Aprovechando la oportunidad de que este fin de semana llega a Amazon Prime, la esperada serie Lord of the Rings: The Rings of Power, resulta oportuno conocer una de las historias más curiosas entre la literatura, el cine y el rock. En 1968, The Beatles intentaron hacer una adaptación a la gran pantalla de uno de las sagas literarias más célebres del siglo XX: Lord of the Rings. Peter Jackson el célebre cineasta responsable de la adaptación de la epopéyica saga fantástica, durante si último trabajo, la docu-serie The Beatles: Get Back que hizo a partir de imágenes de la banda grabando su último álbum, Let It Be descubrió que el famoso cuarteto de Liverpool quiso adaptar la famosa obra de Tolkien.
Antes desarrollemos el contexto necesario. Ambientada en la Tierra Media, Lord of the Rings pretendió ser la secuela del libro infantil de J.R.R Tolkien (1892-1973), publicado en 1936, The Hobbit, pero finalmente se convirtió en una obra mucho más grande y en uno de los libros más vendidos jamás escritos.
El título hace referencia al principal antagonista de la historia, El Señor Oscuro Sauron, quién en una época anterior a los hechos narrados en la novela, creó el Anillo Único para gobernar a los otros anillos de poder otorgados a los hombres, enanos y elfos, en su cruzada para conquistar toda la Tierra Media. La saga narra la gran aventura de 9 compañeros en una odisea para destruir el anillo único lleno de un poder diabólico. Su argumento es sumamente complejo y se narra desde la perspectiva de distintos protagonistas a través de diversos hilos narrativos. Es una obra coral en la que destacan unos pocos protagonistas, que hoy en día se han convertido en referentes de la cultura pop. Entre ellos destacan Frodo, Sam, Aragorn y Gandalf.
Lord of the Rings es la magnum opus del autor inglés John Ronald Reuel Tolkien, a menudo citado como J.R.R. Tolkien. Es una leyenda heróica y épica, su influencia esta marcada por la filología, la mitología, el cristianismo, obras de fantasía previas, y las propias experiencias del autor que tuvo durante la Primera Guerra Mundial. Desde su publicación en 1954, Lord of the Rings ha sido traducida por lo menos en 38 idiomas, publicada en tres entregas. The Fellowship of the Ring, The Two Towers y The Return of the King su impacto cultural se ha incrementado, ha sido perdurable y ha dado lugar a numerosas referencias en la cultura popular, se han erigido sociedad para los fans de la obra, la publicación de libros, el lenguaje élfico obra del mismo Tolkien, pinturas, películas, series de televisión como Game of Thrones y obviamente la música han contribuido a crear el mito sobre una de las obras literarias de todos los tiempos.
El cineasta neoyorkino Stanley Kubrick en algún momento de su carrera pensó que la obra de Tolkien era imposible de adaptar a la pantalla grande. Pero en la década de 1960, cuatro personajes íconos de la música rock pensaron lo contario.
El productor de cine Denis O´Dell, famoso por haber llevado al cine al cuarteto de Liverpool en tres ocasiones: A Hard Day’s Night (1964), Magical Mistery Tour (1967) y la última se remonta a la actualidad en 2021. O´Dell participó como productor supervisor de la serie documental The Beatles: Get Back. O´Dell fue el responsable de enviar a la banda copias de los libros de Lord of the Rings cuando visitaron Rishikesh y se quedaron en India unos tres meses, a principios de 1968.
Los tres libros fueron enviados al cuarteto y se les ocurrió que sería una buena idea protagonizar una película basada en la saga épica y querían que Stanley Kubrick fuera el director encargado de dicha adaptación. Otro aspecto que buscaron The Beatles fue que los derechos de autor para adaptar las novelas estuvieran disponibles, y quizá la más difícil de todas era que Tolkien diera su beneplácito, así como el interés del mismo Kubrick por adaptar la obra.
Sobre si se solicitaron los derechos para poder desarrollar la película no hay constancia oficial en ninguna parte. Lo que, si es seguro es que The Beatles tenían la intención de hacer un musical, incluso los papeles fueron asignados: Paul McCartney iba interpretar a Frodo, Ringo Starr iba ser a su fiel amigo Sam Gamgee. George Harrison interpretaría al mago Gandalf y John Lennon interpretaría a Gollum. El estudio dio su aprobación y todo parecía marchar bien. El interés por Kubrick era el director del momento, su trabajo en Spartacus (1960), Dr. Strangelove (1964) y 2001: A Space Oddissey (1968), era el hombre adecuado para realizar esta obra de niveles homéricos.
No obstante, Tolkien se enteró de los planes de The Beatles de la misma manera en que lo hizo el público en general y no le hizo mucha gracia. Su secretaria Joy Hill , según se recoge en The J.R.R. Tolkien Companion & Guide, escribió en un encendido memorándum a su editor, Rayner Unwin, con la opinión de Tolkien sobre el proyecto que tenían en mente el famoso cuarteto de Liverpool:
“El profesor Tolkien está cada vez más furioso por esto (en referencia a la noticia) …porque parece que The Beatles están anunciando planes en relación con la película…Está lívido de que The Beatles hayan hecho esto y los detesta de todos modos. Particularmente, parece tener algo en contra de John Lennon”.
Semanas después, Unwin le respondió a Tolkien, expresando sus propias dudas sobre la noticia, ya que parece que tampoco había escuchado nada oficial al respecto. Dudaba seriamente de que The Beatles estuvieran realmente haciendo planes para llevar al cine una adaptación musical de Lord of the Rings:
“Sea como sea, creo que es una de las cosas aburridas a las que todos, sin duda, estaremos sujetos como precio del contrato de la película una vez que se haga. Esto es parte del espectáculo. Estoy perfectamente seguro de que a los dos nos desagradará intensamente cada manifestación de lo que se le haga a Lord of the Rings”.
En cuanto a Kubrick, la mano derecha del cineasta, Leon Vitali, confirmó lo que siempre habían sido rumores:
“Es cierto. Vinieron a la oficina de Stanley Kubrick para hablar de ello. Pero la idea no llegó muy, muy lejos en absoluto. Fue solo un intercambio de información. Ellos estaban interesados en hacerlo, pero Kubrick no lo estaba. Digámoslo de esa manera. La persona detrás de eso fue Lennon. Estaba obsesionado con esa historia, y estaba obsesionado con 2001: Odisea en el espacio. Dijo que veía 2001… una vez a la semana. Estaba tan fascinado con eso… Puedo ver por qué habría conectado los puntos. Estoy seguro de que hay muchas, muchas formas de abordar un tema como Lord of the Rings. Lennon podría haberlo considerado como una especie de proyecto futurista. O pensó que se habría necesitado la gran escala de 2001 para hacer una película sobre The Hobbit y ese tipo de género”.
Además, a Kubrick el proyectó le pareció muy difícil y llegó a decir que la novela era inadaptable y terminó por rechazar el proyecto.
Peter Jackson quien sacó a la luz esta increíble anécdota cuando presentó su propia adaptación de la saga en 2002. El mismo director relató que tuvo un encuentro con Paul McCartney, quien le confirmó la veracidad de la historia:
“McCartney fue muy amable. Me dijo ‘estuvo bien que no hiciéramos nuestra adaptación porque entonces no habrías hecho tú la tuya, y ha sido genial poder ver la tuya’. Le dije: ‘lo que me apena son las canciones; habrías creado unas melodías fantásticas para esto: al fin y al cabo, eran The Beatles. Es una pena que nos lo hayamos perdido’”.
Como ya se mencionó, la adaptación al cine de Lord of the Rings se produjo a principios de los años 2000 de la mano de Peter Jackson. El cineasta rodó las tres películas de su trilogía, simultáneamente en su natal Nueva Zelanda. La trilogía se convirtió en una de las series de películas más exitosas de todos los tiempos, con una recaudación de casi 3,000 millones de dólares en la taquilla a nivel mundial y acreedora de 17 premios de la academia.
Pero, ¿se imaginan cómo se hubiera combinado la característica psicodelia de The Beatles de esa época con la épica de la Tierra Media?