En la antesala del estreno de Painkiller, Judas Priest se vio envuelto en uno de los juicios más mediáticos de la historia del rock y del metal. Este caso llamó la atención de todo el mundo, puesto que muchas otras bandas se vieron señaladas por la supuesta agresividad y anarquía de sus letras, por lo que si perdían el juicio, esas bandas y sus disqueras serían censuradas y mal vistos por toda la sociedad (más de lo que ya eran).
Pues bien, este controvertido suceso comenzó en 23 de diciembre de 1985 con dos jóvenes de Nevada, James Vance y Ray Belknap, que bajo la influencia del alcohol y drogas, decidieron quitarse la vida con una escopeta mientras, supuestamente, escuchaban Stained Class, uno de los álbumes más emblemáticos de Judas Priest.
El primero en jalar el gatillo fue Belknap, quien falleció al instante, mientras que Vance, al sujetar mal el arma, provocó que le destrozara la estructura ósea del cráneo y parte del lóbulo derecho sin llegar a causarle la muerte, pero sí dejándolo completamente desfigurado. Tristemente, el joven murió 3 años después, debido a la medicación a la que fue sometido para tratar su heridas.
Desconcertados por lo sucedido, los familiares de los muchachos, lejos de preguntarse sobre la estabilidad mental y emocional de los chicos, culparon a Judas Priest por contener “mensajes subliminales” que incitaban al odio y la violencia, donde la canción Better By You, Better Than Me, que según decía implícitamente “Hazlo”, persuadió a los jóvenes a suicidarse.
De esta manera, el proceso judicial inició el 16 de julio de 1990 -provocando un atraso en el lanzamiento de Painkiller- luego de que las familias de los muchachos protestaran 6.2 millones de dólares en daños. La banda tuvo que cancelar una gira para presentarse en los tribunales de Reno, Nevada, para defenderse de las acusaciones de mensajes subliminales e incitación al suicidio. La banda pasó más de un mes en Estados Unidos para participar en el juicio, lo que claramente molestó a Rob Halford:
Estábamos en la corte de 9.00 a 17.00 horas, todos los días durante un mes. Nos hospedamos fuera de Reno para alejarnos de la prensa. Ahí nos preguntábamos ¿por qué estamos aquí? Somos músicos de metal británicos y vamos a tener que defender nuestra música y a nuestros fans sobre las acusaciones absurdas, ridículas, de que ponemos ese tipo de mensajes en nuestra música para matarlos.
Las acusaciones de los abogados de los familiares se centraba en la tergiversación de las letras de las canciones Heroes End, White Head, Red Hot, Stained Class y Beyond the Realms of Death, además de la ya mencionada Better By You, Better Than Me, ya que alegaban que al reproducir alguna de estas pistas al revés, se encontraban mensajes como “Que jodan al Señor, que los jodan a todos”, “Canta mi espíritu malvado” e “Intento de suicidio”.
En defensa de esas acusaciones, los guitarristas, Glenn Tipton y K.K. Downing, encontraron frases absurdas al reproducir más canciones al revés, tales como “Hey, mamá, mi silla está rota” o “Dame un caramelo de menta”. Esto con la finalidad de demostrar lo incoherente y estúpido que era acusarlos por esconder ese tipo de mensajes:
Si hubiésemos tenido la posibilidad de poner este tipo de mensajes subliminales en los discos en el año 1978, habríamos puesto que comprasen nuestros LP o algo parecido.
-K.K Downing
Además de esto, la abogada Suellen Fulstone, explico que el par de chicos tenían un historial de drogadicción y alcoholismo, con problemas de violencia paterna y varios antecedentes policiales, sin mencionar que Ray Belknap ya se había intentado quitar la vida en varias ocasiones. Por lo que, después poco más de un mes, el 24 de agosto de 1990, los miembros de Judas Priest fueron absueltos de todos los cargos, ya que el juez declaró que las familias no pudieron probar los mensajes ocultos.
https://www.youtube.com/watch?v=Jl4EFThO1e4
Al finalizar el juicio, Rob Halford comentó sobre algunos grupos cristianos implicados en el caso:
Tenía muchas ganas de ir con las madres de los muchachos y darles un abrazo y decirles “lo siento por la pérdida de sus hijos. Vamos a tomar un café y hablemos sobre esto”, pero no lo hice porque nos dimos cuenta que había toda una red de personas tras ellos, una especie de infiltración de los grupos cristianos extremos que los instaban a proseguir con el caso.
Finalmente, en una entrevista con la revista Rolling Stone, Halford recordó lo difícil, triste y doloroso que fue lidiar con el juicio y todas las acusaciones lanzadas sobre Judas Priest:
Recuerdo todos esos hechos como si fuera ayer. Nadie, absolutamente nadie sabe por lo que tuvimos que pasar. Esos abogados albergaban tanto odio hacia nosotros que, si hubiésemos perdido el caso, no habríamos encontrado el ánimo suficiente para salir nuevamente de gira. Estos dos jóvenes perdieron sus vidas debido a su trágica implicación con las drogas y el alcohol, y a unas familias disfuncionales que no les prestaron la atención adecuada. El juicio fue sólo un intento de cargar el peso de la culpa sobre los hombros de otros.
Y es así como los miembros de Judas Priest fueron acusados por persuadir a dos jóvenes a quitarse la vida. Sin duda, todo este juicio fue un acontecimiento que nos hace plantearnos ¿qué tanta influencia tiene la música sobre nuestros actos y decisiones?