Noche gitana con Mägo de Oz

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GUADALAJARA, JALISCO .- A la señora Claudia Mendoza le gusta el cantante puertorriqueño de pop Chayanne, pero se confiesa fan de la madrileña banda Mägo de Oz, que estuvo de fiesta la noche del pasado sábado en Calle 2, en Zapopan.

A todo pulmón, Claudia cantó en compañía de sus seres queridos: su esposo Juan Orozco, y sus dos hijos, Daniela y Diego. La consigna de la noche era disfrutar en familia, desquitar los mil 900 pesos que pagaron en boletos para estar al pie de las bocinas y entonar cada una de las letras que la agrupación española ha creado desde que el baterista y líder musical, Txus, la fundó en 1988.

Fue hasta que el reloj marcó las 22:30 horas que Mägo de Oz se apoderó del escenario para hacer un recorrido por los temas más emblemáticos de la agrupación, que en esta visita a la metrópoli tapatía logró reunir a más de dos mil fanáticos.

La expectativa crecía, al igual que las ansias por cantar los éxitos más representativos. La familia Mendoza Orozco sabía que ya no sería lo mismo desde que José Andrea dejara la voz principal. Sin embargo, los músicos madrileños dejaron en claro que la banda conservaba su espíritu roquero con la llegada del nuevo vocalista, Javi Domíguez Zeta.

La pequeña Daniela Orozo aplaudió, gritó y se abrazó de sus padres cuando las primeras melodías fueron saliendo paulatinamente de las bocinas. Primero se escuchó El libro de las sombras, tema con el que Frank, el guitarrista de melena rizada, hizo temblar las cuerdas y desatar una ola de aplausos entre el público.

Mägo de Oz presentó parte de su repertorio entre bailes y agradecimientos a los seguidores que los acompañan en esta nueva etapa, misma con la que siguen de gira por América Latina presentando su más reciente producción de estudio Hechizos, pócimas y brujería.

Después siguieron temas como Maritormes y H2Oz, canción con la que la nueva voz, Zeta, alentó a los asistentes a perseguir sus sueños al grito de: “Entre todos seguiremos luchando”.

Pero quienes marcaron la esencia de la noche fueron los fans que elevaron en el aire banderines con la insignia de la agrupación entre sombreros de bruja, que dibujaron por sí solos una estampa violeta entre las luces de la explanada.

Molinos de viento se adelantó sorpresivamente entre el menú de los temas más esperados, siguiendo el coro del público con Es hora de marchar y el éxito Hasta que el cuerpo aguante.

Ya encarrerados a la media noche, el bajista Fernando Mainer, otra de las nuevas adquisiciones de la banda, recibió una ovación luego de ofrecer por unos minutos un solo, en donde entonó a cuerdas el Himno Nacional.

El espectáculo siguió con algunas baladas como Quiero morirme en ti, parte del nuevo disco. La hija de los Orozco Mendoza seguía alegre, aún más cuando la corista Patricia Tapia tomó el micrófono para hacer gala de su potente voz con Brujas. Tomándose la foto del recuerdo, la familia Orozco Mendez se despidió de Mägo de Oz entonando Fiesta pagana la última canción de la noche.

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