Fiasco Total: Woodstock 99; ¿estamos listos para un tercer festival?

El documental de Netflix sobre el Woodstock de 99 hace reflexión sobre los errores de los organizadores para atender a dos generaciones que no entendían.

Fiasco Total. Woodstock '99

Fiasco Total. Woodstock '99

A diferencias del 99, Cuando Woodstock sucubumbió la tierra a finales de los 60s, tenía un marco altamente inspiracional: dos generaciones como público, la silent generation y la creciente baby boomer, a las que les había tocado el despertar y liberación de los efectos posteriores a la Segunda Guerra Mundial y paliar con una nueva (EU en Vietnam) que despertó la conciencia contra la obligatoriedad de dañar a otro humano; junto a todo ello, la madurez del rock and roll que pasó de ser un estilo musical de diversión a música de conciencia en gran parte, y con ello sirvió como bandera de protesta.

Para el 69, aún era Beatle, había un poderoso mensaje de paz y amor, una rebelión contra el poder y su pasión por el odio, y una necesidad de liberar al espíritu de las costumbres conservadoras.

Ninguna de estas características existían a finales de los noventa como para motivar una segunda versión del famoso encuentro de música y protesta, por lo menos no un marco positivo, y eso es lo que intenta mostrar la miniserie de Netflix Fiasco Total: Woodstock ‘99 (Trainwreck woodstock ’99), que muestra los elementos fallidos que inventaron un festival que carecía de la identidad de su antecesor y sus consecuencias.

Escena de Fiasco Total: Woodstock 99

Y es que para la transición del milenio, los impactos de las generaciones x y millennials tenían la influencia de un mundo globalizado y capitalista, normalizado de violencia, a su vez con una identidad independentista y hasta cierto punto narcisista, y ello agreguemos que su soundtrack sobre todo el rock, se fragmentó en muchos híbridos.

Mientras por un lado estaba la nostalgia grunge y alternativo de la primera mitad de los noventas que dejó un legado de bandas que buscaban resaltar lo parte más desoladora del humano, el nü metal, un concepto que había llevado lo más duro del rock a las masas, mostró un mensaje más agresivo, pero sobre todo alejado de la identidad de Woodstock.

El documental repara momentos como la agresión sexual a Sheryl Crow, las protestas contra MTV, los efectos en el público y detrás de cámaras de los míticos conciertos de Korn, Limp Bizkit o Red Hot Chili Peppers, y el abuso que sufrió el público.

Fred Durst, vocalista de Limp Bizkit en Woodstock 99

Pasando por algunos artistas como Jonathan Davis de Korn o Gavin Rossdale de Bush, este documental también muestra asistentes al evento, parte del crew del festival, pero sobre todo a los organizadores principales como Michael Lang y John Scher, quienes presentan su visión 20 años después del fiasco total.

Cada uno de los elementos erróneos como el ahorro presupuestario, la falta de seguridad o la priorización de la comercialización de un evento que en su identidad luchaba contra ello, son presentados como cerillo que provocó que una generación enojada y violenta, mostrara los instintos básicos de la naturaleza humana. Los resultados fueron la destrucción, el saqueo, la violencia sexual contra las mujeres con casos denunciados de violaciones.

Incendios en el festival de Woodstock 99

Reflexión para Woodstock 99 y la generación de cristal

Tras ver Trainwreck, la reflexión me lleva a dudar si quizás esas generaciones no estaban listas para un Woodstock porque quizás carecía de identidad, pero a estar seguro que los organizadores no tenían conocimiento a quienes se dirigían.

Actualmente existe una generación mentalmente responsable, constantemente expuestos a la ‘toxicidad’ de las viejas costumbres de sus antecesores, ávida de justicia y respeto, un sentido liberador no solo del sistema, sino de sí misma, y que merece y sería perfecta anfitriona de un Woodstock que muy difícil les llegará.

Tres episodios que no pesan nada.

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