Admito nunca haber escuchado a Armageddon, banda liderada por el antiguo guitarrista de Arch Enemy, Christopher Amott. Algo en mi temía que fuera alguna especie de ripoff de dicha banda. Sin embargo, estaba equivocado. Formada en 1997 y con cuatro álbumes bajo el brazo, su nuevo lanzamiento, Captivity & Devourment, primer placa de estudio en 13 años, es una tremenda mescolanza de géneros que se atreve a mostrar variedad de sus canciones (sin salvarse claro, del sonido predecible). Entre metalcore y power metal, abre el tema que da título a la obra. La brutal unión de voces entre Amott y Matt Halquist (Under a Serpent Sun) es un elemento que acompañará canciones como Rendition y Locked In. Es en esta última donde la batería, toma una importancia crucial. Justo cuando las tres primeras canciones comienzan a formar una línea repetitiva, aparece Fugitive Dust, con una introducción épica cuasi cinematográfica y llena de distintos matices.
Sin embargo aquí el álbum comienza una etapa de altibajos que no puede superar sino hasta el final. Conquer es el clásico tema genérico intercambiable que no le cambiará la vida a nadie. Thantatron comienza con un despliegue en guitarra acústica irrelevante para dar pie a una canción exactamente igual a la anterior. Propuesta para todas las bandas: ¿por qué no dejan la guitarra acústica toda la canción junto a la eléctrica? En el folk punk funciona…
Background Radiation, muy parecida a Crystal Ann de Annihilator, es un vil residuo de la introducción anterior. Al sonar The Watcher comencé a temer lo peor: Armageddon ya había lanzado sus mejores cartas. De repente llega Equalizer y ¡pum! una obra maestra que retoma los mejores elementos presentados a lo largo del disco, tanto los guturales como la voz limpia, el metalcore, los elementos power y severos guiños al death metal melódico. Giants cierra con broche de oro, una vez más con una amplia gama de virtuosismo.
Es curioso, pero tanto esta banda como Spiritual Beggars (proyecto alterno de Michael Abott), son superiores en cualquier aspecto a los últimos materiales de la banda que los vio crecer. Si Arch Enemy con su intento de vocalista actual los ha decepcionado, Captivity & Devourment no los defraudará con uno de los mejores discos de metal en años.
Calificación: 9.0
Lo bueno: fresco, experimental, bien ejecutado.
Lo malo: repentinas caídas a lo genérico.