La banda originaria de Suecia se presentó por cuarta vez en Argentina, en el Teatro de Flores, dando un show súper aplastante cargado de mucho metal extremo y bellísimas melodías. La banda liderada por el guitarrista Michael Amott regresó al país en marco de la gira “War Eternal” que da nombre a su último disco de estudio.
Arch Enemy es sin dudas una de las bandas de death metal melódico más importantes a nivel mundial, lo vienen siendo desde hace más 15 años, cuando se dieron a conocer en todo el mundo. Una de las particulares más revolucionarias de esta banda siempre ha sido, que su vocalista es una mujer (desde 2001 al menos) que usa totalmente voces guturales. El año pasado hubo mucho revuelo entre sus fanáticos cuando su histórica vocalista, Angela Gossow, dejó la banda para dedicarse a ser la manager de la misma, y fuera reemplazada por Alissa White-Gluz, quien fuera vocalista de The Agonist.
La noche empezó muy temprano con la bandas soporte locales abriendo el escenario, la primer banda fue Castigo, un trío de metal bastante potente, la siguiente banda fue Betrayer, con la vocalista femenina Silvina Harris al frente, luego fue el turno de los cordobeses Desertor, (que declararon que tocar esa es lo mejor que les pasó), y finalmente se presentó Werken, desde Neuquén, otra banda que recorrió muchos kilómetros para estar presente, que desplegó lo mejor de su heavy metal clásico y melódico.
Aproximadamente para las 21 horas el telón en el Teatro se abre, pero es falsa alarma, la banda no empieza a tocar, solo se los ve a unos asistente terminando de probar algunas cosas. El escenario queda al descubierto, se ven varias banderas con el emblema de la banda, la pared de amplificadores y una pantalla gigante de fondo. Ya para las 21:30, se apagan todas las luces, de fondo suena la intro “Tempore Nihil Sanat (Prelude in F minor)”, mientras que en la pantalla aparecen algunas animaciones que acompañan la música, hasta que finalmente la banda se hace presente, el ya nombrado Michael Amott, junto al bajista Sharlee D’Angelo, el baterista Daniel Erlandsson y el guitarrista Jeff Loomis recientemente incluido en la banda, en reemplazo del anterior guitarrista Nick Cordle. Finalmente Alissa White-Gluz se hace presente en el escenario y con un grito desgarrador da comienzo a la noche de guerra con “Enemy Within”. La noche transcurre tras tema y tema con gran furia, pero las guitarras cargadas de melodías que maso menos contrarrestan la furia de la voz de Alissa y la base demoledora de D’Angelo y Erlandsson, así pasan “War Eternal”, “Stolen Life”, “Ravenous” y demás canciones potentes. En un momento Alissa se dirige al público y les pregunta, si quieren oír una canción nueva, y así comienza “Your will know my name”, canción de su último disco de estudio, dónde la pantalla acompaña con un “lyric video” sobre la canción.
El show sigue transcurriendo en su mayoría con canciones viejas, dónde Alissa demuestra su voz está a la altura de la banda, tanto así como su carisma sobre el escenario y por supuesto dejando una dosis de sensualidad (sin mencionar que su melena celeste se lleva todas las miradas). “Dead Bury Their Dead” y “We Will Rise” cierran la primer parte del show y viene el primer y único “encore” de la noche. Luego de unos instantes aparece en escena nuevamente Jeff Loomis y comienza con el arpegio de “Snow Bound” y al instante aparece Michael Amott, que comienza con su hermoso solo melódico que terminaría en una gran demostración de su virtuosismo como guitarrista.
Toda la banda se hace presente y tocan las últimas dos canciones de la noche; “Nemesis” y “Fields of Desolation”, dando final a una gran noche. Mientras suena “Enter the Machine” la banda se despide del público con entusiasmo, terminan con una foto de espaldas al público con una bandera de Argentina con el nombre del banda. Este show, esta gira en sí, no es una más para la banda, es la primera si su histórica vocalista, pero la reacción del público dejó en claro que la energía de la banda está más que intacta y que están para seguir tocando por muchos años más.
Todas las fotos cortesía de Flor Conde.