
Cradle of Filth, la legendaria banda de Extreme Metal volvió a tronar en la Ciudad de México (CDMX), como parte de la gira de su último disco Trouble And Their Double Lives y, tras un cambio de venue, del Foro Alarcón a la Carpa Velódromo, Dani Filth y compañía convirtieron la noche del sábado 23 de septiembre en un ritual que convocó a distintas huestes de devotos del grupo nacido en el condado de Suffolk, Inglaterra.
El legendario conjunto no volvió solo a tierras chilangas, ya que 8 Kalacas, agrupación pionera del Ska-Core, quienes junto a A Call For Revenge formaron el combo para que todos aquellos que se dieron cita, comenzaran a calentar motores.
Acompáñanos, metalero lector, al recuento de una velada que, entre una mezcla de estilos y riffs pesados, provocó el headbangueo al Oriente de la capital mexicana.
¿Cómo arrancó el concierto de 8 Kalacas y Cradle of Filth en la Carpa Velódromo?
Fue alrededor de las 20:00 horas cuando las filas que se encontraban en el acceso principal de la Carpa Velódromo comenzaron a moverse. Entre ellas, podían verse varios rostros, de chicas y chicos, maquillados; también a algunos sujetos con falda y cabello suelto.
Sin embargo, lo más relevante entre todos los que se dieron cita para la sesión, es que entre todos los presentes podían encontrarse distintas generaciones de seguidores de Cradle of Filth. Desde el que se voló allá en los 90 hasta aquellos jóvenes que demostraron que, contrario a lo que dicen varios metaleros ortodoxos, aún no está todo perdido con las nuevas generaciones.
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Mientras todos ellos pasaban la revisión de rutina en el acceso, desde las entrañas de la carpa comenzaron a sonar las guitarras de A Call For Revenge. Siempre es difícil para el acto abridor, no importa qué clase de concierto sea, pero estos chicos no se dejaron bajonear y, con altos decibeles, les dieron la bienvenida a propios y extraños que respondieron con varios aplausos durante su presentación.
8 kalacas y su dosis de Ska-Core…
Directos desde el mismísimo Orange County, los 8 Kalacas tomaron el escenario con sus instrumentos de viento en ambos lados del escenario, trompeta y trombón, sin miedo al éxito, Garras comenzó a sonar desde los speakers del Velódromo Olímpico.

Fuerte y directo a los tímpanos, mientras sus instrumentos de viento invitaban a armar el mosh mientras algunos gritaban: “¿Por qué salió la Maldita Vecindad?”. Siempre, se escuchan esos comentarios en cualquier concierto.

Sin importar lo que algunos de los presentes más estrictos dijeran los que venían desde Estados Unidos no dejaron de soltar sus tracks, entres los que resaltaron Mochaorejas, Frontera, Mutante, Chorizo Federal y Dime.
Un gesto que fue bien recibido por los capitalinos fue que una bandera mexicana ondeaba desde la trompeta de Choriz. Lo que lleva a la pregunta: ¿los 8 Kalacas ganaron algunos fans esa noche al Oriente de la Ciudad Monstruo? Yo creo que sí.

Cradle of Filth, uniendo a generaciones en la devoción al Extreme Metal…
Una espera particularmente larga se dio luego de que los exponentes del Ska-Core abandonaron el estadio. Como si fuera por arte de magia, entre el público, se iluminaron más y más rostros con maquillaje de pandi… en blanco y negro.
Mientras las ansias comían a los presentes, al lado de su servibar, junto a una reja, varios dudes, quienes se veían de la vieja escuela del Black y el Extreme Metal, ya trepado entre los barrotes comenzaban a corear a Cradle of Filth. También pedían al Buki luego de haber reclamado que acababan haber visto a La Maldita Vecindad.

En ese momento, se pudieron notar varias tribus, todas integrantes de un mismo clan. Algunos más jóvenes que otros, pero todos, con el mismo objetivo, ver a Zoe Marie Federoff, Donny Burbage, Marek “Ashok” Šmerda, Daniel Firth, Martin Marthus Škaroupka y a la leyenda viviente, Dani Filth en el escenario.
Tras escuchar mucho, mucho Post-punk, la fuerza de las tinieblas comenzó a emanar desde el escenario, The Fate of the World on our Shoulders sirvió como intro para que cada uno de los integrantes tomaran sus lugares sobre la tarima y de pronto, comenzó a explotar Existencial Terror en medio delos vítores porque Dani, ya se encontraba frente a su púbico.
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La ceremonia no se dejó esperar y, mientras algunos se perdían y hasta besaban con sus parejas, otros se dejaban llevar en el frenesí de Cruelty Brought Thee Orchids, She Is a Fire, y The Principle of Evil Made Flesh.
Entre los puentes y riffs, Ashok no dejaba de pasearse en su icónica pose, recargando su guitarra sobre su costado izquierdo; mientras que Firth no dejaba de cimbrar a todos con su poderoso bajo, y que Donny no dejaba de danzar a lo largo del escenario.
Tronaban The Twisted Nails of Faith, Lilith Immaculate, y Nymphetamine (Fix), una de las más celebradas al compas de la batería de Škaroupka, mientras Zoe entraba al quite en los coros desde su teclado.

Describir las acciones de Dani Filth sobre el escenario no es algo fácil, no te puedes explicar cómo alguien de su envergadura pueda emanar tanto poder a través de los tonos que su voz pueden alcanzar, sin dejar de considerar su la energía que tiene a su edad. Cada momento en el que parecía no poder contenerla y comenzaba a saltar como desesperado desde un punto fijo, significaba que en realidad, estaba sintiendo el feeling de la noche.
Sonaban Crawling King Chaos y Dusk and Her Embrace. Cuando la banda decidió ir a tomar un poco de aire, algo que también aprovechó la mayoría del público, que ya había dejado atrás todo el tránsito congestionado y líneas del metro con retrasos por la enorme oferta de conciertos de esa fecha y en la zona. Depeche Mode en el Foro Sol y Porter en el Palacio de los Deportes.
Dani volvió al escenario, no podía dejar de agradecer al público al que le dijo que le hacía feliz de volver a nuestro país, porque obvio, somos los fans mas desquiciados en todo el mundo y, aunque dijo que quedaban unas cuantas canciones más, en definitiva el cierre no decepcionó con Gilded Cunt, Born in a Burial Gown, Her Ghost in the Fog y From the Cradle to Enslave.
Con un setlist algo corto que complació a sus seguidores, pero que sin duda vino de lo esperado para mejorar y culminar con una brutal presentación, Cradle of Filth demostró que aún mantiene ese estatus de banda de culto que, a donde llegue, no dejará de deleitar los tímpanos de sus seguidores.
La misión continuaba en buscar un transporte e ir en busca de tacos, aunque Whatafack, -la fotógrafa de El Club del Rock-, terminó pidiendo unos que realmente no quería. Dijo que le gustaron.
