Anoche, se llevó a cabo la ceremonia de los NME Awars, premios que otorga la famosa publicación británica desde 1953. Todo parecía normal. Wolf Alice y The Libertines fueron los ganadores de la velada con dos premios cada uno cuando de repente, Oli Sykes, vocalista de Bring Me The Horizon, interrumpió su interpretación del tema Happy Song para subir a la mesa de una banda que se ganó un odio generalizado tras su actuación en el Super Bowl 50: Coldplay.
La rivalidad entre ambas bandas, se remite a noviembre del año pasado, cuando los muchachos liderados por Chris Martin, lanzaron A Head Full of Dreams. Fans de BMTH, notaron que la portada del mencionado disco, era muy similar a la de Sempiternal, producción que la banda de metalcore, lanzó en 2013. Ante dicha observación, el señor Sykes apuntó claramente que Coldplay “les robaba sus ideas”.
Una mesa destruida, lluvias de champagne y Red Stripe más una avalancha de copias de Enid Blyton, novela escrita por Martin, fue el resultado de la venganza que protagonizó la banda.
https://www.youtube.com/watch?time_continue=3&v=GlPWTY0rKSw
Este incidente ha divido a la prensa especializada, quienes comentan una falta de ética por parte de BMTH. Lo cierto es que ha dado un momento para recordar, una increíble credibilidad a la banda con su desfachatada actitud y celebraciones entre los fanáticos de rock alrededor del mundo por qué, en palabras de Sykes… Fuck Coldplay.