La cátedra lleva el nombre de Rock y el profesor a cargo es Glenn Hughes, que comience la clase.
Si en un laboratorio pudiéramos crear un ser musical que surja de la mixtura del buen gusto del blues y el más experimentado jazz, la pasión y el sentimiento del soul, el ritmo y la gracia del funk y la desbordante energía propia del metal más extremo…
¿Cuál sería el resultado?
La respuesta es MEDIO Glen Hughes, ya que incluso todos esos atributos resultan escasos a la hora de describir a esta leyenda de cuerpo presente que sigue rockeando como lo hacía cuarenta años atrás.
Es martes y la tarde se presenta un tanto fresca… ¿Qué mejor excusa que acercarse al Groove para combatir el frío y cortar la semana con el regreso del rockstar que mejor supo mantenerse a través de los años?
Y es que el ex Deep Purple con 64 años se presentaba una vez más de manera solista en Buenos Aires luego de su visita en el año 2007.
¿Hablamos de tan solo un miembro más de una de las mejores bandas de rock de todos los tiempos (como si esto fuera poco)?
Desde ya que no. Además de haber logrado una prolífera y reconocida (aunque quizás no lo suficiente) carrera solista, formó parte de bandas como Trapeze, Black Country Communion y fundó California Breed junto a Jason Bonham y Andrew Watt, sin mencionar un sin número de participaciones entre las que se destaca la grabación del álbum Seventh Star junto a Tony Iommi que finalmente saldría editado bajo el nombre de Black Sabbath.
Para la ocasión lo acompañaba Doug Aldrich en la guitarra; otro que viene flojo de currículum… Supo acompañar a Ronnie James Dio hasta el trágico día de su muerte. Hasta el año pasado estuvo haciendo de las suyas junto a David Coverdale en Whitesnake y consecuentemente formó Revolution Saints junto a Jack Blades y Deen Castronovo.
Pero la actualidad lo encuentra ocupando su tiempo girando con Hughes y Pontus Engborg en la batería, que lejos de ser un cesionista de turno se aseguró su lugar y hasta tuvo su momento de solo tras los parches sobre la recta final del show.
Si bien la edad promedio de los concurrentes superaba los cuarenta años, la apertura con Stormbringer fue suficiente para volarle la peluca a los heavy-rockers más jóvenes que pudieron experimentar, en un poco más de una hora y media, esa magia única tan característica de los años 70’s y 80’s.
Le siguió Orion, perteneciente a su etapa solista donde ya se puede percibir una composición más personal que da espacio a que su bajo se luzca de punta a punta y luego Way Back to the Bone de Trapeze, la banda de la que formó parte antes de ingresar a aquella que lo consagraría con todas las letras.
– Si supiera hablar español y les contará de qué habla la letra me enviarían a la cárcel.
En el año 1971 era tan solo un niño, recién me estaba descubriendo en la música y compartí este grupo con músicos 10 años mayores que yo.
Recuerdo que Mel Galley me vino a buscar, me agarró del cuello y me dijo: ¡Cantá hijo de puta!
Hughes lo recordó como un hermano y le agradeció juntando las palmas de sus manos mirando hacia arriba como quien le reza a un Dios buscándolo en el cielo.
Si bien es sabido que las frases como “los amo” y “son la mejor ciudad del mundo” no son más que un cliché usualmente efectivo, pero algo desgastado para los que ya tenemos algún que otro recital en nuestro haber, la gratitud de la voz del rock abre una nueva arista con frases como:
– ¡No me quiero ir! ¡Quiero quedarme acá!
– Si alguien les pregunta, pueden decir que soy su amigo, porque todo el que paga para escuchar mi música y verme haciendo lo que amo hacer, es mi amigo.
Después de que sonara Sail Away me transporté de tal manera que ni siquiera puedo dudar de su sinceridad. ¡Si te presentás en Octubre, mi voto es tuyo genio!
Claro está que los temas más esperados por todos eran los clásicos que quedaron inmortalizados de la mano de Blackmore y compañía, pero me sorprendió la respuesta por parte de los presentes ante One Last Soul, la primer canción que compuso para Black Country Communion, que sonó con una fuerza tal como si se tratara de una banda reciente que busca comerse al público con cada acorde.
Si se puede decir que algo le sobró a este espectáculo, ese algo fue onda y energía.
El show no cayó nunca. De hecho uno esperaría que ante un tema de medio tiempo la emoción baje y en este caso ocurrió todo lo contrario. Después de todo, no es para menos, ya que la canción más lenta de la noche fue nada más y nada menos que Mistreated.
– Era Junio de 1973. Fui a la casa de Richie y aún no tenía ninguna canción para Burn. Solo tenía unos acordes, su guitarra y un bajo.
Quiero que ustedes tengan la experiencia de sentir lo mismo que me ocurrió a mí en ese momento cuando se me erizó la piel.
Los voy a dejar con uno de los mejores guitarristas del mundo y uno de los mejores seres humanos que he conocido en mi vida.
Fue con esta introducción que dio pie a un solo que derivaría en el que fue uno sino el pico máximo de un concierto impecable. El mismo fue tan emotivo como técnico, lleno de yeites de rock y blues ideales para el deleite de los que sueñan con llegar a ser maestros en la escuela de las seis cuerdas.
Y a todo esto…
¿Cómo sonó la banda?
Algo así como un desfibrilador triple. Cada nota, cada golpe, cada puazo iba directo al pecho como si se tratara de una descarga eléctrica. El nivel perfecto entre nitidez y volumen.
Antes de continuar quisiera volver e insistir en la actitud de Hughes que no dejó de agradecer a la audiencia cada vez que tuvo la oportunidad de hacerlo.
Cuando llegó el momento de referirse a Dio, a quien dijo que lo conoció en la época de ELF, se lo notaba realmente agradecido; no solo por su legado sino por ser el responsable de que hoy lo podamos disfrutar junto a Aldrich.
– Es una buena noche para escuchar algo de Whitesnake ¿no?
¡Siempre! Y así llegó la celebrada Good to Be Bad. La misma que da nombre al álbum que marcaría el regreso discográfico de la banda en el año 2008 a once años de su antecesor Restless Heart.
Si algo faltaba antes del gran cierre era repasar momentos claves de su carrera donde compartió su talento con el de otros músicos reconocidos de diversos estilos, como es el caso del baterista Chad Smith, de Red Hot Chili Peppers y el guitarrista Dave Navarro de Jane’s Adiction que también tuvo su paso por la banda oriunda de California.
Las canciones fueron Can’t Stop the Flood y Soul mover, intercaladas por el ya mencionado solo a cargo de Pontus Engborg.
Con esta última que daba nombre al álbum editado en el 2005 y que también nos dejó un video abandonaban el escenario haciendo crecer la expectativa incluso un poco más para quemar el lugar minutos más tarde con el infaltable que todos estábamos esperando. ¡Burn!
SESTLIST COMPLETO:
Intro
Stormbringer (Deep Purple)
Orion
Way Back to the Bone (Trapeze)
Sail Away (Deep Purple)
Touch My Life (Trapeze)
One Last Soul (Black Country Communion)
Solo – Doug Aldrich
Mistreated (Deep Purple)
Good To Be Bad (Whitesnake)
Can’t Stop the Flood
Solo – Pontus Endborg
Soul Mover
Encore:
Burn (Deep Purple)
Bandas invitadas: TRIAL X (Jazz-Rock-Fusión) yArden.Oficial
Cronista: Marcos Lowi
PH: Flor Conde ( Flor Conde fotografía )
Mirá el álbum completo en:
https://www.facebook.com/media/set/?set=a.703381466459161.1073742011.277480855715893&type=3