THE CURE – KISS ME KISS ME KISS ME

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The Cure | Foto: archivo

Para EL CLUB DEL ROCK: Mr. Yagami

Antes de hacer esta reseña juro que estuve debatiendo por días cuál álbum de The Cure debía representar. Siendo fan incondicional de los ingleses, es muy difícil decidir cuál disco debía ser “EL” disco. Toda su discografía tiene algo digno de representarse pero lo que me hizo decidirme por este álbum es simplemente su eclecticismo. En este Long Play hay de todo, como si la banda de Robert Smith quisiera hacer una compilación de todos los cambios drásticos que ha tenido.

¿Y a qué se debió esta diversidad? A que el señor Smith decidió que su banda dejaría ser una dictadura y también aceptaría ideas de los demás miembros. Teniendo a gente como Porl Thompson [guitarrista y teclista] y Boris Williams [baterista] que son espíritus libres, muchas de las canciones acabaron teniendo una estructura no lineal. De las 18 canciones que terminaron en el álbum muy pocas seguían esa estructura Verso-Coro-Verso-Coro-Final.

Para muestra ahí está el corte que abre el disco: “The Kiss”. Parece una total improvisación en donde las guitarras pintan unos descabellados trazos sobre el lienzo hecho por el bajo y la batería. Impecable manera de abrir el álbum. “Catch” fue uno de los singles del disco por su corta duración y su encanto. Ese sutil violín y esas liricas en donde Robert Smith habla de una chica que aparece en sus sueños hacen exquisito el tema. “Torture” es una canción donde el baterista Boris Williams y el bajista Simon Gallup sacan chispas, sobre todo el primero. Ese hipnotizante ritmo que lleva en toda la canción hace a cualquiera sacar sus Air Drums. Y a esto habría que agregarle esos teclados típicamente ochenteros que redondean perfectamente el tema. Siempre me he preguntado quién los habrá creado, ya que 3 miembros de la banda han sido acreditados en este álbum como teclistas. Lol Tolhurst supuestamente es el teclista oficial pero según los testimonios de sus compañeros de grupo, muy poca fue su contribución. Los excesos de alcohol de Lol harían que un tecladista adicional lo apoyara en la gira de presentación del disco: el genial Roger O’Donnell.

Las influencias arábigas [que creo fielmente que fueron aportaciones de Porl Thompson] pueden apreciarse en las preciosas “If Only Tonight We Could Sleep” y “The Snakepit”, ambas piezas tienen ritmos hipnóticos que, sin estar bajo influencia de las drogas, pueden hacerte volar. El pop que tanto éxito le había dado al disco anterior, “The Head on the Door”, aun tenía para dar más éxitos y fue por eso que “Why Can’t I Be You?, “Just Like Heaven” y “Hot Hot Hot” [todos singles del álbum] hicieron estallar las listas de popularidad inglesas. De hecho, “Just Like Heaven” fue el primer éxito real en los Estados Unidos gracias al magnífico video que se transmitía frecuentemente por la MTV. Huelga decir que estas 3 canciones contienen tantas melodías pegajosas [o “ganchos” en el argot musical] que el éxito era de esperarse.

Muy aparte hay que hablar de “How Beautiful You Are…”, que en mi personal opinión es la joya del álbum y una de las mejores canciones que The Cure haya compuesto. Basada en un poema de Charles Baudelaire llamado “The Eyes of the Poor”, esta canción lo tiene todo. No le encuentro fallo alguno o palabras para describir lo bella que es. Sólo le estoy eternamente agradecido a la banda por producir algo tan sublime como esta canción.

“Hey You” es un Rock N’ Roll a ritmo frenético que lamentablemente no se incluyó cuando el álbum fue puesto en CD. Hoy gracias a la tecnología lo podemos disfrutar en la Deluxe Edition del disco. La experimentación en la guitarra sigue con “All I Want”. El riff de entrada es poderoso y resuena aun más por las líneas de bajo que Simon Gallup le agrega. De ahí en adelante la canción es toda una plegaria al sexo. Una muy buena plegaria con un excelente tópico.

El lado dulce y melancólico de Robert Smith también está presente en “One More Time” y “A  Thousand Hours”. Las canciones son tan melódicamente dulces que podrían darte diabetes. Pero eso sí, son angelicales, dignas de ser dedicadas a esa persona especial. Hubo una canción que no fue incluida en el disco pero que también forma parte de las sesiones de este álbum y es “To The Sky”, un tesoro que muy pocos conocen y que verdaderamente es una obra de arte. Así como el lado obscuro de Robert Smith es depresivo y siniestro, su lado dulce es bastante bello y puede dar a luz canciones como estas.

“Like Cockatoos” es difícil de describir. Es como un viaje puesto en LSD del más potente. Las guitarras acústicas y los instrumentos de percusión resuenan en nuestro cerebro mientras Smith nos avienta una letra que seguramente escribió estando puesto en la droga ya mencionada. Ya era turno de que Boris Williams se luciera exclusivamente y por eso le dieron sus 4 minutos de esparcimiento en “Icing Sugar”. La batería suena compleja y podría ser un perfecto ejercicio para cualquier aspirante a tocar el instrumento. Pero siendo The Cure, un grupo lleno de gente talentosa, no le podrían dar solamente los focos de atención a su baterista: en la canción Simon Gallup entrega unas placenteras líneas de bajo dignas de aplauso de pie y que completan el tema a la perfección. El teclado, las guitarras, el saxofón y hasta la voz quedan en segundo plano ya que este tema es muy “Drum & Bass”.

The Cure

Los últimos 3 temas son muy peculiares y distintos a la vez: “The Perfect Girl” es un tema pop que a mi parecer suena como relleno. “Shiver and Shake” es como The Cure tratando de tocar Heavy Metal. Con un poco más de distorsión podría pasar perfectamente como canción para headbangear. Y más si le agregas esa letra llena de odio donde llama al sujeto de la canción “inútil”, “feo” y “jodido desperdicio”. Pero, ¿a quién iba dirigida tanta hostilidad? Pues precisamente a Lol Tolhurst, el teclista. El señor Tolhurst había fundado The Cure con Robert Smith por allá de 1977 y había empezado como baterista, después fue teclista y después, como lo dice la canción, un inútil. Su alcoholismo lo había prácticamente consumido y su aportación a la banda era nula. Roger O’Donnell cuando entró a la banda lo describió como “peso muerto” y no se explicaba que hacía en The Cure. Quizás en un intento de hacerlo entrar en razón, Robert Smith le dedicó esta crítica poco constructiva. Se dice que mientras grababa su parte vocal para la canción, le pidió a Tolhurst que se parara frente a él para tener la inspiración de cantar tan desgarrado y transmitir ese odio a través de su voz. Funcionó perfectamente. Yo no me explico como Tolhurst no se sintió mal por esta acción. Seguramente andaba ebrio y no se dio cuenta.

El corte que cierra el disco es “Fight”, una verdadera oda al optimismo y que musicalmente es magnífica. El riff pesado de la canción y los formidables teclados hacen a la canción mi segunda favorita del disco. Cuando cierras un disco con una frase como “Never Give In” verdaderamente te inspira.

En abril del año pasado Robert Smith prometió que en algún momento tocaría este disco en su totalidad. Sigo esperando con los dedos cruzados el poder ver esta osadía. Kiss Me es un álbum que quedará para la posteridad. Un verdadero ejemplo de cómo se puede ser ecléctico sin perder tu esencia.

Todas las liricas compuestas por Robert Smith. Toda la música compuesta por The Cure.

  1. «The Kiss»
  2. «Catch»
  3. «Torture»
  4. «If Only Tonight We Could Sleep»
  5. «Why Can’t I Be You?»
  6. «How Beautiful You Are…»
  7. «The Snakepit»
  8. «Hey You!»
  9. «Just Like Heaven»
  10. «All I Want»
  11. «Hot Hot Hot!!!»
  12. «One More Time»
  13. «Like Cockatoos»
  14. «Icing Sugar»
  15. «The Perfect Girl»
  16. «A Thousand Hours»
  17. «Shiver and Shake»
  18. «Fight»
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