Los fans peruanos vibraron con el poderoso ritmo del metal sinfónico de Xandria, en una velada que difícilmente olvidarán en sus vidas. Y no es para menos, ya que la banda alemana llegaba por primera vez a estas tierras como parte de su gira latinoamericana. Si te lo perdiste, aquí te lo contamos todo.
Previo al show, la fanaticada retumbó el recinto miraflorino con coros que solicitaban la participación de Xandria. En ese momento, los integrantes desfilaron uno por uno sobre la tarima para, automáticamente, dar inicio al tan esperado concierto.

La banda abrió con Nightfall, desatando así el gozo y el descontrol del publicó; los mismos que se comportaron, de principio a fin, a la altura de tremenda presentación.
Luego del primer tema, la bella cantante Dianne van Giersbergen aprovechó la oportunidad para presentarse con un enérgico y cariñoso: “¡Hola Lima! ¿Están bien?”, saludo que fue correspondido entre aplausos. Seguido interpretarían el resto del setlist, entre el compilado, la emotiva Now and Forever.
La fiesta continuaba y esta vez era la canción Sacrificium la que hacía disfrutar a los asistentes. En medio del tema, el bajista Steven Wussow descendió del estrado para interactuar con sus fans, desplazándose de un lado a otro y moviendo la cabeza durante varios segundos (headbanging); destalle que resaltó el gran respeto y la cercanía que mantiene la banda con sus seguidores.
Luego seguiría The Undiscovered Land, canción que maravilló al público por su relajante melodía, además de la sublime y hermosa voz aguda de Dianne; atributos que caracterizan a la cantante soprano.
Tras un par de temas más, el grupo alemán desapareció por unos instantes del escenario, preocupando así a sus fanáticos que pedían “otra”; fue de esta manera que la banda salió otra vez para culminar una grandiosa jornada con Valentine. Todos en el local cantaron y correspondieron al juego de coros de la carismática intérprete.
Pero como todo lo bueno se acaba, esta vez Xandria se despedía hasta una próxima oportunidad, no sin antes extender la bandera peruana con el símbolo de la banda entre el color rojo de la bicolor; obsequio de un feliz fan a la banda.
Una noche de metal sinfónico para recordar.
Lo bueno:
Las instalaciones del local Oliver Club permitieron que la velada fuera íntima, provocando así la cercanía entre fan y artista.
Lo malo:
La falla de sonido provocados por un amplificador o cableado defectuoso (problemas técnicos). Sin embargo, pasaron totalmente desapercibidos, cumpliendo con las expectativas del show.