Existen 3 tipos de momentos que disfruto más que nada en esta vida; la primera es pasar tiempo con mis seres queridos (familia/amistades/enamorada), la segunda es hacer música y la tercera es jugar al fútbol. Dejemos a los seres queridos fuera de este texto, concentrémonos en el FÚTBOL y la MÚSICA.
Me apasiona un buen solo de guitarra, casi tanto como un ‘túnel’. Un concierto siempre trato de vivirlo como un partido de fútbol, son más parecidos de lo que creemos. Me apasiona gritar, saltar, alentar, aplaudir y no me sonroja rendirme ante alguien mejor que yo, rendirme ante alguien que domina la guitarra o el balón mejor de lo que alguna vez soñé hacerlo, alguien que te demuestra en cada acción que con talento y esfuerzo te puedes llevar el mundo por delante…
Pero ¿Qué es pasión?…
“Mírame, soy un tipo joven, tengo un buen laburo, una chica que me quiere y como dices siempre, ME SIGO CAGANDO LA VIDA viniendo a lugares como éste. Más de una vez me preguntaste por qué sigo aquí y sabes una cosa, sabes por qué estoy aquí, porque ME GUSTA estar aquí, ME APASIONA. Te explico, el tipo puede cambiar de todo; de casa, de familia, de novia, de religión, de Dios… pero hay una cosa que no puede cambiar, no puede cambiar de pasión”
Película “El secreto de sus ojos” 2009
Decidí citarlo porque me parece el más acertado de todas las percepciones que he leído o escuchado a lo largo de mi ucrónica vida. Es que ¿saben qué pasa?, ¿saben cuál es el problema? Escribir para contar algo es muy difícil, ¡¿Hablar?! Habla cualquiera, los niños a los 2 años ya están hablando, no tienes que ir a ningún lado para poder hablar. Escribir implica un esfuerzo mayor, significa cuidar el idioma, mucho más que cuando se habla. Estamos todos locos, vivimos en una era en la que no importa llegar bien a la meta, lo que más les importa es llegar primero. La primicia ha matado el concepto… Puede que esté equivocado, soy una persona abierta a las críticas; considero que este tipo de opiniones parten y nacen desde el desconocimiento e ignorancia sobre el tema principal. Pero son todas opiniones bienvenidas. Tocar una guitarra o patear un balón, lo puede hacer cualquiera, el factor diferencial es la pasión con la que lo hagas.
El fútbol y la música son un SENTIMIENTO. Ojo, hablo esto desde un punto de vista macro, no admiro a un equipo de fútbol en particular así como no admiro a una banda en especial. Yo solo disfruto del fútbol bien jugado y de la música bien ejecutada. Desafortunadamente he nacido en un país en el que mis 2 pasiones son materias olvidadas por el estado que se encargó de abofetearnos cada vez que intentaron conseguir mayor apoyo o difusión. Un país sin cultura es un país muerto en vida, un simple pedazo de tierra industrializado con habitantes capitalistas que serán olvidados en 100 años como sociedad.
Mi país bota un solo buen personaje EN LA MÚSICA O FÚTBOL cada 10 años y me duele, me duele porque me veo forzado a tener que admirar bandas y futbolistas extranjeros. Porque tengo que buscar en la calle lo que no encuentro en casa.
Podría hacer una analogía entre la música y el fútbol; podría mencionar a Vivaldi, Mozart, Boulez, Shostakovich, Stravinsky pero sería injusto ya que la música, ciertamente posee una historia más rica que el fútbol, sin mencionar los cientos de años que la aventaja. Por eso mejor centrémonos en el rock, así partimos desde una base bien clara y más apegada al público objetivo de la página.
Para el ROCK es lo mismo Hendrix que Maradona para el fútbol. La misma analogía me serviría para Lennon con Zidane, para Clapton con Di Stéfano, para Mercury con Garrincha, para Bellamy con Messi, para Plant con Ronaldo… Y mis favoritos de todos los tiempos, Ritchie Blackmore es lo mismo para el rock que Juan Román Riquelme para el fútbol. Podría seguir pero creo que el punto está más que claro.
Los dejo con esta canción a cargo de La Bersuit Vergarabat cuyo título inspiró en mí las ganas de escribir un texto de este tipo. La canción en español que mejor supo mezclar el fútbol y la música en un interesante juego de frases y metáforas que se coronan con un exponente máximo de lo que simboliza “TOCO Y ME VOY”. El título es un claro ejemplo de lo que escribo. En la música, “Toco y me voy” se puede entender como una banda que va a un concierto, toca y se va. En el fútbol, “Toco y me voy” se puede entender como alguien que pasa la pelota y avanza en busca de seguir la jugada, con una pared o un rebote ¡Qué viva la pelotita, qué vivan los enganches, qué viva el volante tapón, qué viva el lateral con proyección y qué viva la guitarra con distorsión!