Era un viernes especial, era viernes 09 de Diciembre y me encontraba por cuarto año consecutivo cubriendo el último show de este año de Rata Blanca en Capital , esta vez en el Teatro de Flores. Era un show para fanáticos y las entradas volaron, a tal punto que en las inmediaciones había mucha gente preguntando si alguien vendía alguna.
Esto es lo que ocurre cuando toca Rata Blanca y lo destacable es que desde que lo cubrí en Diciembre del año pasado hasta hoy, Rata no ha parado de tocar. Una vez dentro del local se respiraba un clima de expectación hasta que a las 21 hs se escuchan los teclados de Quizás empieces otra vez y ni bien arranca el tema, todo el mundo estaba saltando y dejándolo todo desde el primer minuto. Nada más terminar con éste y estando todos con los puños en alto, Adrián Barilari, grita: “¡¡Los chicos quieren rock..!!!” y comienza este tema de su último trabajo, pero convertido ya en tema de referencia por su poderío en directo.
Esto no se detenía y seguían levantando la energía con La misma mujer y con El amo del camino. Nuevamente las manos arriba para cantar El círculo de fuego con un solo de Walter Giardino, de esos que te dejan sin aliento. Llegaba el momento de Tan lejos de aquel sueño, otra canción de su más reciente trabajo, pero que también tiene todo para convertirse en uno de los tantos clásicos de la banda, porque todos corean ya el riff de este tema que se vive como una auténtica fiesta. Ni bien termina, el público, en señal de agradecimiento, comienza a cantar el famoso Rata blanca es un sentimiento, no puedo parar. Esto no tenía descanso y caerían Asesinos y Solo para amarte.
Se bajaban los decibeles con Cuando hoy es ayer, pero solo por un rato porque le seguía El beso de la bruja. Empezaban los temas que no pueden faltar y era el turno de Mujer amante, cantado por todos los presentes, un tema que los catapultó a la fama allá por los 90, pero que sigue emocionando como siempre. Se venía Sinfonía fantástica y tras un brevísimo intervalo, sonaría una tremenda versión de Rock and roll hotel. Todo iba a la velocidad de la luz y el público una vez más llenaba el ambiente de magia acompañando Aún estás en mis sueños y El sueño de la gitana, aquel clásico de fines de los 80. Se iba acabando el show con Tormenta eléctrica, pero la gente quería más rock y luego de un pequeño descanso llegarían El reino olvidado y el incombustible Guerrero del arco iris para delirio de todos los presentes que se dejaron la voz cantándolo.
Ahora sí, el final era inminente y nada mejor que el clásico La leyenda del hada y el mago para culminar esta fiesta. Tenía la lista de temas en mi poder y sabía que no quedaban más canciones por tocar. Todo Rata Blanca al completo saludaba a esta audiencia fiel que los seguía ovacionando y agradeciendo todo el rock recibido, y al unísono comenzaron a gritar: “¡Ultimo ataque, último ataque…!!. En un momento de esos que se viven muy pocas veces en un concierto, Walter miró a sus compañeros y Adrián sentenció…:”Sus deseos son órdenes”, y regalaron una excelente versión de este tema para el delirio de una audiencia que a estas alturas era dueña del escenario y hasta de los instrumentos. Una noche mágica, única e irrepetible, donde todos brillaron y donde la fuerza, el cariño y la pasión del público ratero lograron algo que muy pocos pueden lograr: elegir espontáneamente qué canción da por concluido un show de rock de más de dos horas de duración.
Texto y fotos : Juan Cufre
Sin palabras!!! Un gran trabajo!!!
Julissa Massiel Roman mira!
Luis Alejandro Vilches Trejo
Gracias por avisarme Erick !!! 😉