Brujeria regresó a la Ciudad de México (CDMX) el martes 27 de septiembre, un día nublado y bastante frío, en contraste a su anterior visita en abril, cuando la tarde y el show junto a Todos Tus Muertos, se convirtieron en un verdadero horno, pero esta vez no, el clima tenía todos los tintes para aquella y muy esperada misa negra, a cargo de Juan Brujo y compañía
En esta ocasión, los Mexecutioners estuvieron acompañados por Fxck the Monster y DEATHMASK, bandas mexicanas cuyas propuestas se abren paso en la escena nacional y que sonaron con fuerza ante los soldados del Brujo, presentes en el Circo Volador.
¿Cómo fueron las presentaciones de Fxck the Monster y DEATHMASK antes de Brujeria?
Conforme fue cayendo la tarde, en los alrededores del Circo Volador, comenzaron a instalar los clásicos puestos de playeras que, en su mayoría, se encontraban imágenes de El Patrón, el clásico diablito o el logo de Brujeria.
Mientras los soldados del Brujo continuaban llegando, en punto de las 21:00 horas, Fxck the Monster tomó el escenario del Lobby del Circo Volador, en medio de guitarrazos y gritos ensordecedores.
Con tracks plasmados de letras dedicadas a hablar de las injusticias en nuestro país, así como por las muertes de seres queridos en hechos violentos o incluso por la misma pandemia de COVID-19, los Fxck the Monster se llevaron los aplausos y vítores del público, que ya empezaba a calentar motores para las hostilidades.
Aunque ya se andaban pasando por una canción, poco después de las 21:30 horas, DEATHMASK incrementó los decibeles al saltar a la tarima y por media hora, se dedicaron a provocar el headbangueo en las entrañas del Circo Volador.
Con un despliegue de técnica y calidad, el Deathcore de los mexicanos estremeció el lugar, además de que incitó a los primeros brincos a lo largo del lobby, con un final estridente, justo el ingrediente necesario para recibir a Brujeria, quienes días antes, se habían presentado en el Mexico Metal Fest, en Monterrey, Nuevo León.
Brujeria y el arranque de la misa negra del Circo Volador en CDMX
Ya pasaban de las 22:10 horas, cuando las luces se fueron y al escenario entraron Peach, El Sangrón y compañía, invadieron la tarima, donde ya se encontraba el Coco Loco sobre la bandera mexicana, esto mientras el distintivo intro con el discurso de Pete Wilson, comenzó a escucharse en los parlantes.
Entre gritos y una especie de avalancha que se formó entre el público, con dirección hacia la valla que custodiaba el escenario, Juan Brujo por fin se presentó frente a todos y, mientras los “balazos” retumbaban, sólo podía significar que la misa negra del Circo Volador, estaba a punto de comenzar.
Raza Odiada arrancó formalmente con las agresiones. La pista se volvió un campo de batalla en el que no había tregua para nadie y que sólo aumentó su intensidad con Colas de Rata, La Migra y una de las que no podían faltar, Hechando Chingazos.
666 continuó con el ritual de Brujeria, para después, ver cómo Juan Brujo comenzó a bailar al ritmo del Loco Valdés, con la canción El Médico Brujo, que para las conocedores, es el llamado a Cuiden a los Niños. Inmediatamente, vino uno de sus últimos sencillos y que, de paso, tira una que otra indirecta a cierta banda rival, No Aceptan Imitaciones, directo del Pocho Aztlan.
Los chingazos volvieron a inundar la pista, en la que no se salvaban ni los fotógrafos que intentaban capturar algunas imágenes del moshpit que giraba y giraba con El Desmadre, Almas de Venta y Satongo.
Sin embargo, como en todas las misas, llegó el momento de tomar las cosas con seriedad, esto mientras Peach comenzó a formar lineas y pasar lista entre los integrantes del Ejército de Brujeria, justo para la Marcha de Odio, que continuó en ese mood con Revolucion, Anti Castro y Angel de la Frontera, figura a la que según El Sangrón, todos deberían de encomendarse en algún momento.
Pero la misa aún no concluía. En las bocinas comenzó a escucharse esa bonita melodía, y el coro de todos los presentes, “yo no me quedo, me voy con él…”, inmediatamente, tronó Brujerizmo con gran intensidad.
Consejos Narcos y La Ley del Plomo incitaron a más codazos y empujones del moshpit que simplemente nunca se detuvo y que vio uno de sus clímax en la muy esperada, Matando Güeros.
Suele decirse que el tiempo vuela cuando uno se la pasa bien, y la noche de ese martes puede ser tomada como una anécdota de ese dicho popular, ya que la misa negra de Brujeria en el Circo Volador, en un abrir y cerrar de ojos, había terminado al ritmo de su hit, Marijuana, justo como suele marcar el rito.
Una vez terminada la ceremonia, sólo quedaba finiquitar los tragos coquetos y tal vez cruzar unas cuantas palabras con Peach, quien fue el último en irse hacia los camerinos.
El frío arreció un poco y, mientras esperábamos a la fotógrafa, Raquel Coss, buscábamos una playerita para el recuerdo; los tacos eran la siguiente parada, pero de rápido, porque había que trabajar al siguiente día…