Hell And Heaven 2018 Vol. I: El día que supimos que a Tlaloc le prende el Metal

Scorpions HH 18

Klaus Meine cerrando fuerte las hostilidades del primer día del Hell And Heaven 2018. Foto: Raquel Coss

Nota: Antes de que comiences a leer nuestra reseña y rememorar uno de los fines de semana más intensos en lo que va del año, debemos aclararte que este relato dividido en dos partes será contado por distintas voces, diferentes puntos de vista de miembros del staff de El Club del Rock México que nos dimos a la titánica tarea de registrar cada momento del festival mexicano de Metal, si se nos pasó algo, eres libre de compartirlo con nosotros. ¡Gracias!

Súpeg Malou

Viernes 4 de mayo, un día con grises nubarrones en el horizonte, un augurio de que la locura estaba a punto de desatarse. A primeras horas de la tarde, una moderada marea de playeras negras comenzó a inundar las puertas de acceso al Autódromo Hermanos Rodríguez donde se realizaría la tercer edición del Corona Hell and Heaven en la Ciudad de México.

Esto cambiaría con el paso de las horas, la intensa vida godín de los metaleros no puede dejarse del lado completamente, si fuera así ¿cómo podríamos costear esas entradas?

El público presente en los shows de las primeras bandas estaba compuesto por ninis, ruckanroles o metaleros de la vieja escuela, así como el que pidió vacaciones y algunos estudiantes. Pero el espíritu y culto a los dioses del Metal ya estaba a todo lo que daba.

Los tapatíos de Pressive fueron los encargados de abrir las hostilidades en el Heaven Stage, mientras que al mismo tiempo, sus paisanos de Thantra hacían lo propio en el True Metal Stage; oficialmente los riffs eran desatados en el festival por bandas mexicanas de alto calibre.

Thantra.
Foto: Raquel Coss

La intensidad se podía cortar en el aire, por eso los poblanos de Beta comenzaron a tirar el entarimado del Alternative Stage seguidos por los nayaritas de Sierra León.

A esas horas los Godínez metaleros ya abandonaban sus oficinas, mientras que otros posiblemente desanudaran sus corbatas saliendo del metro, no es que los hayamos visto.

Tim Drake

La riffisa loca desató su estruendo 10 minutos después de las tres de la tarde, los Cardiel con su poderío demostraron ser una banda que sigue sin ser valorada en un sector en el que debería de merecer más atención tanto de medios especializados como del público conocedor.

Cardiel.
Foto: Raquel Coss

Pero basta, era momento de escuchar algo de “Rock de Hombres” como dicen por ahí. El Stoner Doom de los regios de Maligno despertó a los que llegaron todavía con flojera -ya era la hora de llegada de los godínez-; la banda demostró con sus potentes riffs porqué su nombre se apodera  cada vez más de un lugar dentro y fuera  de la escena musical del país; breve, pero excelente actuación. 

Es momento de correr, De La Tierra y su dream team comandados por AlexBaterista de Maná, sí el grupo que estás pensando-, y su soberbia técnica en la batería dieron un show más que aceptable a su ya creciente legión de fans. No tiene mucho desde que se presentaron en el SALA Corona, con un show benéfico tras los sismos de septiembre pasado en la capital mexicana, donde fuimos testigos de su calidad musical y cuando prometieron que estarían presentes en el Hell And Heaven…

De la Tierra.
Foto: Raquel Coss

Súpeg Malou

Mientras muchos recordaban sus días de secundaria en la presentación de Qbo en el Hell Stage, otros ya estaban quedándose afónicos en el Heaven Stage tras el bloque del trío de hermanas de The Warning y Ágora; banda que se ha vuelto imprescindible en este tipo de eventos en la República Mexicana.

The Warning.
Foto: Raquel Coss

Por otro lado, en el True Metal Stage; los ya experimentados tapatíos de Nightbreed hicieron la mancuerna perfecta con los flamantes ganadores del Wacken Open Air Metal Battle 2017, Jet Jaguar, un par de shows que si se perdieron, andaban muy de hueva o seguían batallando en la oficina.

Jet Jaguar.
Foto: Raquel Coss

Directos desde Colombia,Vein  con su Death Metal hizo lo propio en el True Metal Stage. Al mismo tiempo Gruesome reventaba tímpanos en el Alternative Stage, mientras un aire húmedo comenzaba a recorrer las inmediaciones del Autódromo.

Al mismo tiempo que uno de los platillos principales del día, el trío de alemanes barbones de Kadavar estaba ya sobre la tarima del Heaven Stage…

Tim Drake

Y llegó el turno de Kadavar, superando las expectativas de muchos que aún no los ubicaban y dando cátedra de virtuosismo para sus fans que orgullosos presumían sus playeras psicodélicas. 

Kadavar.
Foto: Raquel Coss

El trío alemán demostró porqué es una de las bandas más reconocidas alrededor del mundo, gracias a ese sonido único que poseen; hoy en día no se trata de si es Stoner, Psychblues, Psicodelia, Rock o lo que sea, estamos hablando de absoluta calidad musical.

Mientras se retiraban, las primeras gotas de la tormenta comenzaron a caer sobre la multitud…

Whatafack

Tres rolas son, comúnmente, el tiempo del que disponemos los fotógrafos para capturar a  una banda. En el Hell and Heaven no fue la excepción. Durante este proceso somos acompañados por el personal de seguridad del festival, una vez terminados los tres temas regresamos a la zona de prensa.

Testament.
Foto: Raquel Coss

Este protocolo transcurrió bien durante los primeros grupos. Al mismo tiempo que la tarde comenzaba a caer, una nube negra que envolvía al Autódromo dejó caer las primeras gotas de lluvia, mientras Testament ya deleitaba a toda una congregación en el True Metal Stage. Era hora de tomar medidas, si es que quería fotografiar a las bandas restantes.

Por el tiempo que tomaba regresar al Hell Stage, no hice escala en el área de prensa, bajo una incesante lluvia continué para alcanzar a Refused, que según dicen los rumores, dio uno de los mejores shows del primer día. Una vez concluidos los tres primeros temas, pude volver a prensa, mientras la lluvia se transformaba en tormenta.

Refused.
Foto: Raquel Coss

En la carpa, algunos compañeros ya se habían colocado sus sudaderas, capas de plástico, impermeables y protectores de cámaras, era hora de entrar en personaje y hacer lo propio, mientras se recargaba un poco la pila del equipo. 

Con la torrencial lluvia de fondo, mi dilema era capturar a The Darkness, Moonspell o a Dead Cross, tocaron prácticamente al mismo tiempo. ¿Qué banda hubieran elegido? Era hora de tomar una decisión, la fila de fotógrafos que iba para Moonspell ya iba hacia allá y la sesión de The Darkness ya había comenzado.

Mientras, los asistentes corrían a refugiarse, algunos se colocaron sus impermeables, otros prefirieron solo quitarse la playera, la lluvia era inevitable.

Yo ya estaba lista para salir junto con la comitiva de fotógrafos hacia el Heaven Stage y capturar a Mike Patton y Dave Lombardo al frente de Dead Cross.

Durante el trayecto, algunos metaleros se las arreglaron debajo de mesas, plásticos y todo lo que encontraron, compartieron impermeables mientras otros disfrutaban del festival desde zonas techadas. Algunos más se entretenían con los charcos.

Llegamos con Dead Cross, la poca iluminación sobre los músicos me obligó a hacer un cambio de lente a otro con mayor apertura, sin embargo la lluvia podría mojar parte del equipo mientras que el tiempo avanzaba.

Dudé y finalmente seguí trabajando con mi lente 55-200, y así seguí con Mastodon y Bad Religión. A los fans en barricada parecía no afectarles el agua, su entrega era total…

Bad Religion.
Foto: Raquel Coss

Súpeg Malou

Mientras la tormenta no discriminaba y por momentos jugaba con nosotros mientras aminoraba, se dieron todo tipo de escenas peculiares en las entrañas del Hell and Heaven. Desde los que trataban de no mojarse más dentro de los baños portátiles, retando a los truenos debajo de los árboles o aprovechando la confusión para armar una orgía dos a dos dentro del baño.

Una nutrida multitud ya se había congregado frente al Hell Stage al momento que Dead Cross daba fin a una brutal presentación. Mientras el soundcheck continuaba, parte del staff tenía que barrer enormes charcos de la tarima del escenario.  

Cinco minutos, fue lo que la lluvia paró. Al ritmo que Troy Sanders, Brent Hinds, Bill Kelliher y Brann Dailor desataron la furia en su cuarta visita a nuestro país.

Mastodon.
Foto: Raquel Coss

La bienvenida al desierto del Emperor of Sand se dio al compás de Sultan’s Curse, seguida de la psicodelia de Divinations, lo que provocó que Tlaloc volviera a headbanguear con fuerza y la tormenta volviera, con más intensidad.

En un arrebato de euforia, en el que el brillo de los reflectores y estrobos se intensificaba aún más con las enormes gotas de lluvia y los relámpagos detrás del cuarteto de Atlanta. Los pesadísimos riffs de Sludge y Metal Progresivo perforaron hasta el fondo de la mente de muchos, a grado tal que a algunos los transportó a un estado primitivo.

Mientras retumbaba Black Tongue y Colony of Birchmen un grupo de posers al lado de su servibar comenzó a chocar entre ellos y a los pobres que se encontraban cerca, que seguramente resintieron más los impactos por el entumecimiento por horas debajo la tormenta. Pero el karma es ley, y durante los empujones, uno de estos loquillos terminó con el hombro dislocado.

Mientras, Mastodon hacía de su presentación una auténtica montaña rusa, con tracks que terminaban en saltos y pequeños mosh pits, así como otros que alteraban los sentidos de los presentes junto a los zombies, esqueletos y serpientes que aparecían en los visuales.

Mastodon.
Foto: Raquel Coss

Mención honorífica para Brent Hinds, quien contrario a su última visita en el Vive Latino hace un par de años,  cuando él no se escuchaba en los amplificadores y puso de mal humor a todos. Esta vez se mostró completamente entregado a la música y al público. Giraba, caminaba por toda la tarima y hacía sus locuras que lo hacen único. Aunque volvió a patear los amplificadores, pero de gusto.

Megalodon, Andromeda, Mother Puncher y Blood and Thunder sellaron una de las mejores presentaciones del Hell and Heaven, a manos de una de las bandas con mayor potencial, según críticos especializados.

La lluvia no paraba…

Tim Drake

Los más nostálgicos o conocedores no podían permitirse dejar de disfrutar a una de las pocas bandas legendarias que siguen de pie, Deep Purple.

Así, como la inclemente lluvia, el proverbial grupo arrancó con Highway Star con la penetrante voz de Ian Gillan, la explosiva batería de Ian Paice, las alucinantes guitarras de Steve Morse, el bajo de Roger Glover y el hipnótico teclado de Don Airey.

Deep Purple.
Foto: Raquel Coss

De lejos, el escenario parecía una pintura viva, una construcción plástica de grandes dimensiones que solo puede tener sentido cuando monstruos de ese calibre se apoderan en ese preciso tiempo y espacio.

Los conocedores disfrutaron Strange Kind of Woman, Uncommon Man dedicada a Jon Lord; y Perfect Strangers. Pero el clímax, predeciblemente, llegaría con Smoke on the Water.  

El final fue acercándose cada vez más rápido, sin control y siempre con aroma setentero, Black Night sirvió como el final perfecto para una noche más que obscura por las nubes aún ensombrecidas con más lluvia derramándose sobre el Autódromo.  

Pero el aquelarre no terminaba ahí. Scorpions, una banda odiada, valorada, atacada, adorada, que al parecer muchos quieren desaparecer y otros tratar como dioses, sería la encargada de cerrar el primer día de de hostilidades.  

Con un imponente setlist de 16 canciones, incluido el encore, repasando todo su material discográfico y el morbo de traer al bataco de Motörhead, el grupo dio muestras de la gran convocatoria que tiene en tierras azteca con canciones coreadas y sus power ballads que sacaron  una lágrima a más de uno; fueron prueba de ello. 

Scorpions. Foto: Raquel Coss

El desfile de clásicos estuvo compuesto por canciones como Coast to Coast, The Zoo, la infaltable Wind of Change; Still Loving You y el cierre con Rock You Like a Hurricane, fueron suficientes para los que soportaron la tormenta hasta el final.

El momento clave de la presentación fue con Overkill y el ultra plus con un solo de Batería  del buen Mikkey Dee, rindiendo tributo a Lemmy Kilmister. 

Scorpions.
Foto: Raquel Coss

Eso fue el día viernes de un festival con una tormenta que seguramente ahuyentó a muchos, que puso a prueba a esos que se dicen muy rudos y querían un evento de primer mundo con circunstancias extremas. Eso fue el primer día del Hell and Heaven con una gran cantidad de bandas de calidad, nacionales y extranjeras…

Súpeg Malou

Completamente entumidos tras siete horas de lluvia, el camino hacia la salida del Autódromo Hermanos Rodríguez fue rápido o eterno para muchos, dependía de cuánto ansiabas salir para echar los tragos coquetos, quitarte la ropa empapada y pesada o simplemente ir a tu cama.

Mención honorífica para nuestra fotógrafa, que ante las condiciones climáticas adversas, no escatimó en esfuerzos y se mantuvo fiel al Merol y la fotografía, no se hagan de la vista gorda y pasen a ver su galería aquí, acá, allá, en  este y por acá.

Llovió en toda la ciudad, en ciertos puntos de esta granizó, pero no en el inicio del Hell and Heaven, en su tercer edición en la capital mexicana, día que será recordado como el momento en el que nos dimos cuenta de que, a Tlaloc también le prende el Metal y la distorsión…

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