Mi país se va a la mierda, al igual que el resto de Latinoamérica. “La mayor parte de personas que componen las naciones no viven como viven los presidentes. Los congresistas entran a vivir como vive la minoría. Y se supone que la democracia defiende el derecho y soberanía de la mayoría…” ¡Qué picardía! Me quiero cortar los huevos. Veo un intento inminente de querer violentar mis derechos y debo actuar. No hay nada que me ponga más feliz que escribir, indistintamente del contexto en el que desarrolle mis ideas y el estilo en que las plasme; pero debo saber comprender los momentos, debo saber entender la situación.
Maquiavelo dijo: “Los hombres deberían ser tratados generosamente o destruidos, porque pueden vengarse de las lesiones leves, de las fuertes no pueden”, ese es nuestro único as de espadas, lo bala de oro que nos queda como país; nos han hecho mierda, pero todavía no nos destruyen… Y podemos levantarnos, podemos tomar impulso, podemos revertir la pelea.
Estaba en el bus, cuando un intrépido amigo me manda un mensaje de whatsapp. “Christiam, renunció el hombre que está sacando adelante el Perú”. Inmediatamente me puse a pensar en las repercusiones de esas 9 palabras. Todo el esfuerzo de los peruanos por sacar este país de la depresión, y ahora volver a comenzar, seleccionar los mejores hombres para cada puesto sin pensar en los nombres, además que tenemos un evento de carácter internacional dentro de poco. “No” –me dije–, “no puede ser” pensé en voz alta, casi que grité, “Gareca no nos puede abandonar ahora, no ahora que se viene el mundial”… Luego recabé información y me enteré que la referencia era hacia el ex presidente PPK.
El 21 de marzo de 2018, Pedro Pablo Kuczynski Godard renunció a la presidencia de la república en el Perú. Algo que se veía venir, las cortinas de humo eran ya muy evidentes y el mundial les quedaba tan cerca como lejos, la torre norteamericana ha caído y tengo miedo por lo venidero. De verdad que temo por el futuro inmediato porque lo entiendo, lo entiendo y debo accionar, aportar en lo que sea, por más mínima que pueda significar mi ayuda; marchas, protestas, paros, etc. Entender que se viene algo malo y no hacer nada es algo que no me puedo permitir. Para bien o para mal, entiendo la situación del país. Quisiera volver a mí ingenuidad de hace 20 años, creer en el ángel de la guarda y el ratón Pérez. Pero ya no puedo, he leído y he vivido un poco, no se puede volver.
No soy un pensador de la política. Veo, escucho y leo a gente que se pone al hombro el problema de la política. Los admiro. Pensar es mucho más difícil; de opinar, opinar cualquiera (como se puede ver en la imagen de portada). Lo espinoso es ordenar tus ideas, elegir bien las palabras y tratar de encajar todo para expresarlo de un modo consecuente. Hay mucha gente que habla y opina sin pensar (como se puede ver en la imagen de portada x2), eso duele y nos da una pista del por qué aquejamos los mismos problemas en la política desde hace 30 años. Todo este circo mediático que nos pinta en cuerpo y alma la inmediatez con la que vivimos y nos manejamos frente a los problemas. Son pocos los que defienden sus principios noblemente y tratan de hacer algo diferente que tuerza la mierda en que vivimos. Esa búsqueda constante de la primicia por sobre el concepto. No hay memoria y los medios de comunicación masiva no parecieran hacer mucho para evitar eso, muy por el contrario. Por eso tengo este compromiso de no escribir cualquier burrada, como ciudadano puedo opinar y lo hago cuando voy a votar, tengo el gusto de hacerlo y dar mi punto de vista en las urnas. Un acto bueno no hace al hombre bueno, la tendencia natural del hombre a la sociabilidad es una condición necesaria y por ende, me veo casi obligado a compartir mi intento opinión.
