Para EL CLUB DEL ROCK – TIM DRAKE
Una vez más, Nacho, Alex, Carlos y José, se reunieron con sus más fieles e inmortales seguidores en el Teatro Metropólitan, con la actitud, pasión y locura que solo ellos profanan, se encargaron de rendir tributo a un trabajo de 25 años y a un nombre: Cuca.
La banda encabezada por José Fors hizo su aparición nuevamente en la ciudad de chilangolandia para celebrar los largos, tempestuosos, agradables, agridulces e implacables años de rock que la llamada Cuca le ha donado al rock nacional y, sobre todo, a su siempre agradecido público. No hay más, la Cuca ha perdurado y sobrevivido a todo, llegan momentos en donde parece que muere, que se desintegra con insecticidas letales y de repente emergen de la nada para retomar su lugar como un histórico del rock mexicano.
“Así que decidieron salir de las alcantarillas para celebrar 25 años de rock and roll…” dijo un convencido y agradecido José Fors; el carismático y emblemático líder de la cucaracha, fue de pocas palabras pero habló cuando tuvo que hablar y al igual que sus compañeros se brindó en todo momento, regalando un concierto de festejo, un concierto de recorrido por 25 años de trayecto musical, con un pletórico repertorio de 25 canciones.
Armando Palomas, Alfonso André y demás personalidades, se dejaron ver como parte del público, y se dieron cita para reconocer y disfrutar del auténtico rock de Cuca; mientras que otros invitados de lujo fueron parte del festejo sobre el escenario para entonar clásicos de la banda homenajeada. Elis Paprika y las chicas de Descartes a Kant hicieron su participación para entonar y colaborar con sus voces en una de las rolas nuevas llamada “Caca Pop”; un maravillado y agitado Arturo Tranquilino, de Yokozuna, contribuyó con sus riffs y distorsiones para la canción que hizo explotar el júbilo contenido en el Teatro Metropólitan: “Alcohol y Rock and Roll.” Sin embargo, y sin duda, el orgasmo auditivo vino con Iraida Noriega quien con una poderosa y agraciada voz femenina se acopló con la otra voz poderosa de José Fors y en un dueto magistral para interpretar “La Balada” y de ahí acompañarlos al embelesamiento con “Cara de Pizza”.
El viaje cucaracho inicio con “La Pucha Asesina”, retomando los emblemáticos “Que Chingados”, “El Mamón de la Pistola”, “Tu Flor”, “Hijo del Lechero” e “Implacable”, la cual, ya es la rola para que Nacho González de una muestra de porque es uno de los mejores bateristas nacionales con sus sorprendentes solos; estas trovas clásicas fueron aderezadas con las canciones nuevas que buscarán abrirse su lugar en el amplio catálogo de la banda, como son “Gordibuenas”, “Rock y solo Rock”, “Mi Vieja”, “Zona V.I.P.” y el nuevo grito de guerra dedicada a los altos mandos del gobierno mexicano: “En el nombre del Rock and Roll”. Un agasajo de 25 años de carrera recorrió el Metropólitan, desde “La Invasión de los Blátidos” hasta “La Venganza de Cucamonga” dejando a la nación cucaracha sin respiro para finalmente cerrar con la que seguramente fue la canción que los puso en el mapa, la canción que irrumpió en el rock nacional hace 25 años y que hasta la fecha sigue sonando tan fresca: “El Son del Dolor”.
Nacho González, José Fors, Carlos Avilez y Alex Otaola, demostraron que el poderío de la Cuca se mantiene inmune, que el sonido sigue igual de insolente y desfachatado que hace 25 años y que su lucidez musical y creativa ha llegado al punto desmedido, refirmando así que lo mejor de Cuca está por venir.