HISTORIA DE UNA CANCIÓN: KILLING AN ARAB – THE CURE

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The Cure


KILLING AN ARAB – THE CURE

La imagen de Robert Smith siempre ha sido bizarra y enigmática. Ver a este individuo con su cabello al aire y lápiz labial rojo fue una de las cosas que me atrajo a la música de The Cure y como muchos antes de mí, mi primer contacto con sus melodías fue “Boys Don’t Cry”. Cuando la escuché por primera vez se me hizo un poco triste y deduje que toda su música se iría por esa vertiente.

Poco tiempo después me hice de un pirata y destartalado VHS llamado “Staring at the Sea: The Images” que contenía los videos de su época 78-85 y al ver el tracklist me llamó la atención que la primera canción se llamara “Matando un Árabe”. Al ver dicho video me quede totalmente incrédulo ya que no encontraba relación entre la travesía del señor que aparece en el video con el asesinato de un árabe.

Recurrí a un amigo para que me ayudara a traducir la letra y quede más incrédulo aun porque no hablaba sobre las razones para cometer dicho crimen, pero mi amigo me dijo que el sólo título tenía tintes racistas y que posiblemente el cantante de esta banda odiaba a los árabes. Algo me decía que se equivocaba pero no tenía argumentos para responderle, así que me dedique a investigar si esta canción [que por cierto, me encantó] era tan cruel como me decían. Afortunadamente mi amigo se equivocaba pero no fue el único en pensar que The Cure era anti-árabe. De hecho, debido a ciertas protestas, la recopilación “Staring at the Sea” tuvo que ser vendida con un sticker que desmentía cualquier acusación de racismo.

Y para terminar pronto, ¿De qué diablos habla “Killing an Arab”? Para saber habría que tener cierta noción sobre los escritos de Albert Camus. Específicamente sobre la obra maestra del existencialismo L’Étranger (The Stranger). Robert Smith comenta sobre su composición: “es un corto intento poético que condensa mi impresión sobre el momento crucial en ese libro”.

En el libro, el protagonista de nombre Meursault es un empleado francés que destaca por su total indiferencia respecto a su entorno: no lamenta la muerte de su madre, no siente amor o remordimiento por asesinar a alguien. Así mismo, siempre expresa lo que piensa y no le interesa lo que la gente pueda decir de él. El momento crucial llega cuando Meursault está de paseo en la playa con dos de sus compañeros. De pronto en el horizonte vislumbran a dos árabes con los que uno de sus amigos tenía cuentas pendientes por un lío de faldas.

Sus dos amigos se lanzan violentamente contra ellos, razón por la cual los árabes responden a estas agresiones desenfundando un cuchillo para defenderse. Logran herir a uno pero los amigos de Meursault salen victoriosos de esta contienda. Meursault es testigo de todo esto y convence a su amigo herido de no tomar represalias con un revolver que había sacado para terminar permanentemente con este altercado. Poco después, sale a pasear por la playa solo y encuentra a uno de los árabes descansando en la playa. Gracias al calor y al brillo del sol Meursault está totalmente desorientado, así que cuando el árabe desenfunda nuevamente el cuchillo, este no duda en sacar el revólver que le había retirado a su amigo y dispara contra él. A pesar de que el primer disparo acaba exitosamente con la vida del árabe, Meursault dispara cuatro veces más al cadáver.


En la novela, no divulga alguna razón específica para cometer este crimen, excepto el estar abrumado por su entorno. De ahí en adelante cuando es juzgado y condenado a muerte sus emociones siguen siendo las mismas: ninguna.

Así que como lo ven, no tiene nada que ver con el odio a los colegas árabes. Por lo tanto no tenemos nada que reprocharle al genial Robert Smith. Al contrario, el debería de reprocharle a los que dijeron que era un racista el hecho de que no leen libros y juzgan a la gente de manera estúpida.


Para EL CLUB DEL ROCK: Mr. Yagami (orochiangel666@gmail.com)

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