Épico concierto de The Rolling Stones en la ciudad de México

Rolling Stones Foto Cortesia OCESA Fernando Aceves

The Rolling Stones | Foto cortesía OCESA Fernando Aceves

Para mi tío Ricardo, gracias por todo.

Pronto nos volveremos a encontrar.

Después de mucho trabajo y que por fin pude meterme al vagón del metro que me llevaría hacia una de las entradas del Foro Sol para el primer concierto de The Rolling Stones en la muy contaminada ciudad de México, vino a mi mente una escena de la película norteamericana Almost Famous, ésa donde aparece el supuesto nuevo manager (interpretado por Jimmy Fallon), de Stillwater, banda a la que se centran muchos de los hechos en el filme, éste les recalca que es el momento de hacer dinero, que las cosas pasen o: “Porque si creen que Mick Jagger seguirá ahí intentando ser un Rockstar -intenta imitar el baile de Mick- a los 50 años, están triste, tristemente equivocados”, a esta fecha Mick Jagger tiene 73 años y sigue al frente de la banda más grande del mundo, apenas celebraron 50 años de carrera y afortunadamente para muchos que vivimos en Latinoamérica, The Rolling Stones nos visitó con el América Latina Olé Tour, muy posiblemente su última gira por estos lados del planeta.

Desde la salida del Sistema de Transporte Colectivo Metro, el ambiente ya era de fiesta, algo que llamó mucho la atención es que a diferencia de la última vez que Los Stones visitaron la capital mexicana (26 de febrero de 2006), hay muchos jóvenes entre la multitud.

La gente se arremolinaba en los puestos de parafernalia, muchos que no iban uniformados apropiadamente pudieron hacerlo gracias a ellos. O mejor aún, para no perder esa playera que a uno le gusta desde el principio y al final del concierto ya te la ganaron. Muchos ya en estado coqueto trataban de acabar con sus cervezas en las filas de acceso ubicadas sobre la pista del Autódromo Hermanos Rodriguez, mucha gente, demasiada, todo sea por Los Rolling (posteriormente la banda agradecería por los 118,000 asistentes a sus dos fechas en México).

Little Jesus, la banda mexicana telonera de ambos shows, tuvo la difícil tarea de entretener a la gente desde las 19:45 horas. Su servibar no puede detallar acerca de ellos porque los escuchó mientras intentaba entrar al inmueble. Según los organizadores, Keith Richards y compañía tomarían el escenario a las 9 de la noche. Conforme se llegaba la hora, la electricidad era visible en el ambiente.

The Rolling Stones | Foto cortesía OCESA Fernando Aceves

Después de una caminata casi eterna para llegar al acceso correspondiente, un momento de locura por comprar un vaso conmemorativo (maldita mercadotecnia), y por fin llegar al respectivo asiento. Su servibar y su familia ya estaban listos para recibir a The Rolling Stones. Mientras el reloj avanzaba y un par de intentos de hacer la ola en las gradas, en punto de las 21:00 horas las luces desaparecieron y la locura se desató.

Los primeros acordes de Start Me Up, track originalmente compuesto en 1978 y lanzado oficialmente en 1981 (no Kenya, no fue en la década del 2000), fue con lo que la banda le dio la bienvenida a los más de 60,000 asistentes al Foro Sol (esto es lo que oficialmente le cabe al lugar)”¡Hola güey!” fue el saludo de Jagger.

Acto seguido, se dejó escuchar It’s Only Rock N’ Roll (But I Like It), ya la gente estaba en euforia total. “Hace 10 años que no veníamos a México, un chingo de años. Antes tomábamos tequila, ¡ahora tomamos mezcal!”, expresó Jagger muy animado.

Tumbling Dice, uno de sus cortes de Blues prosiguió con los coros, sobretodo de los fans más veteranos de la banda quienes no paraban de bailar frente a sus asientos, total la fiesta era de pie. El festín continuó con Out Of Control, tema donde el cuarteto inglés y sus músicos de acompañamiento destilaron talento a más no poder, también era la primera canción donde Mick tocó la armónica, la noche ya era histórica.

Llegó el momento de revelar la canción pedida por la afición mexicana, Street Fighting Man fue la que los mexicanos escogieron a través de redes sociales y el sitio oficial de la banda. Por un momento muchos pensamos que la ganadora sería She’s So Cold, pero no. “¡Ganamos, ganamos!”, gritaban un par de locos mientras Mick anunciaba la canción.

“Vamos a ponernos un poco románticos…”, dijo Jagger mientras sonaron las primeras pisadas de Wild Horses, una de las que fueron más grabadas por miles de celulares en el Foro Sol. Pero nadie, nadie estaba preparado para lo que vendría a continuación.

Se dice que el número 7 es el de la suerte, en términos religiosos resulta ser el número perfecto. Para la noche en cuestión, ese adjetivo se quedó corto. Richards se puso en medio del escenario y con esa sonrisa de loquillo a lo largo de su arrugada cara, comenzó a tocar algo que llevó al éxtasis a todos. Paint It Black destrozó el Foro en cuestión de minutos, una deuda saldada con su servibar, ya que hace 10 años no la tocaron, el clímax de la noche, lo mejor de lo mejor del recital de Los Stones, y el que se atreva a decir que no, tiene una tarea muy difícil para comprobarlo.

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Posted by El Club del Rock on lunes, 14 de marzo de 2016

Siguiendo con los clásicos, las Honky Tonk Women por fin llegaron al oriente de la ciudad, por un momento más de uno deseó que aparecieran detrás del escenario como dos globos enormes, como en aquellas giras de la década de los 90. Al finalizar, llegó el clásico momento de descanso de Mick, seguramente iría a tomar un par de bocanadas grandes de oxígeno mientras se cambiaba de ropa una vez más.

The Rolling Stones | Foto cortesía OCESA Fernando Aceves

En las gradas comenzó a oírse: “Oeeee, Oeeee, Oeeee… Richards… Richards”, Keith Our Hero Richards tomó el escenario con ese semblante humilde y jocoso que nunca ha desaparecido de su rostro. Con su cabello blanco adornado con su diadema rastafari, un par de Nikes verdes, pantalones y camisa completamente a su estilo, Keith nos deleitó con un poco de buen Blues, al más puro estilo de Muddy Waters. You Got The Silver y Before They Make Me Run fueron los temas que el buen Keith interpretó junto al resto de Los Rolling.

Ya con Mick de vuelta, el bloque de Blues no paró ahí, el segundo momento épico de la noche (porque hubo muchos), fue con Midnight Rambler, canción en la cual toda la banda de plano se lució. Por un momento fue como un viaje en el tiempo, ir a los días en que Los Stones estaban completamente metidos en la música afroamericana, cuando Mick bailaba como todo un poseído; también lo hizo en el foro, un poco más lento pero lo hizo, mientras interactuaba con todo el público dirigiendo los gritos del respetable junto a cada guitarra y baquetazo. “¡Ustedes son chidos!”, espetó Jagger quien ya había dicho que su español era una broma.

The Rolling Stones | Foto cortesía OCESA Fernando Aceves

No todo era Mick y Keith. Un Charlie Watts que como siempre impecable y que en algún momento del show dejó del lado su semblante serio, frío, concentrado y sonrió ante una broma de Mick, créanlo o no. Watts no dejó duda alguna de su calidad como baterista en toda la velada. Lo mismo fue con el más joven de Los Stones, Ron Wood. Que la verdad es que el buen Ronnie ya debería de dejar de usar tinte en su cabello, ya hasta parece que trae peluca, ¿o es una peluca?, bueno eso nada tuvo que ver con la ejecución magistral de toda la noche.

Miss You, reavivó los coros y el baile en el recinto, una que otra dedicatoria y muchas llamadas a celular. Continuando con el mood, sonó Gimme Shelter donde sus vocalistas de acompañamiento, Bernard Fowler y sobretodo la nueva en la banda, Sasha Allen le dan ese toque bluesero a este clásico de la banda británica.

Nuevamente Richards tomó el mando, comenzó a volarnos los tímpanos con los guitarrazos de Jumpin’ Jack Flash (una de mis favoritas desde la niñez), mientras que de detrás del escenario salieron disparados al cielo múltiples cohetes que por momentos adornaron con verde, blanco y rojo los cielos contaminados del ex Distrito Federal.

Pero de pronto la oscuridad reinó una vez más, de pronto en las enormes pantallas que adornaban el escenario unas figurillas rojas comenzaron a dibujarse, una tonada que todo fan de Los Stones identifica al momento, un pentagrama apareció en los costados y un diablo al centro, mientras Mick Jagger bailaba con un abrigo rojo y Richards comandaba los acordes de Sympathy For The Devil. Ya habíamos hablado de momentos épicos, éste fue otro de ellos.

La fiesta había comenzado bailando, y figuraba para terminar igual, Wood, Watts, Richards y Jagger le dieron más sabor al concierto con Brown Sugar, otra de las infaltables en un show de The Rolling Stones. Mick y compañía agradecieron al público y abandonaron el escenario, todo volvió a ser oscuridad mientras una lengua dorada apareció en las pantallas. Total esto no acaba hasta que enciendan todas las luces.

The Rolling Stones | Foto cortesía OCESA Fernando Aceves

Un coro de niñas apareció entre las sombras, cantaban otro de los clásicos de Los Stones’ fans from hell, Mick con una gorra y un saco dorado comenzó a entonar uno de los cantos que sin duda han formado toda una filosofía alrededor de esta canción, You Can’t Always Get What You Want, no había otra manera de darle inicio al encore.

Ya más que sumergidos en una noche inolvidable, The Stones dejó ir uno de sus himnos más emblemáticos, uno con el que muchos pobres diablos como su servibar nos identificamos y que simplemente es una canción que debe estar en el reproductor de cualquier amante del Rock. (I Can’t Get No) Satisfaction, lo que desató una locura sin precedentes en toda la noche.

#ConciertosRockMexicoCon "(I Can't Get No) Satisfaction" The Rolling Stones cierran su primer show en la Ciudad de México!

Posted by El Club del Rock on lunes, 14 de marzo de 2016

En medio de estruendosos aplausos, The Rolling Stones con una reverencia dieron gracias y fin a su primer concierto en la ciudad de México, 10 años después de su última presentación, con un aspecto aún más decrépito que aquella vez, pero con toda la vibra y actitud que muchas bandas de rock no tienen, ¿qué importa la edad si el Rock es un estilo de vida?.

Así fue como el América Latina Olé Tour 2016 llegó a México, el día que uno de los grupos y últimos remanentes de la época dorada del Rock tocó muy posiblemente por última vez en esta parte del mundo, el recuerdo de este concierto será inolvidable, inmortal, tan inmortal como The Rolling Stones

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