Noche de emociones con Gustavo Cordera en el Luna Park

Cordera Luna05 Mas Alta


Noche nublada y tormentosa fuera del estadio Luna Park el pasado 21 de noviembre, porque dentro se vivió una lluvia de emociones, una  lluvia de ovaciones. Gustavo Cordera presentaba su CD + DVD, “Cordera Vivo”, grabado en la Trastienda de Buenos Aires, en el mes de Junio pasado.

Todo comenzó poco después de las 21hs y desde el minuto cero, miles de seguidores fieles arroparon al ex Bersuit, que estuvo más de una vez contra las cuerdas, golpeado por la tremenda muestra de cariño de un público que se dejaba la garganta en cada uno de los temas. Comenzó con “Me la juego a morir” y le siguieron “Tenete Fe”, “Canción para mi cabeza”, “La bomba loca” y “Agua de río”. Llegó el momento de “Rememos”, donde presentó a Stella Céspedes, y juntos potenciaron la energía en un dueto que no tuvo desperdicio. Luego subió al escenario Yanela (la hija de Gustavo), a cantar “No hay monstruos invencibles”.

Cordera abandona el escenario y vuelve a salir con el pijama que tantas veces había usado con Bersuit. Acompañado con una guitarra acústica, mientras se sentaba, unas hermosas y sentidas palabras salieron de su boca: “El pijama, para mí, es un símbolo muy importante, y lo llevo en mi corazón…y como entonces, voy a hacer estas canciones que alguna vez escribí, para que las cantemos todos juntos”. Y desde ahí, una catarata de sensaciones inundaría el escenario, porque haría un repaso de éxitos de Bersuit, que arrancaría con “El tiempo no para”, seguida de “La calavera”, coreada por todos. Preguntó si querían seguir cantando y se vino “Que pasó” y casi sin respiro cayó una excelente versión de “Sencillamente”. En esta noche tan especial no podían faltar los invitados: estuvo su hermano el Bocha para hacer “El baile de la Gambeta”, también subiría Kevin Johansen y una excelente versión de “Hablándote” y el mismísimo Palito Ortega para hacer “No es que sea viejo”. No paraban de caer los hits y llegaría el turno de “Mi caramelito” y de “La Soledad”, con miles de manos levantadas.

Se terminaba una noche única, una noche de renacimiento y de sensaciones, en la que ya sonaba “Soy mi soberano”, que apuntaba a ser el tema de despedida. Pero Gustavo, ovacionado, tuvo que volver al escenario y se despidió con  “Un Pacto”, emocionando a todos los presentes y dejando claro que la magia está intacta y que volvió para quedarse. Mientras me alejaba del estadio, me fui pensando en la felicidad que  vi en el rostro de Cordera por aquella noche irrepetible,  por los asistentes que lo acompañaron con el alma durante todo el show, por aquel  público que quedó satisfecho de ver a su ídolo sonreír de nuevo a la vida y festejar un nuevo nacimiento…     Juan Cufre

                                                                                                              

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