Irrepetible el primer show de Circus Maximus en la Ciudad de México

Circus Maximus foto Eyescream Productions por Guacamole Project

Circus Maximus | Foto Eyescream Productions por Guacamole Project

Hay momentos en la vida que pocas veces se repiten, son únicos, como cuando ves por primera vez a la persona que te gusta, cuando experimentas esa escena de la película que te marcará de por vida, o cuando una banda da su primer concierto en un país al que tal vez nunca creyó visitar, más o menos algo así sucedió el pasado sábado 10 de septiembre en el Foro Indie Rocks!, lugar en el que Circus Maximus vivió su primer contacto del tercer tipo con los fans mexicanos y viceversa.

Para calentar motores, los locales de Ekos comenzaron a elevar a todos los presentes del lugar ubicado en el interior de la capital mexicana. Al crear una atmósfera casi espacial o de “otra dimensión”, como el título del segundo álbum de la banda, Ekos nos demostró que en México también se hace música y metal de alta calidad, además se aprecia la energía, entrega y dedicación que demostraron en el escenario. La verdad su servibar se quedó picado con sólo media hora de show, pero tiempo que realmente valió la pena. Ana, Jesús, Victor y Carlos, sigan así por favor.

Ekos | Foto: Oscar Cruz

En punto de las 9 de la noche, y después de un leve soundcheck en el que Michael Eriksen aprovechó para tomar algunas fotos de la audiencia, las luces se desvanecieron mientras el score de los títulos de inicio de Planet of the Apes comenzó a escucharse por los parlantes; Lasse llegó a su teclado, Mats apareció con su guitarra, Glen junto a su bajo, Truls directo a su batería y Eriksen al micrófono. Entre gritos y aplausos y un sonido casi impecable, directo desde Noruega, sonaba Namaste. El momento irrepetible había comenzado.

A Darkened Mind, Sin y Havoc, como el título del cuarto álbum del grupo y el cuya promoción los trajo al país, continuaron con la devastación en el Indie Rocks! (había una manta con el nombre de la banda y el título del tour, pero ya saben, no falta el todo wey que termina preguntando cómo se llama la banda…).

Eriksen si de por sí ya se veía emocionado desde antes del primer guitarrazo, ya sobre el escenario no podía contenerse. No paraba de capturar a medio mundo con su celular, tomar alguno que otro video e interactuar con todos, los de la parte de arriba y hasta los de más atrás. “¡Creo que deberíamos de tocar todos los meses en México!”, exclamó en algún momento de la velada.

Glory of the Empire, del primer disco de la banda; Arrival of Love de Isolate, segundo álbum de los noruegos; Higest Bitter desde Havoc; y Architect of Fortune de Nine, penúltimo trabajo de CM; continuaron con el derroche de técnica por parte de la banda.

Mats Haugen y Glen Cato en guitarra y bajo respectivamente, no dejaron de demostrar porqué el grupo ha participado en distintos festivales de Metal Progresivo en Estados Unidos, de la misma manera Truls Haugen y su batería no se quedaban atrás, no pararon de retumbar por todo el lugar junto a la proyección armónica de Lasse en su teclado. Por un momento un intento de moshpit nació en medio de la multitud, pero no. Era de esos conciertos en los que no puedes perder ni un solo detalle.

Abyss, I Am y Alive continuaron deleitando a los fans que, por lo menos donde su servibar estaba ubicado, no pararon de cantar a todo pulmón, a veces más fuerte que el mismo Michael (atribuyo esto a que el wey atrás de mi era bajito y al cantar pues alzaba su cabeza), quien con su potente voz no dejó que los decibeles ni las emociones bajaran en ningún momento. En definitiva un frontman totalmente entregado a su público, no paró de interactuar ni tampoco con las fotos y videos.

“Sabía que los fans italianos y españoles estaban locos, y nos dijeron ‘tienen que conocer a los mexicanos’, y ¿saben qué? ¡ustedes en definitiva son los más locos!”, vitoreó Eriksen ante un extasiado Foro Indie Rocks!.

Ultimate Sacrifice representó el fin de la primera parte del show, los noruegos abandonaron del escenario para tomar un pequeño descanso. Michael volvió para dar inicio al encore con Chivalry, momento en el que los cantos de los fans aumentaron aún más. Poco a poco la banda retomó sus posiciones y el grupo volvió a dar pruebas de todo su potencial.

Ya en el clímax de la velada, Game of Life nos llevó poco a poco al fin del show. A coronar el momento irrepetible del contacto del tercer tipo entre los fans mexicanos y Circus Maximus. Algo que seguramente pasará varias veces en un futuro cercano, pero no con esa atmósfera especial de aquella noche. Irrepetible.

Michael Eriksen, al abandonar el escenario, advirtió a todos los presentes que si alguien quería quedarse y saludar, regresarían en poco tiempo. Pasaron como 15 minutos, la mitad de la audiencia se quedó. Glen fue el primero en regresar y echar el coto con los fans from hell de Circus Maximus. Su servibar no pudo ver qué sucedió después ya que se hacía tarde y el deber llamaba en otro lado, total; ya había vivido el primer concierto de Circus Maximus en la ciudad de México…

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