Debo confesarte que desde hace un par de años las cosas ya no van bien entre los 2. Te habías empecinado en aburrirme y hacerte predecible, ¡ojo! No te culpo, todo lo contrario, fui yo el culpable porque me emocioné y abusé de tu compañía, te llevaba a todos lados, te presentaba con mis amigos, a algunos les caías bien; otros simplemente te ignoraban y eso no me importaba, no me importaba porque ya no los necesitaba, porque cuando quise escucharlos no me transmitieron nada bueno, nada real, solo excentricidades y lujos; y para mi el lujo es vulgaridad… Yo quería escuchar… Estaba cansado de ser escuchado, ahora quería escuchar algo real y con personalidad.
Me dejé llevar por lo que sentí al verte y escucharte por primera vez… “escucharte”, ¡¿Cómo olvidar la primera vez que te escuché?! Llegaste para salvarme y sacudirme en un momento tan preciso de mi vida, cuando me veía cada vez más seducido y bombardeado por el rap/ pop americano propio de los ‘2000’, ¿Qué habría sido de mí, entonces? No lo sé y tampoco me aventuro a imaginarlo. Jamás te quitaré ese mérito, nunca seré mezquino y es por eso que ahora te dedico este artículo, porque quiero que quedemos bien, sin rencores.
¿Sabes qué es lo que más me gustaba de ti? Siempre sabías qué decir, siempre tenías el comentario preciso para cada situación que me tocaba afrontar por más trascendental o banal que sea ¿Me sentía alegre? Pues me soltabas Last Nite. ¿Me sentía triste? Me soltabas Someday ¿Me sentía cansado? Me soltabas Hard to explain ¿Me sentía extasiado? Me soltabas Take it or leave it. ¿Me sentía bohemio? Me soltabas Trying your luck… y así podría seguir hasta completar tus 12 frases favoritas, pero creo que el mensaje está más que claro. Éramos el uno para el otro y ya no me bastaba escuchar sólo tus melodías, quería entenderte al 100% y busqué el significado de tus letras, quise saber qué me decías, ¡bah! Quise confirmar lo que creí que me decías… Efectivamente, no me ocultabas nada. Era todo tal y como lo imaginaba, esa voz para nada prodigiosa pero tan genuina no me mentía ni pretendía ser algo que no era, todo demasiado bueno, tan bueno que me hacía dudar; y la duda “mata”… Luego, algo se rompió, no sé qué fue, pero algo pasó.
Seguiré hablando bien de ti, recomendando que te escuche toda persona que me recuerde cómo era yo, hace un par de años. Estoy seguro de que sabrás entenderlo(a) y guiarlo(a) tal como lo hiciste conmigo.
No eres tú, soy yo. Ya lo sé, es un cliché; las cosas no las puedo cambiar, debemos quemar etapas y parte de eso es saber decir adiós. No quiero que me malinterpretes, no te voy a abandonar, simplemente ya no serás mi prioridad. Gracias por saber ser cómplice. Gracias por todas las personas que me ayudaste a conocer. Nacimos para correr hasta que el sueño venga, el mío aún no llega…
Ellos no saben que existes
.,/