*Crónica (con paracetamol) del segundo día del Festival Vive Latino 2017 por TIM DRAKE
Este festival fue el Vive Latino que da por terminada (en lo personal) la polémica de la versatilidad que ya se le ha dado desde hace un par de años. Es un tajante de que ya no hay barreras de géneros musicales, se acabaron los tiempos en los que se bajaban a las bandas que no sonaran a “rock” por medio de vasos de chelas o lo que fuera. Hoy ya todos pueden tocar “lo que sea” y estar en un Vive Latino. Ya es un espectro amplio de opciones musicales, nacionales e internacionales por igual. Muchas bandas que a unos no nos gustan por una obviedad y disparidad de estilos, pero bueno, al final se ve que la intención de los organizadores es dar algo a todos.
En este 2017 en el segundo día de actividades, de entrada presencié el set de Driven, la banda comandada por Mireya se paró en el Vive Latino para abrir las festividades del domingo, y como la vocalista misma lo dijo, sabían el compromiso y el reto que era abrir el festival y con ese “rock con huevos” que tanto divulgan los Driven, dieron cátedra de manejo de escenario, actitud, eficacia y potencia en su sonido. Pocos minutos pero bien aprovechados y bien manejados por la banda, además de contar con la presencia de integrantes de bandas hermanas para ellos como son Charly de Pressive y Mao de S7N para interpretar su hit Si no estás.
Vi algo de Los Veltones, proyecto alterno del legendario Sabo Romo e integrantes de otras bandas, que en palabras de la banda en conferencia de prensa, era un proyecto que había estado en “espera” desde hace más de 10 años y hasta hoy han podido darle luz verde. Tuvieron buena respuesta en su escenario y ahora solo quedará esperar a ver qué tanto seguimiento se le dará al proyecto.
Más tarde, unas tortas y una “Maruchan” de cuarenta pesitos después, fui testigo de como “la traición” al rock se manifestó cuando los Seis Pistos batallaron para sobrevivir en su actuación mientras “las masas” se iban a bailar y disfrutar de La Sonora Santanera. En otros tiempos, en un Vive Latino de antaño, ese que era meramente de “rock”, ya los hubieran apedreado (al menos verbalmente) y lanzado vasos de orines, pero eso eran otros tiempos; hoy ya no es ni era de sorprender que muchos fueran a bailar y a cantar todas las canciones de los Santaneros y sus invitados especiales como “Roco” de la Maldita Vecindad, Paquita la del Barrio y Julieta Venegas, más después de lo que se vivió con Bronco un día anterior.
Las puertas del infierno y lo extremo se abrieron en el Vive Latino con la presentación de Brujería, con todo y no ser un horario nocturno como suelen estar acostumbrados, la banda se adaptó y sus fieles seguidores les respondieron con su presencia y el slam; con su ambiente denso y terrorífico se exhibieron una vez más y expresaron porque son una sinfonía de texturas radicales mezclada con el dulce aroma de la hierba, la cual, con su música tan visual provocaba perderse en sus voces aguardientosas. Brujería toma el control del escenario y de las emociones dominando tanto a la muchedumbre que seguramente le retumbaron los oídos al presidente que está hospedado en la Casa Blanca del país vecino.
Posteriormente, en la espera de las dosis de pastillas para soportar el calor y la falta de viáticos, me di tiempo para que el morbo me permitiera sorprender con el fanatismo que aún despiertan los Hombres G en México. “Vi”, realmente sólo escuché, las últimas 3 canciones y la respuesta de la gente fue sorprendente, no porque fuera algo inesperado, si no que era sorprenderte ver en menos de un radio de 10 metros a señoras, señoritas, no señoritas y niñas o al menos menores de edad, cantando y bailando canciones que tenían más edad que todas ellas juntas, sobre todo bailándolas y sabiéndose cada palabra de las trovas, sin faltar el conocido y cantado sufre mamón, devuélveme a mi chica.
La leyenda real que hizo los honores y al parecer no fue valorado como para darle otro escenario u horario fue Marky Ramone, que a consideración de algunos, pareciera que les dio una flojera tremenda verlo y otros quedábamos embelesados con solo saber que había uno de los Ramones en la CDMX. Algo escuchamos a lo lejos de Julieta Venegas, que venía dispuesta a arrasar con el festival, ya que al parecer, inició su set con los que hasta donde yo supe eran sus hits en su carrera musical, no tengo idea con qué habrá cerrado su show, o quizá sólo escuché el final. Quizá fue la sobredosis de aspirinas y ya no carburaba mi cerebro para realmente saber la hora exacta. Otro de los lados nostálgicos que dio el Festival Iberoamericano, fue la presentación de Neón, a quienes alcancé a ver justo cuando su servidor iba camino a emprender la salida del foro sol y precisamente estaban entonando un himno del ya distante y nostálgico “Rock en tu Idioma“, mucha gente se acercaba a escuchar y corear su conocida y pegajosa (por aquello del corito) Juegos de Amor.
Mucha fanaticada, mucho “millennial”, muchos borrachos y otros más drogados y los más aferrados se quedaron todavía a ver a Zoé, La Barranca y Justice quienes cerrarían el Vive Latino 2017, otros nos retiramos sudados, agotados y semienfermos. Honestamente, siento, me faltó disfrutar más bandas, pero fue más cuestión personal/laboral lo que lo impidió, el Vive Latino se lució una vez más para el público en general, como siempre con sus clásicas frases que no se dejan escuchar de: “no debió estar tal banda” y “debió estar o falto tal banda“, pero cada vez se pueden percibir menos quejas y más aplausos para los organizadores. Nos vemos en el 2018 Vive Latino, esperando otra dosis de aspirinas y más rock.