De Miraflores al pop global: ‘Simón Salguero’, lo nuevo de Lento Rodríguez, y la geografía del recuerdo

El nuevo EP del proyecto peruano liderado por Gustavo Rizo-Patrón ya está disponible en plataformas digitales

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El proyecto Lento Rodríguez, encabezado por el músico peruano Gustavo Rizo-Patrón, ha logrado con su más reciente EP, Simón Salguero, establecer una narrativa poderosa. El trabajo se presenta ante la audiencia global del pop indie como un ejemplo de sofisticación que utiliza lo personal para construir una obra de alcance internacional. La elección del título, el nombre de una calle de Miraflores donde Rizo-Patrón pasó su niñez, funciona como un ancla íntima, un punto de partida para una exploración que es a la vez local y abstracta. La obra demuestra la capacidad de transformar la experiencia privada en una fuente de datos estética. La nostalgia se disuelve y se convierte en una geometría conceptual, una base desde donde la voz y los sintetizadores pueden desplegarse sin perder la gravedad de su origen. La música teje texturas que evocan atmósferas etéreas, pero siempre manteniendo la solidez del recuerdo.

El desplazamiento geográfico inherente al proceso creativo —que incluyó grabaciones en Lima, Roma, y fue consolidado en Nueva York— no resulta anecdótico. Esta trayectoria explica la estructura de la música, ofreciendo una síntesis coherente de contextos culturales diversos. La tensión creativa de Lento Rodríguez radica en cómo la experiencia cosmopolita se integra en la raíz limeña sin diluirla. Mientras que el álbum anterior, New New Wave (2024), adoptaba una frialdad estética cercana al synth-pop anglosajón, Simón Salguero canaliza esa misma técnica depurada para introducir la calidez introspectiva del castellano. La arquitectura sonora exhibe una factura global, mientras que la materia prima emocional se siente genuinamente local. Es un juego de espejos donde el barrio de la infancia se refleja en los horizontes inabarcables de las metrópolis.

El sonido del EP, que se define como nítido, atmosférico y contenido, encuentra su coherencia en esta relación entre el recuerdo y la experimentación. La memoria de esa calle de Lima se utiliza como catalizador para seis piezas que trabajan con el pasado sin adherirse a él. El enfoque de Rizo-Patrón consiste en tratar la emoción con una distancia formal, lo que permite que el arte se base en la capacidad de organizar el sentimiento bajo un código estricto. La producción a cargo de Tweety González, el referente argentino, acentúa esta aproximación analítica, sosteniendo un balance fundamental entre claridad armónica y contención instrumental. El resultado es una propuesta que exige atención; la música no se entrega de inmediato, invita a la reflexión y requiere tiempo.

Simón Salguero es, en definitiva, una estación distinta en el recorrido de Lento Rodríguez, un proyecto que concibe la creación como un proceso en permanente transformación. Este trabajo prueba que la relevancia artística contemporánea se obtiene cuando los músicos se rehúsan a la simplificación y obligan a la escena musical a elevar su estándar de ejecución y concepto. Al convertir un espacio personal en el detonante de una obra de pop sofisticado, Gustavo Rizo-Patrón afirma que la complejidad armónica y la reflexión interna pueden ser herramientas poderosas para conectar con audiencias diversas. El álbum se siente como una invitación a recorrer una calle desconocida, sabiendo que al final del trayecto la recompensa es una nueva comprensión de la música indie latinoamericana.

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