Para toda gran banda llega un momento único, especial e irrepetible en el que parecen alinearse los planetas, el cosmos estar en perfecta sintonía con las almas de los músicos y que como resultado salen canciones perdurables al tirano paso del tiempo. Sin importar el contexto, qué tan convulsionada esté la sociedad de la época o si la tecnología acompaña o no, llegado este momento de inspiración máxima el grupo en cuestión hace lo que mejor sabe hacer como si fuesen los únicos seres en el universo, para crear algo único en el universo. Este es el caso del segundo álbum de Vox Dei, el disco conceptual La Biblia, editado por Disc Jockey en 1971.
Cabe recordar que no eran tiempos fáciles para el rock en la Argentina, mucho menos para todos los ámbitos de la sociedad: el orden constitucional democrático roto, gobiernos militares que se sucedían uno tras otro con mayor o menor crueldad pero sin interés alguno en restituir el sistema republicano, el surgimiento de grupos guerrilleros en busca de la ruptura del militarismo creciente en la política por la vía de las armas, el pueblo que se manifestaba abiertamente contra las autoridades ilegítimas en marchas como el recordado Cordobazo. En medio del torbellino cotidiano, el rock crecía con grupos como Almendra, Manal y Vox Dei. Estos últimos habían publicado su primer trabajo titulado Caliente en 1970, dando sobradas muestras de potencia sonora que además guardaba marcadas bases del blues, presentando una propuesta fuerte pero con excelentes composiciones, sin perder contundencia.
Algo así como 40 años en el desierto (menos para el rock)
Es en esta situación en la que el cuarteto compuesto por Willy Quiroga en voz y bajo, Ricardo Soulé en voz y primera guitarra, Juan Carlos Godoy en segunda guitarra y Rubén Basoalto en batería se dispone en el frío otoño bonaerense del año 1970 a preparar su siguiente material en los estudios TNT. La idea de interpretar lo escrito en la Biblia, el libro dogmático principal del cristianismo, flotó tanto entre los músicos que finalmente invirtieron horas interminables en leer este libro y otros tantos más en busca de información que les permitiera poner en correctas palabras lo que Ricardo Soulé, autor de la mayoría de las letras, creía que era la perspectiva humana de la Biblia. A pesar de tanto empeño en no cometer errores, la Iglesia, en vínculo de poder e intereses con los estamentos militares que gobernaban el país, decidió revisar los escritos de Soulé, dispuesta a censurar lo que no considerara ‘correcto’. La tarea a cargo del Monseñor Emilio Teodoro Graselli, sin embargo, tuvo poco que enmendar, resultando en una anécdota en la que el religioso (luego involucrado en delitos de lesa humanidad) felicitaba a Soulé: ‘A mí me hubiera costado tres horas explicar qué es Dios y vos apenas con un silogismo lo conseguiste’, le dijo al referirse a los primeros versos de Génesis, la canción que abre la obra magna de Vox Dei.
Sorteada la censura eclesiástica, aún así hubo otras dificultades, puesto que algunos de las cintas se perdieron, dejando a la última canción Apocalipsis sin su letra y voces, y con la amenaza latente de que otras canciones pudieran quedar en el tintero antes de la salida del disco, dado que su anterior sello, Mandioca, había quebrado. Con el paso a Disc Jockey se rescató el trabajo del grupo, que vio la luz finalmente el 15 de marzo de 1971, y que abre Génesis, uno de los clásicos de Vox Dei, una muestra del ADN del álbum: una poderosa pero simple instrumentación, con melodías fuertes cargadas de intenciones trascendentalistas, sin perder el pulso blusero y el inconfundible sello de rock and roll pesado de su debut de 1970 Caliente. Sin apurar los tiempos, sin forzar las notas, Vox Dei hace de esta canción una perfecta introducción que demuestra que éste era el momento de la banda de lograr su marca, con un cierre contundente que roza lo épico.
La dirección del debut llega aún más allá de los límites del rock de la época en el siguiente tema de La Biblia, Moisés, con una primera parte que parece imitar al rock psicodélico propio de grupos fuera del país, como Jefferson Airplane o Love en sus momentos más quietos. Se comienza a manifestar de a poco en todo el disco el toque progresivo presente en casi todas las canciones del disco, y que llega a su punto álgido en Las Guerras, que rescata lo más crudo y primigenio de los primeros años de Vox Dei; pero más aún en Libros Sapienciales, el indiscutido clásico del álbum, que posee una delicadeza compositiva sin perder profundidad, firmeza ni belleza sonora.
Sin buscar ser para todos, es para todos
Uno de los detalles característicos de La Biblia es que no hay intentos claros de conseguir temas pegajosos o efectivos, la banda se decanta por un trabajo orgánico colectivo de crear canciones con sustento sonoro eficaz antes que en su accesibilidad al oído, y aún así no son canciones difíciles de asimilar. El disco matiza muy bien lo progresivo, el rock fuerte de principios de los 70 y melodías preciosistas en tono de blues, con un trabajo por demás prolijo, puntilloso, detallista y perfeccionista del grupo, con una pulsante, trepidante e inquietante sección rítmica de bajo y batería, sumado a guitarras que logran una labor límpida y bien trabajada para dar la ambientación potente de letras basadas en lo que Ricardo Soulé, guitarrista y vocalista del grupo interpretó como el costado humano del libro sagrado del cristianismo.
Pasada esa brillante perla que es Profecías con su aire delicado e intimista, llega un inolvidable momento de excelencia musical: la prodigiosa grandilocuencia en la suite Cristo, dividida en dos partes, la cinematográfica y épica Nacimiento, canción instrumental; y Muerte y Resurrección, un tema en crescendo con una estupenda melodía compuesta por un Vox Dei que pasa del rock ligero de los 60 a un hard rock cada vez más marcado e incluso a momentos de incipiente heavy metal clásico. Guitarras que van endureciéndose de a poco, sin dejar espacios vacíos en ningún sitio, un bajo que mantiene el potente rock blusero vivo y una batería que cobra fuerza, junto al enérgico y turbio toque de orquesta, que provee el tormentoso y caótico fondo de la muerte del Mesías junto a un Soulé genial en las seis cuerdas. Si el camino al Gólgota tuviera que tener una banda sonora, no busquen más. Ya la creó Vox Dei.
Luego de esta inigualable muestra de gloriosa música, llega el estruendoso final a todo rock, volviendo una vez más a la aspereza del primer Vox Dei con Apocalipsis, que a pesar de no contener las voces y letras previstas, no deja de ser un magnífico cierre de un álbum magnífico, que sin contener clásicos instantáneos ofrece verdaderas canciones que dejan una notoria huella en el oído, rompiendo con muchos esquemas del rock contemporáneo pero sin agobiar al oyente, canciones que llevan a una experiencia cuasi espiritual intensa, que en sólo 8 canciones y casi 56 minutos reúnen los mejores y principales mensajes del cristianismo, en un viaje que quizás la Biblia como libro no pueda proveer, pero que La Biblia como disco, y en las manos de cuatro virtuosos como Vox Dei, llevaría a más de uno al cristianismo. Así de excelente es el disco.
Puntaje: 9,50
genesis(PERO MEJOR ES EL COVER DE SODA XD)
esa banda esta genial
Quitate la Mascara es mejor!!!
Ciudad Distante es mejor 😉
No confundan, los de acá hablan de la banda argentina, y ustedes de la banda guatemalteca, que por cierto es muy buena.
no me gusta esa canción
!!!!! TENGO ESE CD Y EL DE CUERO CALIENTE Y OTRO QUE TRAE ES UNA NUBE NO HAY DUDAS ……GRANDE VOX DEI …..MIS CANCIONES DE INFANCIA ……ME CRIE CON ESA MUSICA ……MUY BUENA PAGINA ….SALUDOS!!!!!!
cd preferido de mi papi
RE GROso UN POKITO LARGO NOMAS JJAJ
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que discoo señores… génesis :3
BESTIAS, DEL ROCK ARGENTINO.-
Tremendo disco
Tremendo disco.
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