El pasado sábado 21 se llevó a cabo en la Carpa Astros de la Ciudad de México el Somos Rock Fest, evento con el propósito de remembrar las mejores glorias del rock mexicano durante la década de 1990. El cartel prometía bastante: Cuca, Las Víctimas del Dr. Cerebro, el regreso a los escenarios tras años de ausencia con Tijuana No!, la leyenda del gótico El Clan y el esperado tributo a Rita Guerrero por parte de sus compañeros de banda, bajo el pseudónimo de Ecos de Santa Sabina.
Antes del inicio en el escenario principal, pudimos escuchar las propuestas más recientes en la escena nacional. Querérato Beach tuvo ligeros problemas de audio, sin embargo tienen potencial gracias a su actitud y buenos elementos del llamado happy punk. Vadrok fueron los siguientes al escenario. Su música va dirigida para aquellos fans del alternativo, con rolas de tintes pop bastante agradables. A continuación, Golden Robots presentó una mezcla de heavy y elementos electrónicos, con resultados interesantes. Su vocalista (miembro de Las Víctimas), muestra tremenda energía y elementos teatrales a su show, aunque una variedad de movimientos en su arsenal incrementaría su atractivo.

Seguimos con Hilo Negro, conjunto de alternativo con algunas tendencias pesadas y una parte melódica con potencial. La cúspide de su aparición fue cuando el buen Julio Revueltas, participó en un par de canciones con su incesante tapping. Los buenos muchachos de Motor pusieron en lo más alto la nueva oleada del rock mexicano, con la promoción de su segundo material. Agraciados por un sonido motero influenciado por clásicos como ZZ Top o Motörhead, pusieron a vibrar a los asistentes gracias a sus temas dinámicos, solos ágiles y coros contagiosos. ¡Sigan así!


El cierre corrió a cargo de Orka. A pesar de sus cinco años de trayectoria, el trabajo mostrado tiene una dirección clara: un rock enamorado de los 70s sin mayores pretensiones más que divertir a la audiencia. Cerramos de esta manera la primera parte del día.

Ahora sí, ¡que comience la nostalgia! El Clan, con su parafernalia oscura, salieron a entregarse con viejas favoritas como El Mal en Mi y Las Brujas. La voz de Gustavo Perez está en su punto perfecto de maduración, así como su encarnación de ente gótico a la Peter Murphy. Una manera visceral, brutalmente honesta para arrancar la noche.

Una de las cartas más fuertes, fue la reunión de ex integrantes de Santa Sabina para rendirle tributo a su comadre, la fallecida Rita Guerrero. Entre sus filas, vimos a Patricio Iglesas (batería), Alex Otaola (guitarra), Juan Sebastián Lach (teclados) y Alfonso Figueroa (bajo). El inicio con Gasto de Saliva, interpretada en la voz de este último, daba la impresión de ser un show cantado por el señor Figueroa. De repente, nos damos cuenta que tomaron muy en serio lo de “Ecos”, ya que escuchamos las canciones así: con la pista de Rita cantando, gesto agradecido por la concurrencia al respetar el legado de la mejor cantante de rock del país. Al final, José Fors de la Cuca y Missael de Panteón Rococó, subieron para acompañar en Azul Casi Morado.

El ska hizo presencia con Tijuana No!, quienes han dado apariciones esporádicas desde el fallecimiento de su fundador, Luis Güereña. Acompañados por Jorge Grajales de Sekta Core como la tercera voz (pero brincador oficial de la banda), la banda fue fiel a su legado con temas como Sin Tierra, Golpes Bajos, su versión de Spanish Bombs y la favorita de todos, Pobre de ti, que pusieron a bailar a todos los presentes. Gran recital, aunque si planean dar más shows, no les sentaría mal traernos un nuevo repertorio.

“Que chingón que vengan a escuchar rock… ¿o les gustaría escuchar rolas de Enjambre?”, fueron las palabras del Abulon para dar inicio al explosivo espectáculo de Las Víctimas del Dr. Cerebro. Buen humor, pirotecnia y el más desenfrenado rock dieron como resultado el show más contundente de la noche. Ya tus amigos, Brujerías, Muñeca, Rock de la Cripta y El esqueleto con dos invitados de lujo: Tinieblas y el Alushe para mover el esqueleto, fueron prueba fehaciente del imperante trabajo que han hecho desde los 90s.


Ya para cerrar y con un público notablemente cansado, salió la Cuca. Los tapatíos cumplieron 26 años de rocanrolear más no de dejar a un lado esa actitud que los caracteriza desde su debut con La Invasión de los Blátidos. Hit tras hit, suenan La Pucha Asesina, Gordibuenas, Que Chingaos y En el nombre del Rock and Roll. Canciones nuevas como Arre Lulú, hablan de una banda activa dispuesta a ofrecer calidad a sus seguidores. Los asistentes ya no podían más (en parte a las coreografías multitudinarias de Las Víctimas y el slam con Tijuana), pero no fue pretexto que les evitará entregarse a los coros de El Son del Dolor.

Tremendo festival para aquellos amantes de la década de 1990. Aunque hubo algunos detalles del audio, facilmente pueden corregirse en la próxima edición. Estamos ante un festival propositivo, encantador y de mucho atractivo para el público a un paso de ser veterano; una verdadera rocola al pasado. ¡Esperamos el Somos Rock Fest del 2017!