La mañana del domingo 16 de octubre nos sorprendió a muchos fatigados, quizá el dolor de pies fue ignorado por el peculiar frío en Toluca, 13 grados y neblina y 40% de probabilidad de lluvia para la tarde, era lo que la aplicación del clima de algunos teléfonos inteligentes predecía acerca del clima, no había tiempo de fijarse en esas cosas, había que darse un baño, desayunar lo mejor posible, echar un trago coqueto (o dos), buscar esa playera especial y recobrar la actitud de un día antes, el cierre del Knotfest México 2016 estaba a punto de comenzar.
Si el sábado anterior metaleros de todas partes del país y de algunos otros invadieron la ciudad, la presencia de playeras negras era aún más evidente para ese día. Las avenidas estaban inundadas de ellos, a pie, en carro o en conjunto dentro de los autobuses, todos los caminos llevaban al Centro Dinámico Pegaso.
Ésta vez sí que iba a llenarse. Había filas para automóviles y otra de gente que de plano daba como tres vueltas, la última frente a los puestos de parafernalia del estacionamiento, donde encontrabas la típica playera del evento en 200 pesos. Afortunadamente avanzaba rápido, pero no dejaban de ingresar tanto autos como personas.
La revisión en los retenes fue más rigurosa, su servibar supo de la triste historia de alguien a quien le decomisaron su hierba de la felicidad, lo bueno es que según declaraciones de éste individuo, el resto estaba bien repartida y no perdió mucho, Bernie; buen muchacho.
Mientras los ríos de gente continuaban arribando al circo loco de Slipknot, las hostilidades iniciaron con Fire from the Gods en el Main Stage y los siempre rifados Joliette en el Gray Stage, esto representa el punto donde estás en la fila y al escuchar que la locura ya se musicalizó, sólo te provoca una enorme desesperación por entrar.
O caso contrario, para muchos que ya accesaron, aprovechan el tiempo para visitar las zonas de food trucks, atascarse de cerveza o pasar por las otras atracciones del evento. La rueda de la fortuna o el salto bungee donde más de uno perdió el valor a la hora de aventarse y llevarse la rechifla de los que esperaban en la fila, terminaban aventándose por el “qué dirán”. Encontrar a una Monsterette de King Monster para tomarse una foto, o alguna otra edecán de Playboy o de Monster Energy, muchos deambulando mientras suben al escenario principal Thell Barrio, Emmure y Enter Shikari, donde la pista ya se ve a la mitad de su capacidad y los mosh pits se ven a lo lejos. La gente sigue llegando.
No faltó el fantoche que se dio el lujo de comprar algún souvenir dentro del evento. Alrededor había diversos stands donde las marcas autorizadas por los organizadores promovían su mercancía. Así como los locales donde se vendían las playeras oficiales de cada una de las bandas participantes. ¿Quién no quiere una playera oficial de su banda favorita? Lo malo, no había variedad de modelos. 400 pesos por playera, muchos los pagan bailando al ritmo de Nothing More y Ágora, que devastaron el Gray Stage que también se veía bastante nutrido, el wall of death era más difícil de ejecutar ahí ya que un paso en falso y terminabas sobre el césped.
Paréntesis, ¿alguno de ustedes amables lectores pasó a ver a Sabrina Sabrok? Dicen que la cosa se puso medio fea con simulaciones de sexo explícito, desnudos, traseros varoniles, sado y playback. ¿Alguno de ustedes tuvo el morbo o el valor? La verdad es que en ese momento, el staff de El Club del Rock México optó por visitar el museo de Slipknot, que la verdad se veía más prometedor en las fotos en redes sociales al mismo tiempo que resultaba un poco difícil sacar fotos a los instrumentos, vestuario, máscaras y algo de escenografía que los oriundos de Iowa han utilizado a lo largo de su carrera. “¡Foto y avanzo, foto y avanzo!”, no dejaba de decir una chica con voz irritante.
Animals as Leaders volvía un año después de haberse presentado en la Ciudad de México. Tosin Abasi, Javier Reyes y Matt Garstka saltaron al Gray Stage y simplemente piraron a todos bajo un intenso sol (amenaza de lluvia, creo que no), su Progressive Metal sinfónico deleitó a todos los presentes, a pesar de que esta vez la calidad del sonido de este escenario era inferior a la del sábado. Tooth and Claw, Tempting Time, Wave of Babies, Lipipncott, Ka$cade, Physical Education, The Woven Web y CAFO fue como se conformó el setlist de una de las bandas que musicalmente aportó mucho al festival; quizá influyó mucho la gran convocatoria que tuvo la banda, Abasi y compañía se vieron bastante inspirados al generar hartos aplausos y uno que otro slam. El día avanzaba, los decibeles aumentaban, seguía llegando gente, es momento de correr al Main Stage, pero antes una cerveza para celebrar que parecía que no iba a llover.
Desde lejos el escenario principal y se ve ataviado con un par de pendones que manifiestan el hashtag #MinistryBand, así como un águila al más puro estilo del Tercer Reich. El soundcheck atrasa un poco la salida de Ministry, es por eso que el buen uncle Al Jourgensen apareció para ver qué demonios sucedía, obviamente alborotó a medio mundo, no importa bebamos un poco para consagrar la presentación de uno de los pioneros del Industrial Metal. Mientras el staff desapareció y vino la calma antes de la tormenta.
Un zumbido se manifiesta en los parlantes, la banda aparece poco a poco, Let’s Go comienza con el headbangueo al mismo tiempo que el buen uncle Al vuelve a la tarima. Un poco menos impresionante que 12 años atrás cuando su servibar lo vio por primera vez en el Foro Sol, digo ya está viejito, pero ya muchos quisiéramos vernos así de locos y tener esa vitalidad a esa edad. No por nada le paró santa golpiza a un improvisado Donald Trump mientras reventaba Punch in the Face. Porque todos odiamos a Donald Trump.
“¿Cómo están Ciudad de México?”, saludaba Jourgensen mientras algún pinche fijado dijo: “Wey, ¡que alguien le diga que es Toluca, no la Ciudad de México!”, cosa que le pasó a todos los frontmen, mal por no explicarles que la Ciudad estaba a una hora de camino, pero bueno. PermaWar, Rio Grande Blood, Señor Peligro y LiesLiesLies produjeron una locura así como esas que se ven en uno de los cuartos del Uta (un bar de metal en el centro de la capital mexicana).
Mientras Ministry estaba dando un show para la posteridad, en el Gray Stage Carcass hacía lo propio, esto representó el primer dilema del día para muchos, Ministry o Carcass, hay gente que sólo quiere ver arder el mundo… La presentación Death Metalera de Carcass incluyó tracks como Captive Bold Pistol, Exhume to Consume, Corporal Jigsore Quandary y Heartwork. Si nos preguntan cuál de las bandas estuvo mejor, a la fecha no podemos decidir, ¿ustedes a quién vieron?
Volvamos con el tío Al. La hora de los clásicos y procreadores de una serie de mosh pits del día llegaron. N.W.O., Just One Fix, Stigmata, Thieves y So What fue la guía con la que cerró uno de los actos más importantes del festival y el inicio de las cuatro bandas principales en el Main Stage. ¿Qué nos dejan Jourgensen y Ministry? Un gran sabor de boca, pero con la sensación de que faltó mas material por explotar, ojalá y pronto vuelvan a dar un show en solitario, mientras cumplieron con las expectativas. ¡Ah! y alguien sí corrigió a Jourgensen, porque después saludaba diciendo To-lu-ca. Y fue el único que lo hizo, en todo el festival.
El segundo empalme del día vino inmediatamente. Ver el histórico y demandado regreso de The Offspring 18 años después al país o correr al Grey Stage a ver a mi novia Alissa White-Gluz al frente de Arch Enemy. ¿Qué hubieran hecho? O más bien ¿Qué decidieron? Como todo buen reportero, tuve que dejar el amor del lado por esta vez y ser testigo de cómo Dexter (quien también está muy pasado de tamales), y compañía saldaban cuentas con sus fans from hell, total cuando hablé con ella me comprendió. Curer yo vi cómo te transformaste al igual que muchos. Fue bueno verte desquiciado, y gesticulando por primera vez.
“¡Queremos Punk!”, gritaba un pobre chavorruco mientras la gente comenzaba a empujar para hacerse de un lugar mejor, mientras la manta con calaveras ligeramente basada en los diseños del ilustrador mexicano José Guadalupe Posada se erguía en medio de gritos y aplausos, la euforia del festival estaba llegando a su clímax. Todo se fue al demonio cuando You’re Gonna Go Far, Kid, trajo a una de las leyendas del Punk sobre el escenario. Los saltos así como el mosh pit y el crowd surfing no se hicieron esperar y sólo se intensificaron con All I Want, The Noose y Come Out and Play. Era una fiesta en su apogeo.
De pronto todos hicimos un viaje en el tiempo a esos lejanos y bellos días de secundaria, bueno para algunos primaria quizás, las culpables; Original Prankster, Mota, Want You Bad, Staring at the Sun y Walla Walla. No había nadie que no estuviera lleno de energía. Parecía que nadie tenía la resaca de un día antes, o que era un concierto de The Offspring, todos saltando, en éxtasis total.
Hasta ese momento del festival su servibar no había visto una presentación que prendiera tanto y de esa manera a todo el respetable. Era increíble, parecía un concierto de Punk de esos que pasaban en MTV hace años. La selección musical continuó con Gone Away, Bad Habit, Gotta Get Away y Hit Hat. La emoción y relación entre banda y público simplemente no mermaba.
El momento más esperado de la tarde para los fans from hell por fin llegó cuando comenzó a escucharse el intro de Why Don’t You Get a Job?, la cual generó aún más energía en el público y dio inicio a los clásicos y temas más esperados del show. Americana, (Can’t Get My) Head Around You, Pretty Fly (For a White Guy), The Kids Aren’t Alright y para cerrar con Self Esteem. Una presentación sin igual, de esas que no se han visto en años y que sin duda alguna no se olvidan nunca y por supuesto forma parte del top 5 de presentaciones del festival.
Tan bueno fue The Offspring que pudo superar la mala vibra del escenario maldito cuando Noodles (quien ya dio el viejazo de una manera fea), se resbaló a medio concierto y estropeó su guitarra, pero es tan profesional que la cambió al instante y pocos notaron su momento a la Manson. Gran show de The Offspring.
Llegó el tercer dilema del día. Como dije, hay personas que solo quieren ver arder el mundo y fueron los encargados de organizar los horarios del segundo día del Knotfest México 2016. La cosa era decidir si ir a ver a Opeth al Gray Stage o pelear por un lugar en el Main Stage para ver a Deftones, segundo grupo confirmado para esta edición. Pues sabemos por fuentes extra oficiales que Opeth simplemente la rompió en el segundo escenario con una técnica impecable de su Metal Progresivo, algo fuera de este mundo para cerrar las hostilidades en aquél lado. Pero pues su servibar ya estaba técnicamente hasta adelante del escenario principal mientras la gente seguía batallando por un lugar mientras la manta de Gore apareció al centro de todo. La noche ya había caído y una luna impactante y hermosa era la última invitada al festival.
El soundcheck de Deftones alborotó de más a la ya pirada masa extendida por toda la pista. Más al momento de probar la batería de Abe, que simplemente retumbó en el pecho de todos los presentes. Los ríos de gente no paraban de moverse, si lo que querías era llegar hasta el frente, debías de dejar que la corriente te llevara.
Con un retraso de 20 minutos, las luces desaparecieron de pronto, poco a poco Steph, Abe, Frank y Sergio invadieron el escenario al momento que parecía se escuchaba el riff de Prayers/Triangles, Chino apareció frente a todos evidentemente feliz, se posicionó justo al momento que las cuerdas de Steph pasaron a un mood más pesado, Chino gritó, el delirio inició oficialmente con Rocket Skates. los decibeles bajaron de intensidad un poco para dar paso a la experimentación de los oriundos de Sacramento, California con Geometric Headdres. Aunque las cosas volvieron a agitarse con uno de los clásicos de Carpenter y compañía; Be Quiet and Drive (Far Away) que fue coreada por todos los presentes. El que no sabía la letra pues inventaba.
Los conciertos de Deftones siempre resultan ser experiencias intensas y espirituales (fan from hell redactando), como una montaña rusa, una mezcolanza de sentimientos que sólo pueden concebir aquellos que han visto a Moreno y su tribu. Dicho fenómeno ya estaba desatado en canciones como Diamond Eyes, Swerve City, Rosemary y Gore momento cuando Chino hizo lo que siempre hace Chino; volverse loco y bajar a cantar con el público. Pero uno de los actos más trascendentales fue cuando directo del Saturday Night Wrist, último disco que vio a la alineación original del grupo, sonó Kimdracula, casi nadie washawasheó, solo los true fans se sabían esa, sublime.
Vinieron tres de los tracks más comerciales de la banda, la siempre sexosa y cachonda Digital Bath (me han contado que tener relaciones con tu pareja con esa canción de fondo, es verdadero amor, me han contado), la espiritual y pocas veces interpretada en vivo en tierras mexicanas, Knife Prty y después cerrar con la excelsa Change (In the House of Flies), obviamente Chino con guitarra en mano. Todo el momento de colección del White Pony.
Teníamos que volver a la euforia. Sergio, Frank y Abe lo sabían y fue que desde los primeros años de la banda se dejó venir otro clásico, My Own Summer (Shove It). Éste instante fue el que catapultó la presentación de Deftones en redes sociales y cuyo impacto duró por varios días. Chino, porque Chino puede hacer lo que se le dé en gana, a media canción se le ocurrió abrir su camisa negra y enseñarles a todos que portaba el jersey de visitante del equipo de futbol de la primera División de la Universidad Nacional Autónoma de México, Los Pumas de la UNAM. Si muchos ya estaban prendidos esto los piró más. Otros al momento de verle la playera se molestaron un poco, pero qué importa; es Chino Moreno y puede hacer lo que él quiera.
Moreno agradeció a todos los fans mexicanos por haber hecho un show simplemente increíble, aprovechó para dar gracias también a las bandas asistentes al festival y a Slipknot por haberlos traído a México una vez más. Head Up desató una última tanda de saltos y mosh pits en toda la pista, los ríos de gente incrementaron su intensidad, ya era la última canción, el preámbulo al show principal. Chino, buscando cerrar fuerte, una vez más bajó del escenario para cantar con el público. Todos los fans from hell en primera fila no podían pedir más.
Contundente, ruidoso y extraordinario fue el cierre de la presentación de Deftones. Quizá un poco corto el setlist, pero recordemos que no era su festival. Steph se vio todo el tiempo un tanto apático,quizá hasta molesto, pero no repercutió en su ejecución. Frank, Abe, Sergio con toda la actitud y Chino, simplemente salió a matar. Ya se antoja que vuelvan con un show en solitario también. Ya sólo queda una banda. Todos, absolutamente todos están frente al Main Stage. Dos enormes cortinas rojas con uno de los logotipos de Slipknot caen sobre el escenario. El grandioso cierre estaba por iniciar. La luna continuaba expectante e impactante sobre todos los presentes.
La sorpresa se perdió cuando el aire arremetió contra el escenario, el staff tuvo que sostener las cortinas para que no volaran, pero qué puede hacer uno contra la naturaleza; total ya habíamos visto cómo iba el montaje del escenario. Terminaron por alzarlas. Las ansias comenzaron a hacer estragos en todos, los chiflidos para que empezara no se hicieron esperar. Las luces desaparecieron de pronto para dar paso al intro. La canción quedó literal al momento, Be Prepared For Hell. Los visuales complementaron.
Poco a poco la secta de Slipknot apareció frente al ya enardecido público. La guitarra de Jim Root comenzó a destrozar tímpanos. La demencia audiovisual llamada Slipknot estalló sobre el escenario con The Negative One. Todos en el público, absolutamente todos perdieron el control, los mosh pits explotaron por doquier, no había nadie quieto, la maldita demencia que no se detuvo con Disasterpiece, Eyeless y Before I Forget.
Los ánimos se calmaron un poco, tal vez para tomar aire con The Shape, KillPop y Dead Memories; sigan fumando. Todo el Foro Pegaso se había convertido en un nido de alrededor de 100 mil maggots celebrando la segunda llegada de Corey Taylor y compañía.
Visualmente presenciar a Slipknot resulta ser un golpe y saturación a los ojos, de esas con las que sueñas por varios días. Corey sin poder saltar por recomendaciones médicas paseaba enérgicamente por todo el escenario y aventando botellas de agua al público. Shawn Clown Crahan y Chris Fehn volando y girando junto a sus percusiones en cada extremo del escenario, Craig Jones y Sid Wilson bailando como orates, mientras Jim Root y Mick Thomson marcaban la intensidad de los decibeles así como la distorsión con sus guitarras. Los sustitutos Alessandro Venturella y Jay Weinberg en bajo y batería respectivamente cumplieron a la altura de la banda; el show simplemente era impresionante y cargado de adrenalina.
Taylor se dio un tiempo para interactuar con el público, agradecido con los fans mexicanos, a grado tal que él y la banda ya se sentían compatriotas también y que era la segunda de muchas vistas al país. Invitó a recordar aquellos días del Iowa (por mucho el mejor disco del grupo, según la humilde opinión de su servibar), con el escenario completamente teñido en rojo, The Heretic Anthem renovó los pits y los saltos en todos lados. Desde el discurso de Corey comenzó a percibirse un fuerte olor a quemado, su servibar creyó que a falta de drogas, los loquillos comenzaron a inhalar otras cosas, pero no, era algo peor. De pronto la banda quedó muda, al igual que el público.
El demencial grupo pasó a la parte trasera del escenario, el olor aún era muy fuerte. Pasaron algunos minutos, Sickness y compañía regresaron, mientras él en un español mocho pidió disculpas por la falla en el sonido y, como buenos profesionales, volvieron a empezar desde arriba. Pasaron dos minutos y la banda volvió a quedarse muda. Ya molestos volvieron a abandonar el escenario mientras la gente estaba incrédula por lo que estaba sucediendo. El escenario maldito que a comparación de un día antes mejoró mucho la calidad de sus sonido, esta vez en el show principal tronaba. Las luces y el escenario permanecieron quietos alrededor de media hora, muchos aprovecharon para sentarse y bromear con lo sucedido, aunque la verdad es que la tensión por una posible cancelación era muy probable. Creo que así iniciamos el primer volumen de esta reseña…
Cuando su servibar creía que todo estaba perdido, Corey y compañía volvieron al escenario. Entre aplausos y gritos, la mayoría de apoyo a la banda, Sickness dio lo siguiente: “Hubo un problema que tomó algo de tiempo de arreglar, queremos que sepan que en caso de que esto vuelva a suceder nos retiraremos otra vez para tratar de solucionarlo. Pero no importa cuántas veces suceda, ¡nosotros regresaremos y regresaremos las veces que sea necesario!”. Volvió la euforia total con ese discurso.
Ya la canción maldita fue dejada del lado y las hostilidades continuaron con Psychosocial, Left Behind, Custer, The Devil in I y Skin Ticket. Siempre con el pendiente de que el sonido volviera a tronar, la verdad. Pero conforme la demencia audiovisual volvió a agarrar vuelo, el incidente se fue olvidando poco a poco. Total la tercera es la vencida.
Taylor volvió a pedir al público que volvieran al pasado, a 1998 con dos de sus grandes clásicos y que los lanzaron al mainstream. Wait and Bleed y (sic) que simplemente molieron a todos. La banda se despidió, todo quedó en silencio y a oscuras. Muchos comenzaron a retirarse, la presentación ya tenía bastante atraso y el camino era largo, había trabajo y escuela al otro día.
Poco a poco se escuchó una canción de The Tiger Lillies llamada Hell y Sickness reapareció bailando muy peculiarmente. “¡¿Quieren más?!”. Algunos se regresaron, otros aplaudimos una vez más, el show continuó.
Surfacing y Duality continuaron con la brutalidad con la que la banda inició el show, totalmente old school esta parte. Llegó el momento de romper el propio récord del grupo del año pasado. En Spit It Out el objetivo, como el años pasado; era dar un enorme salto desde el suelo, por eso Taylor pidió a todos arrodillarse al mismo tiempo que preguntó si los fans que no asistieron el año pasado y si los que sí lo hicieron recordaban la temática. Para algunos era imposible hacerlo, los estragos de dos días de Metal ya no dejaban al cuerpo hacer muchas cosas, pero el querer es poder, y más cuando los fans from hell no dejan de presionarte a que lo hagas.
Llegó el momento y según Sickness a su señal saltamos y rompimos el récord del año pasado, la fiesta continuó con el remanente de Spit It Out. Corey agradeció a todos una vez mas por hacer de esta segunda edición algo inolvidable, y que a pesar de que a la mitad de su presentación las cosas se volvieron un poco truculentas, éste había resultado algo inolvidable. Entre aplausos los oriundos de Des Moins, Iowa se retiraron al son de Funny y ‘Till We Die. Con todo y truene del sonido, Slipknot dio un show histórico sin duda alguna.
Completamente agotados, los más de 100 mil asistentes comenzaron a desalojar, el crew y su servibar antes de hacerlo visitaron el baño por última vez, la siguiente misión era encontrar algo de cenar y quizá un par de tragos coquetos más. No hacía tanto frío como un día antes y ya sabíamos hacia dónde caminar para encontrar transporte y regresar al cuarto de hotel e intentar descansar un poco. Total íbamos a aplicar San Lunes y la noche aún era joven. Había que consagrar el fin de semana más loco y esperado del año. El Knotfest México 2016…