Pagar para tocar, el cáncer que mata miles de bandas

No hay nada peor que un NO ROCKERO intentando ganar a costa de un ídolo. En la música como en toda profesión; porque sí amigo, porque la música es una profesión; es jodido hacerse de un camino si no tienes a nadie que te patrocine o al menos asesore. Lo que están por leer en este artículo es algo muy triste y que mucha gente desconoce, muchas veces desde el desconocimiento, acusan a los medio grandes de difusión de ser los absolutos culpables de la escasez musical que estamos atravesando desde hace ya un par de lustros. Los medios son en parte culpables, pero existe cierta gente que se lleva el dinero de alivio  y mata a las gallinas de los huevos de oro, incluso antes de empezar a dar los huevos (las bandas nuevas). Son muy giles, porque no tienen un punto de vista macro de la situación, viven siempre con la inmediatez y la ganancia instantánea, no ven más allá de sus narices.

Decido escribir sobre esto porque lo viví en carne propia, tengo conocimiento de campo y soy consciente de lo mierda que puede ser mucha gente con tal de llevarse un par de monedas extra al bolsillo. No les importa lucrar con la ilusión del novel joven que sueña con ser aplaudido, solo eso, tan sencillo como se lee. El músico que está debutando en un escenario solo busca un pequeño feedback para seguir creciendo, pero bueno, qué fácil y aburrido sería el mundo si todos fuésemos un poco más empáticos, ¿No? Sería aburridísimo.

 

Una banda, normalmente está conformado por un baterista, un bajista, 2 guitarristas y un vocalista. 5 integrantes. Existen múltiples variables, como que el vocalista también haga de bajista o guitarrista, que el bajista sea un capo y tenga una pedalera que ayude a prescindir de guitarras y así hay varios ejemplos. Esta vez nos vamos a quedar con la formación clásica de 5 integrantes porque es así como la mayoría de bandas amateur empiezan. Normalmente las bandas ensayan 2 ó 3 meses antes de su primer presentación. Ensayan y ensayan, dedican muchas horas de su vida  a practicar para sonar “decentes”, pasaron los 3 meses y ya se sienten preparados ¿Ahora qué hacen? Ya se aburrieron de ensayar. Lo ideal sería armar un evento en la casa de un amigo para presentarse en sociedad, con motivo de cumpleaños o alguna fecha especial, pero eso demanda equipos, amplificadores, batería y cuidar la cantidad de decibeles para no incomodar a los vecinos, de lo contrario terminas con una patrulla afuera del recinto. Entonces como todo este proceso es muy tedioso, se decide por ir a un local del centro de la ciudad a probar suerte; La ilusa banda cree que en el local tendrá  público asegurado, que contarán con equipos instalados y en perfecto funcionamiento, que los aplaudirán, que el dueño les invitará tragos, que los recomendarán con otros bares, que les tomarán fotos; la banda ya tiene toda la película hecha en la cabeza y van, muy convencidos de sí mismos, a conversar con el dueño del local.

Hago un paréntesis acá. Yo soy peruano, mi moneda nacional es el nuevo sol (horrible nombre); pero probablemente este artículo lo lea gente de otros países. Entonces hablaremos en dólares, para que cada uno haga el tipo de cambio al valor real de su moneda nacional.

CONTINUANDO CON EL RELATO

Luego de esperarlo por 2 horas, la banda por fin puede conversar con el dueño del local, le explican de qué va la banda y qué tipo de música hacen. El dueño les pinta la cancha; se los dice claro y directo “Les puedo dar un martes a las 9pm exacto, tendrán 10 minutos para instalarse y 30 para tocar” hasta ahí todo bien, son una banda amateur y no vas a pretender que te den un sábado por la noche en horario estelar…. Pero el discurso del dueño del local no había terminado, luego de aceptar la fecha y que la banda dejase notar su alegría y emoción en sus rostros, el dueño del local (viejo zorro) les aclara el último detalle que estaba relegando “… ¡Ah, lo olvidaba! Para garantizar que ustedes traerán gente que consuma, deben vender 10 entradas cada integrante, cada entrada está 4 dólares, lo venden rápido a sus familiares o amigos”. 10 entradas de 4 dólares para 5 integrantes, 40 dólares por integrante, 200 dólares como banda para tocar 30 minutos en un local de mierda con equipos de mierda, la noche de un martes de mierda. Es ahí cuando la banda choca contra la cruda realidad. 5 sueños mueren, 5 corazones se rompen en ese instante. Ellos responden que “lo pensarán…”; posteriormente deciden darse un tiempo como banda para priorizar sus estudios u otras actividades.

Alguno pueden decir que el dueño del local u organizador de evento no puede aventurarse a dar espacio a cualquier banda principiante, porque invirtieron e invierten en equipos, alquiler del lugar y el prestigio del local para que la gente no se vaya… Pero y el músico invirtió en su instrumento, en sus pedales, en el mantenimiento de los mismos, en el pago a la sala de ensayo, las miles de horas de práctica, las frustraciones, las horas encerrado trabajando en una canción, la teoría musical que tardó en aprender, el pago mensual a la escuela de música, el transporte del instrumento desde la casa al local y viceversa, con el riesgo de ser asaltado o golpeado en los buses del caótico parque automotor de la ciudad.

Es una con otra. Afortunadamente cada vez veo menos casos, pero siguen estando ahí, organizadores de eventos que están al acecho de alguna banda amateur con buena solvencia económica. No alimentemos el monstruo.

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