Para Pancho, mi padre.
Alguna vez etiquetado como un peligro para la sociedad, las buenas costumbres y todo lo bueno en el mundo, Keith Richards, el mítico guitarrista de “la banda más peligrosa del mundo”, resulta ser uno de los motivos por los que The Rolling Stones es una de las bandas pioneras y más grandes en la cultura popular.
Escribo esto porque deambulando por las redes sociales, encontré una nota donde destacaba las cinco razones por las cuales no perderse a Los Stones los próximos 14 y 17 de marzo en la ciudad de México. Obviamente hablaba de la jerarquía de la banda, el espectáculo de primer nivel y quizá lo más alarmante, que esta sea la última vez que veremos a Mick y compañía. Pero el tercer punto estaba enfocado al guitarrista que le sirvió de inspiración al actor norteamericano, Johnny Depp para crear a uno de sus personajes más reconocidos, el Capitán Jack Sparrow.
Efectivamente, Keith en su juventud pasó por diferentes etapas de rebeldía (como cualquier persona común y corriente), como todo buen rockstar, ha probado todo tipo de sustancia tóxica, bebido infinidad de botellas con contenidos embriagantes, acción con muchas mujeres, pisado casi todo el mundo y tocado su guitarra ante miles de personas en sus más de 50 años de carrera. Pero esto no tiene nada que ver con que Keith sea todo un personaje.
Richards nació el 18 de diciembre de 1943 en Dartford, Kent, en Inglaterra. Único primogénito del matrimonio de Doris Dupree y Herbert Richards. Un hogar modesto pero trabajador. Fue la familia de su madre la culpable de inculcarle a Keith ese gusto por la música. Augustus Dupree, su abuelo; fue quien de cierta manera lo inclinó a que escogiera la guitarra como su instrumento principal, éste en sus tiempos de juventud tuvo una banda de Jazz, Gus Dupree and his Boys. Pero Doris fue quien le enseñó el camino que con el tiempo lo llevaría a formar a Los Stones.
Según el documental, Keith Richards: Under The Influence, dirigido por el ganador del Premio Oscar Morgan Neville (A 20 pasos de la fama, Best of Enemies, Johnny Cash’s America), estrenado el 18 de septiembre de 2015 a través de Netflix, desde niño Richards estuvo expuesto a artistas como Bille Holiday, Louis Armstrong, Billy Eckstine, Fats Domino, Django Reinhardt, Chuck Berry, Muddy Waters (quien lo llevó a conocer a Mick Jagger), Elvis, entre muchos otros, fueron los factores que forjaron al músico que conocemos hoy en día.
A lo largo de todo el documental, el mismo Keith nos cuenta cómo el Jazz, Blues y el Rhythm and Blues influenciaron su estilo y los primeros discos de Los Stones (el 12 X 5 es muy bueno). Quizá la banda de chicos ingleses no sonaba como Muddy Waters, pero sí ayudaron a que todo ese movimiento de música y cultura afroamericana se consolidara. En lo personal creo que es una de las mejores etapas de la banda.
Volviendo al documental, Richards también deja ver su fascinación por la vida y cultura de los Estados Unidos así como su amor por la música Country (obviamente Johnny Cash es uno de sus héroes) y el Reggae (también Bob Marley tiene mucho que ver). Esto es comprensible, ya que él y el resto de sus bandmates crecieron en la Inglaterra de la post guerra. Un panorama nada alentador. Keith habla mucho de esto en su autobiografía titulada Life (la cual aún no termino de leer). Esta mezcolanza de géneros musicales es evidente en su último disco como solista, Crosseyed Heart.
Si el documental de por sí ya es genial, la autobiografía es aún mejor, las anécdotas de su infancia y con The Rolling Stones dejan un gran sabor de boca, si son fans, ya se podrán imaginar. Así que por eso ya no les hablaré de ninguno de los dos, evitemos más spoilers, léanlo y véanlo en Netflix.
Keith Richards es uno de esos músicos que tienen que ver en vivo, si no han tenido la oportunidad es una de esas obligaciones que tienen que experimentar en la vida. No por nada Tom Waits y hasta el mismísimo Muddy Waters se cuadran ante él. No por el status que tiene o por ser mundialmente conocido, es por la persona inigualable que es. Por eso siempre tiene su propio set en los conciertos de Los Stones, bueno también era darle chance a Mick de que tome aire.
Mis tíos (los culpables de mi amor por The Rolling Stones), quienes envidiablemente han visto a la banda en más de una ocasión, contaban infinidad de cosas del grupo. Lo locos desenfrenados que eran, que viajaban en avión desnudos con sus groupies, la enorme serpiente que lanzaba fuego en el escenario, que Mick tiene una condición física increíble, que Charlie es el mejor músico de la banda, Ronnie andaba imparable, pero nunca olvidaré lo que mi tío Ferus me contó de Keith.
Según él, esa noche muchas de las ovaciones eran robadas por el guitarrista. Hacia mucho frío y el buen Keith sólo usaba como abrigo una playera sin mangas. Alguien del escenario se preocupó de la salud del señor y sin más ni más le arrojó su chamarra de cuero al escenario. Lejos de molestarse, Keith la alzó, sonrió, agradeció y se la puso. La usó el resto del concierto y se fue con ella. ¿A qué grado de fanatismo puede llegar alguien para regalarle su chamarra de cuero? Pero mejor aún, ¿a qué grado de humildad está Keith como para aceptarla?
Keith Richards es un gran guitarrista o por lo menos así lo califica la historia, pero sobretodo una gran persona, lejos del rockstar que llegó a ser o de la fama que se carga. Es alguien único en la vida, es como el tío viejo, rockero y buena onda de la familia que te hipnotiza con sus historias, que te enseña la vida a través de sus ojos.
Al momento de escribir estas líneas, quedan sólo cuatro fechas del America Latina Olé Tour 2016. Bogotá, Colombia 10 de marzo en el estadio El Campin. Ciudad de México 14 y 17 de marzo en el Foro Sol. Y marzo 25 en Ciudad Deportiva en La Habana, Cuba; presentándose completamente gratis. No sabemos si esta sea la última gira de Los Stones, pero es muy probable que sí sea la última en Latinoamérica.
Desgraciadamente nadie es eterno, este 2016 nos lo ha enseñado en apenas unos meses quitándonos a muchas leyendas musicales. The Rolling Stones es una, o quizá la única banda pionera del Rock que sigue vigente y casi completa. Un grupo que es de los últimos vestigios de una época dorada en la historia musical y que nos rige hasta estos días.
Keith Richards tiene mucho que ver con todo eso, si ya han tenido la oportunidad de verlo a él y a la banda en vivo saben de lo que hablo, si no lo han vivido, no sé qué es lo que esperan… Keith tiene una frase que, por acontecimientos algo turbios me llegó mucho, es al principio del documental:
“I always thought 30 was about it, beyond that it’d be horrible to be alive. Until I got to be 31… then life ain’t so shabby, you know? I’ll hang in a while…”.
Nos vemos la próxima semana en el concierto…
Un capoooo