El tipo cogió un revolver y le propinó 4 disparos a un supuesto amigo… “Yo disparé, lo maté, era entre él o yo. Cualquier animal hubiera hecho lo mismo”, (Pity Álvarez).
“…La madrugada del último jueves, el músico asesinó a Cristian Díaz, un hombre de 36 años, en el barrio Samoré de Villa Lugano, donde se crió y vivió toda su vida. Poco después arrojó el arma y huyó en su auto a través de la noche quizás buscando una ayuda que no encontró, y finalmente se entregó acompañado de su abogado”.
Hace mucho que venía posponiendo un artículo sobre Pity Álvarez, iba a ser una historia hermosa que incluía a mi fenecido tío, un polo (remera) que él me regaló y el cómo descubrí 10 años tarde el mensaje que intentó darme sobre la música de Pity. No me sorprende en lo absoluto que la víctima haya pasado a ser VICTIMARIO. 2 familias sufren ; ya es tarde. El tiempo es la evolución de la conciencia y Pity lo debe saber mejor que nadie. Hace años que venía esquivando los problemas bajo la conducta de un rockstar clásico y hoy; la misma sociedad que antes lo alentaba, ahora lo condena. El amarillismo en su máxima expresión. Televisar el dolor ajeno y jugar a ser jueces es el pan diario de un periodismo en su estado más crítico.
Pimero el halago, después la traición… Tradición de los falsos
Está hecho mierda desde hace 10 años y nadie hizo mucho por ayudarlo de un modo efectivo. No tengo muchas más ganas de escribir sobre todo lo que encierra este supuesto final para la carrera de Pity. Escribo este artículo solo para recordarme que las cosas se deben hacer cuando se creen pertinentes, quiero que quede como testimonio de lo inútiles que resultan las condolencias o arrepentimientos. Un guerrero no es el que más espadas esquiva, un guerrero es aquel que lame la sangre de la herida, espero que Pity sepa tocar fondo y entienda que está dañando a mucha gente. Que si el destino le impone la muerte, no debe morir matando. Que son más fuertes los golpes en la vida que las caricias en la muerte.
Él fue una nada arrojada a sus propósitos y cuando perdió el rumbo, no se reencausó; se sintió perdido y lo asimiló. Le agradó.
www.elciudadanoweb.com