que sin ser un grupo deslumbrante (para algunos), en ese entonces y ahora, al menos procura no conformarse con lo conseguido o con sus pequeños grandes triunfos, siempre busca algo diferente, aunque sea cambiarle el seudónimo cada dos meses al vocalista, pero hace algo diferente, cosa que deberían aprenderle otras bandas que siguen cantando lo mismo y no salen de un su mismo círculo vicioso.
En fin, el video fue hecho fortaleciendo los existencialismos que aborda la película, a fuerza de ver a los integrantes de Café Tacvba en la encarnación de las pasiones de la jungla urbana del apocalíptico Distrito Federal. Todo reconstruye segmentos de la película, desconozco también si sea con tintes de glorificar un producto del mismo creador, con simples tintes de marketing o mágicas coincidencias. Ahí vemos a los Café Tacvba “sufriendo” los terrores y dramáticos casos arrabaleros en una casa de esas de interés social, tipo Infonavit. El drama suburbano de dudosa moralidad digno de presentarse en un programa como Laura de América o algo así. La intención de González Iñárritu de dar clases de moral a pecadores y pecadoras que no terminan por renunciar a las tentaciones del chamuco, lo traslada de la pantalla grande al video que seguramente pasaba en MTV o Telehit.
El video se perpetró de forma tan precisa que manifiesta como el director conoce el negocio, la técnica y que los protagonistas están al tanto de las urgencias del público. Sin embargo, también elabora una radiografía de los excesos por querer retratar un México de sus zonas oscuras, profundas, arrabaleras y hasta de lo “naco”.