KREATOR EN EL CIRCO VOLADOR: TEUTONIC TERROR

Kreator 3097 6 por Germán García

Una vez más, el Thrash teutón volvió a azotar lo que fuera el viejo cine “Francisco Villa”, dejando una huella indeleble en toda la comuna metalera que se congregó para visitar al Fantasma Anticristo.

Kreator llegaba triunfal de su gira por Estados Unidos y Canadá para darnos una buena dosis de Thrash brutal. Como orgulloso fan de estos dioses, siempre es un placer recibirlos en el país, sobre todo tocando en ese recinto tan pequeño pero tan acogedor para un evento de esta magnitud. Entre sudor, sangre, moshpit, doble bombo y un set-list magistral, la magia de Petrozza y compañía nunca cesará de existir mientras haya presentaciones como esta que justifiquen la leyenda.

Antes de presenciar a la leyenda alemana, dos bandas mexicanas se encargaron de calentar los ánimos: Lust y Pactum. Ambas de Thrash de buena calidad, el público los acogió con buen entusiasmo. Aún les queda un gran camino que recorrer pero como decía Saxon: “Never Surrender”.

Justo a las 9:30 PM las luces se apagaron para que la neblina nos envolviera y la intro de “Mars Mantra” sonara por los altavoces para dar paso al tema-título de su último álbum: “Phantom Antichrist”. De aquí en adelante ya no hubo vuelta atrás, uno tras otro se dejaban caer los himnos del Thrash que ya son parte del soundtrack de nuestras vidas. Calculo que el Circo Volador estaba al 80-90% de su aforo y el rugido de la gente era sencillamente espectacular. Siguió “From Flood Into Fire” también del nuevo disco y “War Curse”. Una de las cosas que más me gusta de Kreator es que en las giras más recientes dan mucha oportunidad a canciones de sus nuevos álbumes, los álbumes que los han visto regresar al Thrash que los hizo grandes. Atrás quedaron ya las experimentaciones industriales y góticas de Renewal y Endorama.

Mille Petrozza (ataviado con playera de Bauhaus) se dirigía a nosotros y nos incitaba a hacer el moshpit “más grande que hayamos visto”, todo esto mientras sonaba “Coma of Souls” de fondo. Justo cuando el mosh empezó a tener movimiento, el riff de “Endless Pain” aceleró el pulso y por unos minutos nos hizo perder todo sentido, que se extendió aun más cuando nos pregunto “¿Están listos para matarse unos a otros?”, ya sabíamos de que se trata: el himno del Thrash “Pleasure to Kill”.

Aun había espacio para temas recientes: “Death to the World”, los temas-titulo de sus lanzamientos pasados “Enemy of God” [Mille: “Siempre he pensado que la música une a la gente y la puta religión y los pinches políticos la separan] y “Hordes of Chaos” (ambas coreadas como si fueran clásicos de toda la vida) para después darle su oportunidad en los reflectores a ese enorme baterista de sobrenombre Ventor. A pesar de su aspecto rechoncho, es un verdadero pulpo detrás de los parches y es un total gusto volver a verlo tomar la voz principal en “Riot of Violence”, ese tema inmortal del también inmortal Pleasure to Kill. Más adelante en el concierto tuvo la puntada de tocar un fragmento de una canción de Michael Jackson además de hacer el intro de Painkiller del sacerdote.

“Phobia” (del infravalorado Outcast) fue el último tema antes de irse al primer (and last) encoré, pero el público seguía pidiendo más. Faltaba mucha historia que repasar, y que mejor que empezando con su “comeback” de hace 12 años: “Violent Revolution” (con The Patriarch” incluida). Antes de que el guitarrista Sami Yli-Sirniö empezara un breve solo acústico, un tipo de la audiencia tuvo la ocurrencia de montarse en la estructura de luces. ¿Para qué? No lo sé; quince segundos de atención tal vez. Más temas de Phantom Antichrist: “United in Hate” y “Civilization Collapse” antes de escuchar a Petrozza agradecer al publico diciendo que lo hacían sentir como en casa. Quizás por eso los clásicos no dejaron de sonar durante esta parte del show: “People of the Lie” (mi favorita) y “Betrayer” (la única que sonó de aquel bello Extreme Aggression).

Alguien del público le lanzó una bandera mexicana, que tuvo el detalle de colgársela en el pantalón lo cual genero una gran ovación. Con lo que no contábamos era que Mille traía su propia bandera, la cual nos hizo ondear y levantar con gran orgullo: “Flag of Hate”. Sabíamos que el final era inminente cuando el riff de “Tormentor” organizó el último slam de la noche. La banda se despidió triunfal, con una total entrega a su público fiel. Mención aparte merece el excelente trabajo de su ingeniero de luces y de sonido: too fuckin’ loud!!!

Así que desde esta tribuna les digo que gracias a Kreator, jamás dejaré de ser un enemigo de Dios.

Para EL CLUB DEL ROCK: Mr. Yagami (orochiangel666@gmail.com)

Fotos CORTESÍA de DILEMMA / GERMÁN GARCÍA

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