Qué mejor manera de arrancar la cobertura de conciertos este 2015 que con los pesados riffs de una banda originaria de los Ángeles que se ha caracterizado por el derroche de energía en sus shows en vivo en sus poco más de 10 años de carrera.
El Plaza Condesa fue el recinto en el que se congregaron los seguidores de As Blood Runs Black, banda que se presentó en la Ciudad de México el pasado 17 de enero quizá por última vez, pues los rumores de su separación se confirmaron después de que el Ground Zero Tour fuera anunciado como el tour de despedida de la banda y como apoyo a su tercer y más reciente álbum Ground Zero.
Si bien el recinto no logró lucir al tope de su capacidad y el concierto duró alrededor de una hora, el potente deathcore de la banda logró destrozar la quietud de los asistentes y compensar a quienes se dieron cita.
El show comenzó pasadas las 21:00 horas y tras los gritos eufóricos de algunas fanáticas, As Blood Runs Black inició su show con “City Limits”. – ¿México qué paso? We are As Blood Runs Black from los Ángeles, California, Are you having a good time with us or what? – fueron las primeras palabras que Bartholomew, vocalista de la agrupación, dirigió al público para continuar con un bloque de temas del álbum Instic: “Divided”, “Resist” e “In Honor”.
El headbanging entre los asistentes no se hizo esperar y mientras algunos se remolinaron para llegar al frente, algunos más abrieron espacio para hacer el famoso “mosh pit”. Así Bartholomew presentó el nuevo tema “All or Nothing” y tras bromear en su nada buen manejo del español con: – ¿Dónde están las panochas? – logró perturbar más a sus seguidoras para seguir con “My Fears Have Become Phobias” en donde lució su gutural y desgarradora voz.
La distorsión y armonía en las guitarras de Dan Sugarman y Greg Kirkpatrick retumbaron por todo el recinto ejecutando por momentos coordinadas coreografías. – This is an incredible brand new song – aseguró el vocal antes de interpretar “Vision” a la que le siguió “Survival Rites” en la que pidió se levantaran los puños al ritmo de “fight”.
A pesar de un pequeño inconveniente en la batería de Hector “Lech” De Santiago que detuvo por unos instantes el show, el concierto nunca bajó su ritmo dejando escasos segundos para tomar aire antes de continuar con los catastróficos temas.
Muy agradecido, Bartholomew no dejó de hacer contacto con los fans en un ir y venir por todo el escenario. “Angel City Gamble” e “Instinct” también formaron parte del repertorio en el que de manera fuerte y concordante sonó el bajo al mando de Nick Stewart.
– “We’ve got one more song, if you know it sing with me” – dio paso a dos temas que abren el álbum Allegiance: “Intro” y “In Dying Days”, en los que Bartholomew, ya sin playera, bajó para cantar con su público.
Tras un muy breve encore, la banda ofreció el último tema de la noche, “Hester Prynne”, con el que se provocó el wall of death para después despedirse de lo que fue un breve pero muy agitado show.