Viet Cong – Viet Cong: Los hypes necesarios

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Portada del álbum debut de Viet Cong. Fuente: Sitio de Bandcamp de Viet Cong.

En el mundo de la música, sucede todo el tiempo ese fenómeno llamado ‘hype’, en donde una banda cualquiera recibe gran atención por parte de los medios y de esa manera se hace crecer la ansiedad por la llegada de algún material nuevo de la banda en cuestión. Todos los años los hay, sean con grupos nuevos (como Circa Waves, cuyo repetitivo debut fue aupado por la NME) o de bandas ya reconocidas (apunten aquí a Ghost). Lo interesante es cuando tal movida de prensa tiene razón, cuando efectivamente hablan de algo que sí merece reconocimiento, que sí merece al menos una oportunidad de que escuches al grupo o artista con quien llenan sus páginas. Los canadienses Viet Cong y su autotitulado debut son la muestra justa de esto.

Con un EP simplemente titulado Cassette y un estilo experimental que combina post-punk, ciertas vertientes de rock industrial y algo de kraut, el cuarteto canadiense Viet Cong está dando que hablar con su primer álbum, lanzado a través de Jagjaguwar en los primeros meses de este año. Pero la pregunta de siempre radica en si tanta habladuría mediática es necesaria o cuanto menos si vale la pena. Desde ya, y para hacerla corta, les avisamos que sí. Vale la pena. Da a priori un poco de desconfianza que tantos sitios se hayan hecho eco de este trabajo, pero es porque esta vez sí que tiene asidero real. Quizás de los pocos hypes reales de este 2015.

Y es que este debut autotitulado tracciona, como mencionábamos recién, varias influencias por fuera del post-punk cuadrado y oscurantista al que de cierta manera nos hemos acostumbrado en este nuevo milenio, aún hegemónico a pesar de muchos buenos discos que surgieron en el último lustro. El álbum debut de Viet Cong logra una interesante aproximación experimental al post-punk, llegando a puntos inesperados al menos para los estándares de esta época, porque es muy bueno ver a una banda de este género con ínfulas progresivas. Así de variado es el álbum en cuestión. Para muestra, el inicio con Newspaper Spoons o aún mejor, el cierre de 11 minutos con Death.

En sí, las virtudes que ya venían exhibiendo en Cassette se hacen más profundas aquí, y también sus defectos: las canciones están más cohesionadas y mejor interpretadas, aunque aún adolecen de cierta solidez que demuestra una composición más bien destartalada. A lo mejor es propio de la dinámica musical con la que se manejan los canadienses, porque sus ideas son buenas, pero necesitan ajustar su combinación de melodías con devaneos sonoros, o para decirlo más simple, ser más concretos. A Death le sobran mínimo tres minutos y medio, por dar un caso, o la tardanza del inicio de March Of Progress, que por suerte progresa como lo dice su título y redondea una muy buena canción, a la postre sencillo del álbum también. Las ideas son buenas (y mucho), pero da la impresión de que pulir un poco más los bocetos del demo con el que llegan al estudio daría mejores resultados.

A pesar de los defectos corregibles, no es tan sólo un puñado de canciones que funcionan al corto plazo, sino un regreso a las vertientes inconformistas de aquel género que ya de por sí nació como el inconformismo en sí. Un regreso que definitivamente se agradece, no sólo por cierto inmovilismo del género en sí (que es una realidad) sino porque es realmente valorable que en el 2015 exista un grupo que revindique sonoramente a PiL y a Interpol por partes iguales, dejando un trabajo que debería servir de ejemplo de cómo regresar al eje perdido en el oscurantismo actual del post-punk. En fin, un álbum que más que disfrutarse a pleno, se agradece por lo necesario, y eso lo hace más disfrutable aún. Por muchos más hypes como Viet Cong, que el mundo los necesita.

Puntaje: 8,50

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