No existe año alguno, por lo menos en la historia contemporánea de la música y hasta nuestros días en el que, por lo menos alguien no diga que: “El Rock está muerto”. Típico cliché. Quizá esto sí esté pasando desde diciembre del año pasado, literal. Pero esta frase trillada siempre ha ido a que el género ya no da para más. Igual y es cierto, pero sigue vigente. Si murió pero nunca se ha ido a su tumba continúa entre nosotros. Sigue deambulando, como un jinete muerto.
Death Rider es el título del nuevo material discográfico de Split Heaven, banda de Heavy y Speed Metal de Querétaro, México. Tal vez sin querer, la banda se ha enfrascado en una tarea muy difícil pero a la vez heroica. Demostrar que el Rock seguirá vigente y que en México se crea material de la más alta calidad. Una travesía difícil. Pero con las cualidades de la banda, que los han llevado a participar desde el local Vive Latino, hasta el mítico Wacken; tienen todo para sortear lo que el camino les ponga en frente.
La historia del Death Rider tiene un toque estridente, relampagueante, como si pasearas en un jeep sobre el terreno más difícil, con rocas, zanjas y lodo. Pero no bajas la velocidad, ni siquiera lo consideras. Un western lleno de Heavy Metal si de pronto volteamos a ver la portada del álbum. No hay un momento en el que el ritmo baje la intensidad o pare de retumbar tus tímpanos, eso en estos días y en una banda de Heavy, se agradece.
Las guitarras de Carlo Taii Hernández y Armand Ramos son los culpables de ése sonido tan sólido, que por momentos rememora a los días en que Iron Maiden y Judas Priest llevaron al Heavy Metal a otro nivel.
O la batería de Tomás Roitman que le da ese sabor de Speed en cada baquetazo y pisada a su bombo. Y obviamente el elemento que diferencia y marca la evolución de la banda, la voz del nuevo integrante originario de Seattle (y único extranjero), Jason Conde-Houston. Su timbre nos recuerda a la década de los 80, a la época del pequeño gigante del Metal Ronnie James Dio; un estilo completamente retro.
Ojo, esto no es una comparación con los artistas consagrados mencionados, no. Es un reconocimiento a las bases tan puras en las que Split Heaven ha edificado una carrera de 11 años. Tiempo y experiencia que son palpables en este álbum, donde la música tomó la forma de un jinete muerto.
La travesía del Death Rider está compuesta por 10 tracks de alto octanaje. Escuchar su historia simplemente te mantendrá pegado a tus audífonos. El primer corte, homónimo del título del disco, nos presenta al jinete en medio de una lluvia de guitarrazos que simplemente invitan a headbanguear hasta que ese dolor de cuello lo sientas hasta el día siguiente.
Awaken The Tyrant, ya un poco más lento pero más trabajado y melódico cambia el headbangeo por marcar el ritmo con todo el cuerpo (como si asintieran, ése que hacen inconscientemente). En este track la batería es la protagonista en toda la canción.
El tercer track, Battle Axe reanuda las hostilidades, es de esas canciones que desde el principio incitan a crear un mosh pit y cuidado con el que no se haya dado cuenta que el slam está a todo lo que da, es uno de los temas que demuestra la calidad de la banda al equilibrar el Heavy con el Speed.
To The Fallen, cuarto corte del álbum, es ése que si ya estuvieras viendo a la banda en vivo, no te deja recobrar el aliento. Ése que vuelve a prender los ánimos en el mosh pit y hace que a todos los aferrados a la primera fila vuelvan a headbanguear y hacer que sus cabelleras (muchas veces cuidadas con infinidad de productos capilares y de belleza), bailen al ritmo de Split Heaven.
Speed Of The Hawk, que es el primer sencillo de este material discográfico es quizá la canción que define la nueva etapa de la banda y el estilo y sello que la banda adoptó y alcanzó en todo el proceso creativo. Pa’ pronto, la nueva cara de los queretanos.
Ghost Of Desire tiene un toque completamente retro, es una pieza atemporal, un vínculo que nos lleva de vuelta a los 70 cuando el Heavy estaba a todo lo que daba. Nuevamente las guitarras llevan la batuta en todo este trayecto al que el jinete muerto ha llegado y se topó de frente con este ente.
Sacrifice, uno de los tracks más rápidos, otro que incita al slam y mover el cuerpo como los mandamientos del Metal marcan. la ejecución simplemente es de las mejores a lo largo de todo el álbum. Claramente podemos imaginar al jinete y el sacrificio que hace para cumplir con su misión.
Talking With The Devil, el corte que nos lleva al punto clímax de la historia del Death Rider, nos cuenta su relato, la manera en la que se dejó envolver por la oscuridad y cayó en las garras de la perdición. Nuevamente la ejecución impecable es lo primero que se nota al momento de sonar esta canción. Podría ser un segundo sencillo.
Esta banda gusta por ese toque retro (no me canso de remarcarlo), y a pesar de que el 80 por ciento del disco son letras en inglés, las últimas dos piezas y que parecieran el epílogo de la historia del Death Rider; Descarga Letal y Destructor, rememoran a aquellas bandas mexicanas que batallaron por introducir el Heavy a la cultura mexicana. Fieles a sus inicios en todo sentido estos tíos de Split Heaven.
Los cantos alrededor del relato del todo el material discográfico están llenos de referencias a la destrucción y a la oscuridad. Pero con un mensaje que invita a encarar todo tipo de adversidad, un mensaje que acentúa la condición de anti héroe del Death Rider. Definitivamente uno de los discos que darán mucho de qué hablar este año.
Si creen que “Les hace falta más Rock”, como se estila decir estos días, háganse un favor y adquieran Death Rider, que saldrá a la venta oficialmente el próximo viernes 25 de marzo a través de Pure Steel Records. No se arrepentirán y se darán cuenta de que el Rock quizá si murió, pero sigue cabalgando…
Toda la información de Split Heaven en: www.splitheaven.net