Uno de los conciertos más esperados del año, se perfilaba como uno de los mejores al ser reconocidos como una de las bandas revelación del thrash metal actual en el mundo. Gama Bomb, llegaba a Lima a presentar su último álbum de estudio, Untouchable Glory (2015).
Al llegar las 10 de la noche el Yield Bar, aún con poco público, se empezó a remecer al ritmo de Ressonancia Morfica, desde Brazil, una banda que no había escuchado en vivo pero que de hecho me había topado con alguno de sus temas. Unos riffs demoledores y agresivos, motivaron al público a que se mueva un poco, no decepcionaron en su presentación. Llegó el turno de los locales, Murder, fueron los encargados de poner la cuota nacional en la noche, unas guitarras bien power acompañadas de una batería imponente, cumplieron con el objetivo de animar a la gente. “Dios no está presente esta noche”, nos decía Lauro “Nightrealm” vocalista de le banda brasileña Nervochaos. Una banda temible sobre el escenario, muy explosiva e intimidante, invocando siempre a satanás con unos riffs bien thrashers, rápidos y duros, dejaron al público asistente listo para Gama Bomb.
Llegó el plato fuerte, Gama Bomb se alistaba para salir al escenario. Aproximadamente a la 1 de la mañana salieron al escenario. Iniciaron con Zombie Blood Nightmare, seguido de Slam Anthem del álbum Citizen Brain (2008), la gente se volvió loca pero aún esperaban un tema más duro para dar rienda sueltas al pegajoso moshpit. No los hicieron esperar, con Three Witches de Tales from the Grave in Space (2009), el público (el poco que había) se animó a armar el moshpit. Luego de un par de canciones más, llegó el momento de una de las más esperadas de la noche (tal vez la más esperada), Thrashaholic, la gente no demoró en entrar al baile y gritar el pegajoso coro “We’re thrash, thrash to the core!” con los puños arriba.
“No hay diferencia entre tocar antes 200 personas o tocar ante 20” una de las frases de la noche a cargo de Phily. Como encore, la banda armó dos canciones en el momento. Nos sorprendieron con Evil Voices seguido de Bullet Belt. El público se terminó de emocionar y logro interactuar un poco con la banda al momento de los coros, el moshpit se armó y la gente se quedó con ganas de más, incluso la banda, pero así es la música. Esperamos volver a tenerlos pronto por estas tierras.
Crónica: Alexander Inga