Para EL CLUB DEL ROCK – TIM DRAKE
La gente asidua al famoso Caradura los había estado esperando por mucho tiempo, después de su exitosa presentación en el Rock Fiesta de Arizona, S7N se paró nuevamente en el Bar de la Condesa para presentar ya nuevas rolas de lo que será su segundo material discográfico. Gracias a alguien con sentido común, se armó un buen show con S7N como headliner, acompañado con dos bandas que ya hace mucho dejaron de ser propuestas y empiezan a dar de que hablar en el medio musical: Driven y Matherya.
S7N asaltó el escenario con su sonido impecable y demoledoramente pesado. Mao Kanto, comandando al grupo con su guitarra y voz, nos dio un gran paseo por la mayor parte de su Fearless, aderezando el setlist con canciones nuevas, regalando un poco de lo que será el próximo álbum de la banda. “Fearless”, “Gift Of The Strong” y las ya bastante coreadas “Double Dealing” y “Enemies” resplandecieron en conjunto con las nuevas rolas: “The Hated King”, “My Own War” e “Innocent Guilty”; por supuesto el cierre fue brillante con “Blackout” como encore. Los músicos no demeritaron la labor ni el legado que va construyendo la banda; el baterista Eduardo, que es el baterista oficial de Ágora y que ha venido apoyando a S7N en los compromisos que han tenido en este año, destacaba por su incansable ataque a la batería y con una sonrisa interminable de disfrutar su colaboración con la banda. Lalo Olvera y Memo no se quedaban atrás con el bajo y la lira respectivamente complementando a Israel en la riffiza que conforme pasaban las rolas se ponía más y más pesada. Se armó un espectacular slam y hasta un “stage diving” a la inversa, ya que Fabián, exbaterista de S7N, que andaba entre el público, terminó en el escenario después de ser paseado por las alturas del Caradura y se dio el lujo de cantar con sus excompañeros, en un momento épico para ellos que siguen manteniendo una gran amistad. Todo el mundo saltando y empujándose a trancazos por doquier al ritmo del metal, lentes rotos, chicas rudas y pelirojas aplastadas en la vorágine provocada por los S7N, pero todos desahogando la furia acumulada, sudando y extasiados con el poder de S7N. La banda en todo momento estuvo conviviendo con el público, bebiendo e interactuando con ellos, dando autógrafos al final y sacándose las famosas selfies con quién quisiera.
El Caradura se llenó de inmediato con mucha puntualidad para ver a las bandas, convirtiéndose en una masa de color negro predominantemente, así entonces, entre chiflidos alentadores y gritos, abrieron el show las bandas de Driven y Matherya. Matherya mostró ser una brutal banda, con la poderosa y bien trabajada voz de su vocalista, detonando una llamarada de metal y buen rock en el Caradura, la agrupación mateaba en una sincronización perfecta con sus instrumentos y sonido, mientras los asistentes del “venue” de la Condesa se mezclaban en un combinación de sudor y cerveza al ritmo de sus canciones.
Driven se hizo de una aceptación inmediata por parte del público, quienes se dieron el tiempo y espacio para conocer esta gran propuesta, que incluso, estará en el próximo “Hell and Heaven” de este año. Durante sus canciones, Mireya, vocalista de Driven siempre se vio agradecida con un público que de la misma forma le respondía entregándose al slam y el headbanging provocado por la banda. Driven mostró poder, virtuosismo en sus líneas y los asistentes admiraron un show complaciente, guiados por la gran destreza musical de la banda, dejando satisfechos a todos en el recinto.
La Condesa no solo tembló por la tarde, la noche se volvió un terremoto con el sonido de estas tres grandes bandas que seguramente harán más y mejor ruido en los meses por venir, sin duda se les deberá de dar un seguimiento importante por parte de los medios, pero sobre todo por la gente que le gusta escuchar bandas poderosas, honestas a un sonido y a un estilo, ya que a estas bandas les sobra estas características y no dudaran en apoderarse de la escena del metal si los grandes se descuidan.