Hell And Heaven 2018 Vol. II: El segundo adiós a Ozzy

Ozzy Osbourne. Foto cortesía de OCESA

Ozzy Osbourne. Foto cortesía de OCESA

Nota: Antes de que comiences a leer nuestra reseña y rememorar uno de los fines de semana más intensos en lo que va del año, debemos aclararte que este relato dividido en dos partes será contado por distintas voces, diferentes puntos de vista de miembros del staff de El Club del Rock México que nos dimos a la titánica tarea de registrar cada momento del festival mexicano de Metal, si se nos pasó algo, eres libre de compartirlo con nosotros. ¡Gracias!

En esta ocasión, tuvimos la oportunidad de trabajar con Juan, colaborador externo y todo un conocedor del género, a quien le estamos muy agradecidos por su gran aporte a nuestra labor periodística, y sí, este trabajo es de pisa y corre…

Súpeg Malou

Ya habían pasado 12 horas desde que la primera parte del Hell and Heaven había terminado en un torbellino de emociones en medio de una tormenta que colapsó a gran parte de la Ciudad de México y, contra todo pronóstico, el festival continuó a pesar de las adversidades climatológicas.

Algunos apenas si pudimos descansar unas horas antes de regresar al Autódromo Hermanos Rodríguez, que en esta ocasión, desde las primeras horas de la tarde, la marea de playeras negras ya inundaba los accesos al lugar, a pesar de las largas filas, el acceso era fluido, mientras la gente no paraba de llegar. Era obvio que la mayoría de los godínez no labora en sábado.

En punto de las 13:00 horas, las hostilidades volvieron a los amplificadores en el True Metal Stage de la mano de Tulkas, poderosísima banda de Thrash originarios de Querétaro, que si no se han dado la oportunidad de escuchar o ver en vivo, están ignorando a una de las bandas de gran calidad en la escena mexicana. Casi al mismo tiempo, Zoviet desataba la furia en el Alternative Stage, grupo relativamente joven pero con mucho por demostrar.

Ya había transcurrido media hora desde el arranque oficial del segundo día y la adrenalina no paraba. El Hell Stage oficialmente abría con Tanus, quienes por segundo año se presentan en el festival mexicano de Metal. A lo lejos, los Lack of Remorse repartían su Baconmetal mientras intentan dominar al mundo, como en cada una de sus presentaciones, mientras los De Nalgas desataban los mosh pits en el segundo acto del Alternative Stage.

Juan

Después de la agotadora y sorprendente jornada del día anterior en el Hell and Heaven mi intención era llegar lo más temprano posible al festival, como pasa en este tipo de eventos con tantas bandas y en escenarios distintos era difícil hacer una elección.

Opté por ver un poco de todo, aplicar la de pisa y corre. Tras acreditarme en el área de Prensa y afinar detalles con Whatafack, me dirigí rápidamente al Heaven Stage, justo al momento en el que S7N ya estaba sobre el escenario.

S7N.
Foto: Raquel Coss

No había tenido la oportunidad de asistir a alguno de sus shows, por lo que debo confesar que su presentación me dejó muy sorprendido. Un Metal bastante agresivo y bien ejecutado, mucha actitud y un excelente recibimiento por parte del público, muchos integrantes de la Seven Army. Definitivamente hay que ponerle mucha atención a esta banda de la Ciudad de México.

Una vez que concluyó su presentación opté por moverme unos pasos a la izquierda, donde tocaba el turno de los holandeses The Charm The Fury, en el Hell Stage. Con un buen manejo en el escenario y un potente sonido, nada mal para ser su primera vez en tierras mexicanas. 

The Charm The Fury.
Foto: Raquel Coss

Tuve que dejar su show a la mitad por cuestiones de logística. Strike Master, otra banda de casa y al más puro estilo de la Old School del Thrash Metal, estaba por salir en el True Metal Stage y, con un audio impecable y dando lo mejor de sí, alcancé las tres últimas canciones, junto con un público entregado y headbangueando así como el slam en algunas zonas del lugar. Su cierre fue al ritmo de Up for the Massacre, demostrando así que no le piden nada a las bandas extranjeras. 

Llegó el momento de correr nuevamente hacia el Heaven Stage, donde Donita Sparks y su L7 hacían su debut en nuestro país y de qué forma, regresando en el tiempo a varios de los asistentes y tocando un total de 12 temas, entre los cuales destacaron Shitlist, One More Thing, Andres y Pretend We’re Dead; demostrando que en los 90, las mujeres ya rockeaban…

L7.
Foto: Raquel Coss

Súpeg Malou

Tras la auténtica devastación que resultó ser Strike Master, los decibeles no bajaron gracias a Gore N Carnage, poblanos que con su Grind Core castigaron más las ya sensibles costillas de los presentes. Al otro lado del festival, Disidente y Los Viejos continuaban con el bloque mexicano en el Alternative Stage. 

Disidente.
Foto: Raquel Coss

A pesar de que el festival ya tenía rato de haber arrancado, la gente no paraba de abarrotar los accesos del Autódromo, no había ni un solo lugar que careciera de movimiento en las entrañas del Hell and Heaven. Entre los War Boys, y las botargas de los tres personajes del festival, así como una que otra rareza, recordé mi misión secundaria, encontrar a Lady Dusha, modelo de cierta marca de ropa que su servibar suele buscar en los festivales, pero sin éxito alguno, esperaba que esta fuera la buena.

El Metal y la distorsión continuaban, las guapas de Nervosa tiraban el True Metal Stage a guitarrazos, escenario que tal vez les quedó pequeño para la calidad y potencia que poseen las brasileñas, pero qué importa, si aún así demostraron porqué son un referente en la escena latinoamericana.

Nervosa.
Foto: Raquel Coss

Fue en ese momento, que el tenue pero inminente sol decidió esconderse detrás de una tímida nube que ya había cubierto todo el oriente de la capital mexicana.

Una vez más, pero suavemente, la lluvia comenzó a caer sobre los metaleros mexicanos. Muchos no dudaron en ataviarse con sus impermeables, otros subieron las capuchas de sus sudaras y a algunos no les importó tanto, total; un poco más de agua no haría daño.

La mayoría de los asistentes iban preparados para otro inminente diluvio, afortunadamente sólo se trató de una lluvia espanta pendejos de 15 minutos…

Juan

Después de quedar extasiado con L7, me dirigí nuevamente al Hell Stage en donde hacia su aparición Saxon, para mi gusto una de las mejores presentaciones del festival. Con un set basado en su más reciente álbum, Thunderbolt; los pilares de NWOBHM (New Wave of British Heavy Metal, por si no sabían), nos demostraron porqué son una leyenda viviente.

Saxon.
Foto: Raquel Coss

Con un dominio del escenario y en donde no podían faltar el clásico Princess of the Night, un Biff Byford visiblemente emocionado con la respuesta de miles de seguidores dejó claro que hay Saxon para rato. Esto se ponía cada vez mejor y no iba ni la mitad de la jornada, decidí ir a refrescarme un poco al área asignada y descansar unos minutos.

Saxon.
Foto: Raquel Coss

Ya con nuevas energías, me dirigí al Alternative Stage, donde la banda inglesa de Skindred hizo su debut en México, cobijados por una buena cantidad de fans y, si he de ser sincero, resultó ser una de las revelaciones de este festival.

Con una mezcla de Metal, Dubstep y Reggae; lo que pude apreciar de su presentación bastó para ver la calidad con la que cuentan, así como una gran fanaticada, por lo que es muy posible que regresen pronto.

El tiempo no perdonaba y me dirigí al True Metal Stage, donde Tankard, uno de los integrantes del “Big Four teutón”, ya estaba sobre el escenario interpretando One Foot in the Grave. Algo digno de mencionar es el audio que estaba en su punto, así como el público disfrutando del cuarteto en todo momento. 

Tankard.
Foto: Raquel Coss

The Morning After, Zombie Attack, Rapid Fire, R.I.B., Chemical Invasion, A Girl Called Cerveza y cerrando con (Empty) Tankard; dejaron a todos más que exhaustos, definitivamente una de las mejores presentaciones del festival…

Súpeg Malou

La temperatura comenzaba a descender poco a poco, el sol no volvió a aparecerse y la nubecilla gris seguía allí, tal vez Tlaloc también se encontraba cansado después del primer día de actividades.

El hueco en los horarios del Heaven Stage, en cuyo lugar solo aparecía un signo de interrogación y que tenía a más de uno con el pendiente de quién se presentaría, fue llenado por los Deadly Apples.

Los canadienses no la tuvieron nada fácil, estaban programados a las 13:00 horas en lo que sería un setlist más corto y tal vez, solo tal vez por eso tuvieron que improvisar y aumentarle un par de canciones para cubrir el horario de las 16:50. Para agregarle más dificultad, durante las dos primeras canciones no podíamos escuchar la voz de Alex Martel.

No obstante de eso, Martel tuvo que lidiar con un público enojado por las fallas de audio y la extrañeza de verlos en el bomberazo gracias a la cancelación de Killswitch Engage. Aunque Martel y compañía fueron acabando con esa apatía de los asistentes y canción a canción se ganaron los aplausos de los presentes.

Para cerrar con broche de oro, Martel terminó hasta en medio de la zona general, después de un corto crowd surfing en el que se dejó llevar por la pasión y locura del momento y corrió y corrió hasta perderse entre muchas playeras negras donde ni los de seguridad lo pudieron alcanzar, a la fecha esperemos que esté bien.

Había llegado uno de los momentos claves del festival. El área frente al Hell Stage estaba abarrotada, tanto que no se vislumbraba la reja que dividía a la zona general de la preferente.

Había mucho nerviosismo en el aire, muchos destilaban emoción por lo que podrían atestiguar en la segunda visita de Gojira a México. Otros estábamos concentrados y con la mirada fija al entarimado, con el logo de la banda francesa al fondo.

El hielo seco comenzó a inundar la tarima, mientras el intro ambiental auguraba la entrada de la banda. Al mismo tiempo, muchos comenzaron a corear al grupo, algunos con una mala pronunciación; Mario Duplantier invadió el escenario directo hacia su Batería.

Comenzó a golpearla con las baquetas como si no hubiese un mañana, Christian Andreu, Jean-Michel Labadie y Joe Duplantier entraron en conjunto y, con la misma rabia, interpretaron el inicio de Only Pain. Gojira acababa de saltar al Hell Stage y ya la estaba rompiendo.

Gojira.
Foto: Raquel Coss

El vendaval francés continuó sin tregua alguna con The Heaviest Matter of the Universe, seguido de Silvera, de su más reciente y aclamado álbum Magma. Los múltiples Slams que adornaron toda la zona frente al Hell Stage giraron con más intensidad cuando Stranded, uno de los tracks más esperados, emanó de las cuerdas de las guitarras de Joe y Christian. Era la locura total.

Un vaivén de energía lleno de intensidad comenzó a manifestarse entre el público y el grupo, intensificado por las columnas de humo y fuego que exhalaba el borde del escenario en explosiones de riffs y baquetazos secos.

El toque extra, las ballenas inflables que aparecieron surfeando sobre el público; una de ellas directo desde Los Cabos por Rafael Uribe Guerrero, nuestro héroe sin capa. Al mismo tiempo, los hermanos Duplantier, Christian y Jean-Michel estaban anonadados con la respuesta de los mexicanos.

Flying Whales, The Cell, Backbone y el clásico L’Enfant Sauvage continuaron con lo que se convirtió en una auténtica ceremonia, en la que muchos cayeron en las garras del reptil japonés y otros no dábamos crédito al ver cómo el conjunto superaba nuestras expectativas.

La cátedra no se limitó a la música, en medio de la presentación, ademas de agradecer el apoyo, Joe hizo una leve aclaración en cuanto al nombre de la banda. Obviamente se dio cuenta de que muchos lo pronunciaban mal y, según él; por eso el logo de la banda estaba al fondo y hacerles saber a todos que se pronuncia “Goyira” no “Gogira” -querido lector, usted perdonará pero fue la mejor manera de explicarlo-, ya hecha la anotación cultural, Duplantier prosiguió con el recital de riffs y distorsión.

Gojira.
Foto: Raquel Coss

El trance hipnótico llegó con The Shooting Star, momento en el que muchos bajaron la intensidad para dejarse llevar hacia el espacio, en un baile en el que el headbanging adornó toda la pista frente al Hell Stage. La relativa calma duró poco, Gojira había preparado un setlist lleno de emociones y el estrepitoso cierre, duro y a la cabeza se dio con Vacuity, resaltando el sello Death Metalero con el que los franceses se dieron a conocer.

Los Duplantier y compañía nos habían dado un show de una hora que francamente se quedó corto. Una hora en la que los franceses demostraron que son un grupo que se encuentra en la cúspide de su creatividad y que lo mejor está por venir. Al mismo tiempo, pudieron darse cuenta de que por lo menos en tierras mexicanas, ya son una de las bandas consagradas en la actualidad.

En medio de aplausos y gritos  los franceses se perdieron, al mismo tiempo que todos corrían a otros escenarios, por ahí se escuchaba a alguien entre la multitud decir que “Después de Gojira, ya todo me sonará bien equis”, no lo sabemos a ciencia cierta, pero lo que sí podíamos afirmar es que éste fue sin duda uno de los mejores cinco actos del Hell and Heaven…

Juan

Y ahí voy de nuevo, tratando de encontrar un buen lugar lo más cerca del Heaven Stage en donde Marylin Manson abría su show con Irresponsible Hate Anthem y Revelation #12, con serios problemas en el audio y con un Manson  un poco apático.

Marilyn Manson.
Foto: Raquel Coss

Tras apreciar una  de las menos afortunadas presentaciones de El Reverendo, pero que de una u otra forma siempre logra complacer a sus fans from hell; opté por cubrir el True Metal Stage donde otro debut en tierras mexicanas se desarrollaba, nada más y nada menos que los legendarios Gwar. 

Cabe aclarar que ellos ya se habían presentado en el mítico Iguana’s Bar, en Tijuana a finales de los 80’s. War on Gwar fue la elegida para arrancar junto con una botarga con la imagen del Papa, la cual es decapitada y de la que emanaban chorros y chorros de sangre -algo que fue muy recurrente durante todo el show-.

Siguiendo con Hail, Genocide!, I’ll be Your Monster, Saddam a Go-Go y El Presidente, en donde salió una botarga de Donald Trump, la cual fue destripada y otra vez el baño de sangre hacia el público -pobre Whatafack-, propició la ovación. En general, Gwar vino a conquistar a su manera y lo lograron. 

Gwar.
Foto: Raquel Coss

Tras ver un descomunal primer show de la banda de Shock Rock con décadas de respaldo, era hora de ir de regreso al Hell Stage, donde uno de los consentidos de los metaleros mexicanos, Dave Mustaine y su Megadeth que por enésima vez hacia acto de presencia en nuestro país.

Con un setlist nada nuevo y un audio que no fue el mejor aliado del grupo, pero con una actuación a la altura del festival, el show inició con su clásico Hangar 18 y prosiguió con The Threat is Real, Wake Up Dead, In My Darkest Hour, She-Wolf, Sweating Bullets, Take No Prisioners y Tornado of Souls, entre otras.

Mientras el viento continuaba con los estragos en el audio, los miembros más recientes del grupo de Thrash, Kiko Loureiro y Dirk Verbeuren se veían más que adaptados y concentrados en su ejecución. No pudo faltar Symphony of Destruction con el ya tradicional cántico “Aguante Megadeth”, como dice un amigo, es más fácil que Dave cambie de músicos a que cambie de setlist; pero aun así todos quedamos satisfechos…

Megadeth.
Foto: Raquel Coss

Súpeg Malou

Mientras los Hawthorne Heights dejaban sordos a todos los presentes en el Alternative Stage, el descenso dramático de temperatura prosiguió así como la caída de la noche. Al mismo tiempo, uno de los actos principales del día se desarrollaba en las entrañas del True Metal Stage, de la mano de Juan Brujo y compañía.

Una vez más, Brujeria, la banda chicana más famosa del Death Metal pisó tierras mexicanas y, con sus caras cubiertas y armados con machetes, como es su costumbre, hicieron un verdadero desastre con clásicos como Brujerizmo y El Desmadre. Para no olvidar que los presuntos narcosatánicos odian todo tipo de autoridad, interpretaron ¡Viva Presidente Trump! y Anti-Castro.

La misa negra prosiguió con Ángel de la Frontera, No Aceptan Imitaciones, Consejos Narcos, el himno Matando Güeros y cerrando con Marcha de Odio. Un setlist corto pero efectivo por parte de otro de los grupos consentidos de la fanaticada metalera mexicana, que como siempre cumplieron.

Por allá a lo lejos, en los límites del terreno del festival, los Hollywood Undead devastaban el Alternative Stage con su Nu Metal y Rap Rock, tarea nada fácil, ya que a esa hora muchos se habían lanzado a las presentaciones de Gwar y Megadeth, pero, como todos unos profesionales, salieron a dar lo mejor de sí y se mostraron ante uno de los públicos más exigentes en el mundo.

Era momento de correr al otro lado, desde donde los guitarrazos técnicamente retumbaban en todo el festival gracias al excelente trabajo del ingeniero de audio del True Metal Stage, y por eso Overkill desgarraba tímpanos a todos los presentes.

Overkill.
Foto: Raquel Coss

Con una presentación que apestó a la década de los 80, a la época dorada del Thrash, Bobby Blitz y compañía dieron una verdadera cátedra a un público que por momentos disminuía por correr a Judas Priest, pero ante las pesadísimas guitarras de Dave Linsk y Derek Tailer, así como el Bajo de D.D. Verni y los baquetazos secos de Jason Bittner -nuevo Batería del grupo-, arribaban corriendo fans de todos lados del festival.

Mientras, éramos custodiados por el helicóptero de la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México que, como si fuera una producción hollywoodense, volaba tan bajo que podría escuchar las mentadas de madre del respetable. 

Mean, Green Killing Machine; Rotten to the Core; Electric Rattlesnake; Hello From the Gutter; In Union We Stand; Goddam Trouble; Wrecking Crew; Ironbound; y Elimination fueron los tracks seleccionados para engalanar con moshpits aquél rincón del Hell and Heaven. 

Para cerrar, los originarios de New Jersey no podían irse sin rendirle tributo a Dios Lemmy con Overkill, para así despedirse de todos con Fuck You de The Subhumans. 

Overkill.
Foto: Raquel Coss

Gran presentación, que sin duda tuvo con qué competirle a los headliners que ya estaba presentándose en los escenarios principales, pero antes de ir para allá, había que hacer una escala en el Alternative Stage, para saldar la deuda pendiente con otro de los debutantes ante público mexicano, el grupo de Metal del irreverente Jack Black

Juan

Salgo corriendo al Alternative Stage para ver a Tenacious D. Tras postergar su visita a la capital mexicana en octubre pasado debido a los estragos del temblor del 19 de septiembre, Jack Black y Kyle Gass por fin cumplían su promesa ante un público muy emocionado. 

Tenacious D.
Foto: Raquel Coss

Interpretando una selección de toda su discografía; Kickapoo, The Metal y Dio fueron parte del buffet. Lo que más sorprendió fue la reacción eufórica de la gente que sacrificaba a Judas Priest para presenciar el acto del dueto de gorditos, cantando a todo pulmón y alcanzado el clímax en Beelzeboss ( The Final Show). No puedo decir quién impresionó a quién, si Jack al público o viceversa.

Tenacious D.
Foto: Raquel Coss

Llegaba el momento de Epica quienes ya son una tradición en el Hell and Heaven, con una muy gran base de seguidores y un excelente audio y, pese a que sólo pude presenciar Edge of the Blade, Sensorium y Fight Your Demons; el quinteto demostró su virtuosismo y excelente calidad vocal de la bella Simone Simons, quien agradecía a cada momento el cariño y apoyo del público.

Algo que llamó la atención fue la ausencia de Rob Van Der Loo en el bajo, lo cual no impidió que Epica hiciera lo suyo y demostrara su profesionalismo. Pero ya era hora de degustar los platillos principales de este año.

Epica.
Foto: Raquel Coss

En el Heaven Stage, los Dioses del Metal, mejor conocidos como Judas Priest, ya estaban en posición y conforme me acercaba al escenario, el sonido era brutal. 

A Judas Priest he tenido la fortuna de verles cinco veces, dos de ellas con su alineación más clásica y esta vez con una ausencia muy sensible Glenn Tipton, que padece de Parkinson, su lugar fue cubierto por Andy Sneap.

Me fui acercando lo más que pude, para este momento ya estaba muy saturado de gente. Llegué en medio de Freewheel Burning, como en sus mejores años.

Su setlist estuvo basado en sus álbumes más clásicos, despachando canciones como Saints in Hell, Tyrant, Breaking the Law, Hell Bent for Leather, Painkiller, Electric Eye, Metal Gods, You’ve Got Another Thing Comin’ y cerrando con Living After Midnight.

Una presentación más que exitosa y dejando claro que Judas Priest seguirá sobreviviendo sin Glenn ni K.K. en sus filas.

Venía el plato fuerte de la noche, la despedida de Ozzy Osbourne, como parte de su No More Tours 2 y broche de oro para esta edición del Corona Hell and Heaven, que ante cifras oficiales, contó con la asistencia de al menos 160 mil personas.

Mientras todo era un remolino de gente con tal de tener el mejor lugar posible para vivir la última presentación de El Príncipe de la Oscuridad en tierras mexicanas, de pronto las luces y el sonido se fueron para escuchar una carcajada desde el fondo del Hell Stage. “I can’t hear you!” dijo Ozzy y tras tomar el escenario, oficialmente dio el banderazo para desatar la locura.

Osbourne arrancó con Bark at the Moon, seguida por el clásico Mr. Crowley; con un Adam Wakeman en los teclados de manera majestuosa y dándole cabida dentro del escenario, ya que por lo general, Ozzy mantiene a su tecladista en turno oculto.

La despedida continuó con I Don’t Know, con un Zakk Wylde recetando sus mejores riffs. Y vino la primera sorpresa de la noche con Faires Wear Boots de Black Sabbath, interpretada casi a la perfección.

La polémica Suicide Solution no podía faltar, así como una de mis favoritas, Road to Nowhere seguida de otro tema de Sabbath, War Pigs.

Tras una pequeña pausa para que Ozzy recuperara el aliento, apareció Zakk con una especie de Midley Solo en el que incluyó Miracle Man, Crazy Babies, Desire y Perry Mason. Rematando con un solo en la Batería a cargo de Tommy Clufetos matando así mis ilusiones de escuchar alguna de estas joyas en vivo.

Inmediatamente, otra de las canciones de su célebre, No More Tears, I Don’t Want to Change the World, mientras Zakk nuevamente resaltaba en la guitarra. El final estaba cerca cuando comenzó a sonar Shot in the Dark, seguido de Crazy Train, momento en el que parecía que la gente volvía a la vida en un último suspiro.

Venía el encore con su ya esperada balada, Mama, I’m Coming Home, en la que algunas parejas aprovecharon para sellar el momento con un beso, mientras otros solo mantenían la luz de su celular prendida o grababan mientras cantaban a todo pulmón con un Ozzy que no paraba de agitar sus brazos hacia el público.

Vino el momento de dar el verdadero adiós a uno de los personajes más polémicos en la historia del Metal y de la música, y no pudo haberse despedido con otra canción. “Ok we will play one more song!”, gritó el Príncipe, mientras la guitarra de Paranoid ponía a todos a brincar.

De manera un poco fría, terminó el tan esperado Corona Hell and Heaven 2018. Aquí hago un paréntesis al tener varios sentimientos encontrados, era la última vez que vería a uno de los  artistas que marcó mi adolescencia y con la referencia de su álbum en vivo Live & Loud, parte del No More Tours de 1993, supuesta despedida de Ozzy, esperaba un set más completo, pero claro eso fue hace 25 años.

Para concluir, esta edición del festival quedará marcada por la lluvia del día anterior; la despedida de tres piezas clave del Hard Rock y Heavy Metal; y las nuevas bandas que vienen con todo como Mastodon, Gojira, Kadavar, Nervosa, por nombrar algunos.

También, no podemos dejar del lado la consagración de bandas nacionales como S7N, Tulkas, The Warning y Los Viejos; así como resaltar que a las bandas de culto aún les queda cuerda para rato como Megadeth, Overkill, Bad Religion, L7, Testament, Saxon y Gwar. 

Por último, resaltar que se pueden hacer cosas de mucha calidad en cuanto a organización, instalaciones, logística, seguridad y algo muy importante, que todos pusimos de nuestra parte para que el evento no se saliera de control cuando esto parecía inminente. Esperemos que tengamos Hell and Heaven para rato.

Súpeg Malou

El festival cerró con un tributo a todos aquellos seres legendarios que nos han dejado en el paso de los últimos años, Bowie, Lemmy y Dio tal vez fueron los más ovacionados.

No debemos de olvidar la mención honorífica de los Wicked Ones, ganadores del Road to Hell and Heaven y que tuvieron la nada fácil tarea de cerrar el True Metal Stage al mismo tiempo que Deep Purple.

No olviden visitar nuestras galerías exclusivas directas de la lente de Whatafack, lo pueden hacer aquí, acá, de este lado, aquí también y por allá.

Así como despedimos a un Ozzy, cansado, que por momentos se veía desesperado tal vez por la altura que le hacía perder aire y que por momentos le hacía bajar el volumen de su voz, pero con  toda la maldita actitud que exige el estilo de vida y culto al Metal y a la distorsión, emprendimos el éxodo para salir de las entrañas del Autódromo Hermanos Rodríguez, que por momentos se hacía eterna por la enorme cantidad de gente que pretendía irse al mismo tiempo.

Fue en ese momento que muchos de los quejosos de que el festival se realizara en viernes y sábado, agradecían que ahora tenían el domingo para descansar sus cuellos, costillas y pies, así como a Ozzy, el tiempo cobra factura. 

Tal vez los más  jóvenes, los Trve, o los que solo asistieron el segundo día, aún tenían energía para ir a echar un par de tragos coquetos, por parte de su servibar, la noche debía consagrarse con unos tacos, tal vez un par de tragos coquetos después, total, tenía más de 24 horas sin dormir, qué tanto era esperar un par más… 

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