El alcohol ha sido uno de los más grandes enemigos que han tenido algunos de los protagonistas del rock y metal. Han ocurrido numerosos incidentes referente a este tema en muchos integrantes de diferentes bandas.
Uno de los últimos casos, ha sido de Robb Flynn, vocalista y guitarrista de Machine Head, dónde brindó una pequeña entrevista con John Petrucci, guitarrista de la banda Dream Theater, dónde contó que su participación en Pantera, lo llevó a la adicción con el alcohol.
He ido y venido muchas veces en mi vida con ello. Durante los primeros años que estuve de gira, estaba sobrio como juez, ni siquiera bebía después de los conciertos, estaba paranoíco por perder la voz…Y luego me fui de gira con Pantera.
A partir de ese momento, bebía todo el tiempo, luego bebía entre siete y diez chupitos de vodka antes de los conciertos y otros tres o cuatro durante el show, en el escenario. Y después, si tenía concierto al día siguiente, me detenía y no bebía nada. Pero si tenía un dia libre, problabemente me tomaría otros 28 o 30 chupitos y probablemente tres o cuatro cervezas. Y luego, un día, pasa una década, me las arreglabla para hacerlo, dormía terriblemente, pero lo achacaba a estar en la carretera, a dormir fatal en la carretera, brincando de arriba y abajo.
Luego comencé a medir. Antes de eso, simplemente echaba vodka en un vaso de refresco y luego me tomaba un chupito, lo que asi nunca sucedía. Estaba como: Me pregunto cuantos chupitos me estoy bebiendo antes del concierto. Y luego medí, fueron 7, me volaba la cabeza. En mi mnente me estaba tomando tal vez uno o dos. Si iba a ser un concierto como cabeza de cartel, tal vez iba a tomar 11 o 12 antes y durante. ¡Y era vodka! Lo hice durante tanto tiempo que me sentía extraño subir al escenario sobrio. Y podía tocar muy bien. Mi voz podría haber sufrido algo…Pero otras veces, mejoraría mi voz, porque me dolía la garganta y el alcohol lo amainaba. No tuve ningún problema para tocar. En algún momento, me quedé sobrio por minuto, quería dejarlo. Y en la primera gira estuve sobrio, pensé: “Maldita sea, estoy tocando mejor. Joder, estoy cantando mejor, mierda”.
No cabe duda que el alcohol influyó mucho en la vida de Robb Flynn, bastó solo un chupito para que sintiera que su cuerpo no podía vivir si no probaba al menos uno al día.