En una de las muestras más interesantes de lo que la mezcla de naciones, culturas e idiomas puede ofrecer a la música, ¡Pendejo! está por estos momentos en Argentina para deslumbrar con su rock fuerte, crudo, directo y bien latino. Lo que pareció ser un desafío sonoro para el Viejo Continente, se convirtió en una de las propuestas más dinámicas del stoner actual. Previo al 19 de octubre, su última fecha en el país, junto a dos exponentes locales del género como Montañas y Banda de la Muerte, conversamos con su voz, El Pastuso:
¿Cómo podrían definir la música de ¡Pendejo!?
Pues normalmente dejo ese ejercicio a los críticos. Pero vamos, es rock en castellano con influencias del stoner, del rock pesado, algo de punk rock, con integrantes que son pendejos.
Una de las primeras cosas que llama la atención es el idioma. Siendo una banda radicada en Holanda, ¿por qué decidieron usar el español y no el inglés?
En una banda anterior, ya cantaba la mitad de los temas en castellano. Tenía alguna idea en la cabeza que no importaba cuál sea el idioma para cantar. Una huevada idealista, porque por supuesto, sí importa. O sea, cada idioma tiene su ritmo, su sonido, su ambiente, su sentido, etcétera. Los temas en castellano parecían los mejores, y además resultó que cantar en castellano me salió mucho más fácil que en inglés. Pues, hablando sobre nuestros planes con ¡Pendejo!, antes de que realmente comenzamos con ello, mi primo Monchito y yo decidimos que debería ser 100% en español. Es más abierto, tiene más tono, sonido que cualquier otro idioma que conozco.
Otro aspecto de su música es esa unión de un rock crudo, stoner, con elementos bien latinos como las trompetas. ¿Cómo surgió ese estilo?
Pues, así no más. Volví a casa una noche, a los años ya, bien tomado y fumado, pero aun con energía. Puse el álbum ‘Aftertaste’ del grupo Helmet, y medio aburrido comencé a tocar los riffs encima con la trompeta. Todo en alto volumen, por supuesto. Joder, estaba tripeando, en serio. Los vecinos no estaban en casa o les gustó, porque nadie se quejaba. Bueno, el día siguiente, siendo sobrio, todavía sonaba de pinga, y así nació la idea de incluir la trompeta en la banda en la cual tocaba entonces. Estaba muy feliz, porque hasta ese momento siempre tenía la idea que la trompeta no me servía más que para tocar en la calle con las fiestas de carnaval, ya que el funk o el jazz no me interesaban demasiado.
¿Qué fue lo que los acercó a la música? ¿Cómo fue la decisión de dedicarse a la música?
Para mí personalmente fue por una enfermedad grave que me pegó hace 10 años. Fue un punto en mi vida en que me di cuenta que estaba gastando tiempo en un trabajo de mierda, que no me daba ninguna satisfacción. Trabajaba como asesor, vendiendo mierda pues. En el tema Caramarón canto sobre esa época. Bueno, cuando recuperé, decidí de no perder más tiempo y dedicarme completamente a la música.
¿Qué bandas, artistas o discos pueden mencionar como sus influencias en la música?
Karma to Burn, Fu Manchu, Helmet… Helmet viejo, ¿eh? Porque sus últimos álbumes no llegan ni cerca al nivel de Aftertaste, Betty o Meantime. Justamente sacaron un nuevo sencillo que lamentablemente es como los otros álbumes después de Aftertaste. Da pena.
¿Qué cambió en su segundo disco en comparación al primero?
Más que nada la manera de grabar. Atacames se grabó en vivo. Cantos a la Vida suena un poco más limpio, Atacames es más crudo, más directo, más honesto. No es para decir que es mejor, porque odio cuando las bandas dicen eso. Si me preguntas cual me gusta más escuchar, pues diría que es Atacames. Sobre todo por el sonido, que es más cerca del sonido de la banda en vivo.
Tienen varias fechas en la Argentina, ¿qué expectativas tienen para estos conciertos?
Buena onda, fiesta, chupo, curvas y vainas. Es todo un gustazo poder compartir nuestras pendejadas en Argentina. Y lo mejor es que compartiremos tarima con nuestros hermanos de Banda de la Muerte. ¡Va a ser de pinga!
¿Tienen pensado un nuevo álbum?
Si, pues. Esperamos grabarlo en los comienzos del 2017, ya es la hora, carajo.
Sus canciones tienen letras que retratan escenas urbanas que suenan a situaciones vividas. ¿De dónde vienen estas historias que quedan en los temas?
Sí, hay varios temas con anécdotas verdaderas, como el Taxista Limeño, El Verano del ’97, o La Chica del Súper, o con letras inspiradas por la realidad. Por ejemplo, el tema Nadadoras, surgió de una conversación que tuve a los años en el avión con un cura quiteño, nojoda. Al inicio pensé que me había tocado la mala suerte por tener un cura al lado en el avión, aunque seguramente hay los que están felices con eso, pensando que Dios no estrellará un avión con un servidor suyo. Pero yo estaba seguro que iba a ser el vuelo más aburrido de mi vida, pero resultó que el señor era muy moderno, que trabajaba con la juventud en los barrios pobres de Quito, incluso dando educación contra el SIDA y a favor del condón, pues, moderno el tipo. Entonces, revisando la revista de la compañía de vuelos, miró a unas fotos de modelos de moda, que andaban en el Cat Walk, casi sin ropa, y comenzó a negar, murmurando “que no, que no…” Ah, pienso yo, no es tan moderno tampoco, seguramente piensa que son demasiado desnudas. Pero me mira y me dice: “Mira, estas son nadadoras.” “¿Cómo, nadadoras?“, le pregunto, como no vi ni trajes de baño ni piscina. Me dice “Si, son nadadoras. ¡Nada por delante ni nada por detrás!” Esa frase es auténtica, el resto de la canción es mi opinión sobre el ideal de belleza europeo y estadounidense, y un canto a las curvas. No hay como evitarlo. Me gusta cantar sobre las curvas.
¡Pendejo! se presenta mañana 19 de octubre en Uniclub, junto a Banda de la Muerte y Montañas, desde las 20 horas. Las entradas se consiguen desde $150 anticipadas en adelante.