Public Image Ltd. – El albatros podrido en El Plaza Condesa

Public Image Ltd | Foto: Raquel Coss

Para EL CLUB DEL ROCK: Mr. Yagami

Muchos aún lamentamos el hecho de nunca haber podido ver a los Sex Pistols. Su única gira de reunión que tocó en Sudamérica, tristemente no incluía a nuestro país. Así que cuando se publicó la noticia que el gran John Lydon iba a visitar estas tierras la reacción fue tremenda, tanto que el show fue un sorprendente Sold Out. Muchos de los que nos aglomeramos en El Plaza Condesa teníamos diferentes expectativas: unos tenían cierta esperanza de escuchar material de los Pistols, otros sólo iban a ver a la leyenda y no faltaron los fans acérrimos de PiL que se sabían todas y cada una de las líricas.

La noticia del retraso del concierto pareció no hacer mella en los expectantes fans que anhelaban ver al legendario Rotten… aunque fue un poco insultante el hecho de que pusieran a un “DJ” (me cuesta trabajo decirle así a alguien que sólo se puso enfrente de una laptop mientras dejaba en aleatorio su lista de reproducción) a amenizar la noche.

Con esa puntualidad británica, a las nueve dio inicio el concierto: el primero en salir fue el baterista Bruce Smith, marcando un pegajoso beat mientras los demás integrantes tomaban su lugar en el escenario. El segundo en llegar fue ese Jesucristo con guitarra llamado Lu Edmonds; arrancándole angelicales sonidos a su instrumento. Después el bajista Scott Firth tomó sus cuatro cuerdas y marcó la legendaria línea de “Albatross” la cual retumbo espléndidamente en el recinto e hizo que muchos de los asistentes perdiéramos la cabeza al ritmo de esta joya del Post-Punk. Y el último en salir, por supuesto, fue el buen John. Ataviado en sus características ropas holgadas y su peinado punk, cantó la canción de manera soberbia aunque después nos enteramos de que tenía un serio problema de bronquitis. Todo un profesional.

El concierto venía centrado en presentar su “nueva” producción… y lo digo entre comillas porque el álbum “What the World Needs Now…” data de hace casi un año. De esta producción [que por cierto, es buenísima, adquieran el disco ya] sonaron “Double Trouble” y “Know How”, ambas un tanto alejadas del espíritu experimental de PiL y más cercanas a los crudos riffs de los Pistols. La gente se puso como loca con la enorme “This Is Not a Love Song”. El arreglo difiere mucho de la original, con la banda apoyando en los coros y Lu Edmonds demencialmente arrancándole sonidos bellos al banjo o lo que fuera ese instrumento que sacó para la canción. Siguieron los temas recientes con “Deeper Water” y “Corporate” antes que Mr. Lydon (mas bien su base rítmica) pusiera a bailar hasta a los mas punks al ritmo de “Death Disco”, la canción que le dedicó a su madre mientras esta moría de cáncer. Durante unos minutos El Plaza Condesa se convirtió en una gran fiesta “dance”, momento que sólo se repetiría cuando tocaron la enorme “Warrior”. Brillantes ejecuciones una vez más destacando al gran Lu Edmonds, guitarrista único. “The One” y “I’m Not Satisfied” mostraban la confianza que le tenían a su más reciente producción (de la cual tocaron alrededor del 50% de la misma) mientras que los fans esperábamos más clásicos, a lo cual John accedió dándonos la extraordinaria “The Body” (la “Bodies de PiL) y ese sermón llamado “Religion”. Aquí Lydon adquirió pose de predicador mientras nos hablaba de lo terrible que es tomarse demasiado en serio las creencias que nos imponen. Todo esto mientras Scott Firth sacaba el equivalente a un contrabajo mientras sus pesadas líneas imprimían más poder al discurso del vocalista. La canción se extendió tanto que se tuvo la oportunidad de presentar a los integrantes hasta en español. Antes de irse al encore se despidieron con otro clásico: la melancólica “Rise” que puso a corear a todo el recinto.

No tardaron más de 5 minutos antes de que volvieran a tomar su lugar y recetarnos ese golpe a la quijada llamado “Public Image”. Uno no extraña a ese extraordinario guitarrista llamado Keith Levene mientras Edmonds pueda replicar sin ninguna dificultad los metálicos riffs de esta canción. Y vaya que sonó como si alguien hubiera puesto el disco en medio del concierto. Antes de decirnos adiós (quien sabe por cuánto tiempo) hubo tiempo para una más: “Shoom” del nuevo álbum. Quizás la mejor canción del disco y extremadamente bailable. Lydon y compañía se despidieron en medio de una fiesta y dejando un buen sabor de boca a sus fans. No tengo idea si algún día llegaremos a ver a los Sex Pistols pero he de decir que mientras exista PiL, los Pistols no hacen falta.

Galería completa en: https://goo.gl/DQi9Gg

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