Gore, el nuevo mundo creado por Deftones

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Gore, octavo disco de Deftones. Foto: Tomada del sitio zumic.com.

Desde el lanzamiento del disco homónimo de Deftones, alrededor de cada nuevo material discográfico ha existido un halo de misterio combinado con polémica, desde los días oscuros de la banda en los que estuvieron a punto de separarse a raíz de un éxito a nivel mundial, un rayo de luz de redención y reencuentro entre todos los miembros, una dolorosa pérdida de una de las piedras angulares del grupo junto con su difícil sustitución, hasta el momento de ser tachados como “olvidadizos” y dejar atrás las raíces musicales que los hicieron lo que son hoy en día, Gore no está exento de todo esto e incluso está ubicado en un punto tan importante en la historia de los originarios de Sacramento, California que por eso es único en su especie.

El inicio de Gore nos sitúa en el punto que la lechuza de Diamond Eyes nos guió hacia los paisajes cósmicos de Koi No Yokan (hermano y hermana, según el concepto de Chino para esos discos), los riffs e introducción de Prayers/Triangles nos llevan hacia un nuevo planeta, y al momento de que la guitarra explota nos hace atravesar su atmósfera y de pronto nos vemos flotando en medio de miles de flamencos/flamingos, en un cielo con tintes púrpuras.

Deftones nos ha trasladado a un nuevo mundo, un nuevo concepto que la banda trabajó por más de dos años. Una tarea nada fácil, tan apasionada que avivó más que nunca el ritual de composición de la banda. Un proceso que va más allá de las viejas y habituales rencillas entre Moreno y Steph Carpenter, de la disputa entre crear un disco dinámico o pesado.

Bajo un nuevo esquema de composición, Deftones llegó a su objetivo habitual, gestar un disco polifacético, con tonos brillantes y algunos otros llenos de una total oscuridad, con sentimientos a flor de piel y una rabia tal que sólo puede reconocerse como un sello característico de ellos, los guitarrazos de Carpenter en Doomed User reflejan su coraje al no conectarse con los demás a la hora de componer el disco. Pero con un nuevo discurso musical, lleno de una locura filosofal que nunca habían expresado, como en Acid Hologram, track que pareciera simbolizar el descenso sobre el planeta.

El territorio es nuevo y hostil pero lleno de elementos fascinantes en este panorama recién creado por el conjunto californiano. Lo podemos sentir en temas como Geometric Headdress, Pittura Infamante y Xenon.

Este nuevo mundo está lleno de parajes tan coloridos y pirados, que sólo nos revelan nuevas formas de ver la vida. Gore, el track que bautiza al disco, es claro ejemplo y buen tributo a Martin Gore de Depeche Mode (ahora Frank puede jactarse de que muchos sabrán que forma parte de la banda en esta parte), con toques y sampleos con un aire ochentero mientras hace girar nuestras cabezas por la euforia contenida en esta parte.

Pareciera que el objetivo por el que Cunningham, Delgado y Vega nos han traído es para encontrar nuestro Yo interior, un nuevo nivel de espiritualidad simbolizado en canciones como (L)MIRL y Hearts/Wires; single que conforme el orden cronológico del disco, hace que un golpe de adrenalina corra por nuestro cuerpo por la manera que entra en nuestros oídos, por eso para muchos es una de las mejores canciones.

Pero lo que nos deja el final del álbum en Phantom Bride y Rubicon es algo único y lo que simboliza el sonido que Chino ha buscado y querido por el que la banda sea reconocida a futuro, según ha confesado en varias entrevistas. En ambas canciones percibimos el trabajo cooperativo y el fruto de esas sesiones jam que fueron los pininos para el octavo disco de Deftones. La esencia y transición entre los dos tracks es singular en demasía. Es un cierre tan intenso, que el único equiparable sería el de Saturday Night Wrist en 2006. Para su servibar es lo mejor del LP.

Obviamente las poéticas letras de Chino una vez más dan de qué hablar, acentuando ese toque peculiar con el que compone, esa manera tan suya de exponer nuestras almas en sus coros y gritos. Cada quien le da el significado que esté viviendo en el momento de escuchar el álbum y eso sólo lo logra Chino y compañía.

Es un disco que la crítica especializada ha calificado como magnífico, ya que la banda incursionó aún más en la experimentación, dejó atrás una vez más lo convencional de su generación a través de su estilo propio, sin olvidar sus raíces. Es pesado, agresivo, divagado, elevado, loco, melódico, espiritual y único. Por eso es un álbum que resultaría interesante para alguien que no sea seguidor de la banda.

Gore está hecho con elementos que agradarán a fans de la vieja y nueva escuela deftonera. Pero me atrevería a decir que solo los Deftones’ fans from hell podrán estudiarlo y comprenderlo en su máxima expresión. Un nuevo planeta que únicamente ellos explorarán y conquistarán…

De izquierda a derecha: Chino, Abe, Sergio, Steph y Frank, alineación de la banda desde 2009.
Foto: Tomada del sitio bravewords.com.
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