BLACK SABBATH – HEAVEN AND HELL

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Heaven and Hell, Black Sabbath álbum | Foto: archivo

Para EL CLUB DEL ROCK: Mr. Yagami

Es increíble que hayan pasado ya 5 años desde el fallecimiento de ese semidiós de nombre Ronnie James Dio a causa del cáncer de estómago. Más increíble aún es que ya hayan pasado otros 35 años desde que ese mismo semidiós reverdeció los laureles ya quemados de aquel cansado Black Sabbath.

Los problemas internos y el consumo de drogas habían mermando la creatividad de la banda y eso se notó en sus dos últimas producciones: “Technical Ectstasy” y “Never Say Die”. Y a eso todavía había que agregarle la apatía de Ozzy Osbourne para cantar o componer música. No por nada en un periodo de 2 años entró y salió de la banda 2 veces, fue sustituido temporalmente por Dave Walker y definitivamente por Dio. Sus compañeros en Sabbath habían ya notado el comportamiento errático del cantante y en las presentaciones en vivo era relegado a una de las esquinas del escenario, dejando en el centro a Tony Iommi. Era obvio que necesitaban un cambio y por eso en las sesiones de lo que sería el álbum “Heaven & HellOsbourne fue invitado a cerrar la puerta por fuera. Contando con problemas familiares también Geezer Butler entregó su dimisión. De aquel inquebrantable monolito llamado Black Sabbath solamente quedaba Tony Iommi y Bill Ward. Acostumbrado a lidiar con las adversidades, Iommi fue en busca de nuevos elementos para reformar la banda, primero entregando las labores de bajista a Craig Gruber el cual duró, en palabras de Dio, “10 minutos” así que dichas labores fueron entregadas mejor al teclista de la banda Geoff Nicholls.

Antes de elegir a Dio tenían como prospectos a gente como David Coverdale y Robert Plant los cuales nunca llegaron a audicionar ya que, increíblemente, Sharon Osbourne [que en ese tiempo aun manejaba a la banda junto a su padre] sugirió que probaran a Ronnie James Dio que acababa de dejar Rainbow y andaba en busca de banda. Al invitarlo al estudio [donde solo se encontraba Iommi y Ward] procedieron a mostrarle una melodía y preguntarle si se le ocurría alguna lírica que complementara a la música, a lo cual Dio pidió unos minutos antes de que comenzara a recitar  las majestuosas palabras que conformarían “Children of the Sea”. Y con esta increíble muestra de talento e improvisación su lugar en la banda quedó sellado.Comparado con el nulo progreso que la banda tenía en el estudio con Osbourne, las sesiones con Dio progresaban sin esfuerzo alguno. Canción tras canción seguían cayendo y Tony Iommi no dudó en llamar de nuevo a Geezer Butler para presumirle sus nuevas obras y tratar de convencerlo para que regresara. Butler cayó redondo y se unió a las sesiones que estaban grabándose en Miami, demasiado tarde ya que estaban a punto de terminar el disco. A alguien se le ocurrió que hacía falta una canción rápida y así nació “Neon Knights”, la única contribución de Butler en el disco y todo un clásico en la carrera de Black Sabbath.

Cuando el álbum fue lanzado fue todo un éxito, alcanzando ventas como en los mejores tiempos con Osbourne y lo mejor de todo, contaban con una nueva horda de fans. En aquel 1980 fue cuando explotó la llamada “New Wave of British Heavy Metal” y bandas como Sabbath y Judas Priest fueron acogidas con entusiasmo por las nuevas generaciones de jóvenes que escuchaban a Diamond Head, Iron Maiden y Angel Witch.

¿Y las canciones? Bueno, si tanto revuelo causó este disco es precisamente por la perfección del álbum. No hay ningún tema débil o de relleno. Desde las ya mencionadas “Neon Knights” y “Children of the Sea”, pasando por el exquisito bajo de Nicholls en “Lady Evil” y sobre todo en la canción que le da título al álbum. El riff, las letras, el bajo, el frenético ritmo final. Todo en esa canción es perfecto. Es un embrujo del que ya no se puede liberar cualquier fan de Sabbath y del metal en general.

Lo que destaca también es la versatilidad de Iommi al componer riffs. Tanto puede destruir oídos e infundir miedo en canciones como “Black Sabbath”, también puede componer ritmos “upbeat” a su estilo. Para muestra ahí están “Wishing Well” [que si hubiera sido lanzada como single, hubiera llegado a buen puesto en las listas] y “Walk Away” [con la bella lírica de Dio dedicada a su esposa y manager Wendy].

“Die Young” es otro clásico con un estupendo uso de los teclados de Nicholls y para finalizar ahí está “Lonely is the Word”, el clásico perdido de este disco. Me sorprende que nunca se mencione dentro de las grandes obras maestras de la banda, lo tiene todo. El solo de Iommi es simplemente sublime, el bajo de Nicholls es sencillo pero destructor a la vez, Dio canta una increíble oda a la soledad mientras Ward mantiene un ritmo impecable. Esa canción merece justicia como clásico.

Durante toda su carrera Ronnie siempre se mostró orgulloso del álbum, sobre todo de la canción que se llama igual. Dijo que era su filosofía personal, que en sí el cielo y el infierno como lo pinta la gente de fe, no existe. El cielo y el infierno están aquí en la tierra, conviviendo en tu día a día y es decisión tuya elegir uno u otro ya que todos tenemos la capacidad de reconocer si estamos haciendo el bien o el mal.

No se ustedes, pero eso tiene muchísimo más sentido que cualquiera de los evangelios de la biblia donde solo te incitan a tener miedo de una fuerza invisible y castigadora. Poniéndolo de esa manera, posiblemente Ronnie James Dio era el mesías que todos estaban esperando y que orgullo haberlo conocido por medio de su música.

  1. “Neon Knights”    3:53
  2. “Children of the Sea”    5:34
  3. “Lady Evil”                 4:26
  4. “Heaven and Hell”    6:59
  5. “Wishing Well”    4:07
  6. “Die Young”                  4:45
  7. “Walk Away”               4:25
  8. “Lonely Is the Word”    5:51
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