Para EL CLUB DEL ROCK – TIM DRAKE
Enrique Bunbury es un personaje acostumbrado a darse baños de controversia. Algunos tenemos la teoría de que muchas veces lo consigue con una naturalidad autentica en su toma de decisiones tan radicales y otras veces con una naturalidad “perfectamente planeada” e igualmente radical. Y este texto puede resultar tan arbitrario como ficticio, tan mordiente como complaciente y tan subjetivo como se le quiera ver, lo que se intenta es poner los restos del naufragio sobre la mesa con las últimas declaraciones en torno al contradictorio Bunbury.
Héroes del Silencio emergió como una bomba que simplemente los convirtió en auténticos portavoces del rock español, su agresividad y contundencia derrumbó la imagen popera de bandas como los Hombres G entre otros. Desde el principio el que robó cámara, fue el vocalista, un tipo delgado, histérico y dotado de una voz poderosa y prácticamente indescriptible; con una actitud escandalosa e irreverente y con un voraz protagonismo. Nació un rockstar español llamado Enrique Bunbury. Y junto a Bunbury, como sucede con figuras polémicas, surgieron dos sectores totalmente opuestos: la de los incondicionales fanáticos y la de sus más acérrimos detractores. Ambos vieron el meteórico ascenso y el posterior declive de los Héroes del Silencio, lo que no imaginaban era la cambiante y experimental carrera en solitario del vocalista en los años por venir.
El asunto no tiene que ver con sus múltiples cambios de look, sus viajes e incursiones en diversos géneros musicales, sus posturas accesibles o poses de divo, ese no es el punto. La mención refiere a la declaración realizada por el cantautor acerca de su retiro indefinido de los escenarios para enfocarse en otros proyectos, incluidos los familiares. Y eso tampoco tiene nada de extraño, hay bandas y músicos que se toman descansos gigantescos para volver a grabar algo o pisar un escenario. A lo que vamos es a la reacción que provocó el español para algunas personas; la natural en sus detractores fue festejarlo y hacer cualquier cantidad de comentarios celebrando el acontecimiento, lo cual también es normal; pero la que resultó más extraña fue la de los fanáticos, los cuales se cortaban las venas y lamentaban el asunto, como si el autor de “La Chispa Adecuada” se retirara para siempre, algunos hasta lo compararon a cuando abandonó a Los Héroes del Silencio.
Todos tienen el derecho a sufrir como cada quien le parezca sus “perdidas”, el asunto aquí es que, al menos para mí, fue muy claro que solo es un retiro INDETERMINADO, jamás se mencionó un “hasta nunca”.Además, el zaragozano, siempre ha sido contradictorio por naturaleza, eternamente dijo que nunca se reuniría con sus antiguos compañeros para tocar con Héroes del Silencio y en el 2007 se dio lo contrario, en la época tormentosa del tour Viaje a Ninguna Parte abandonó conciertos y escenarios a la mitad del show, manifestando un retiro de los escenarios porque ya no se sentía feliz haciendo lo que antes amaba y ya vimos que no fue así.
Alguna vez una experta fan “Bunburesca” señaló una frase muy acertada: “Nunca le creas a Bunbury lo que diga”; no porque sea mentiroso y no porque todo lo que diga sea falso, simplemente creo que el fan “Bunburyano” debe vivir con la idea de que si algún día, su ídolo, dijo o decidió algo, al siguiente día puede ser muy diferente su decisión. Es por eso que me resulta extraño que muchos conocedores y entusiastas acérrimos de Bunbury se espanten con una declaración como la que hizo hace un par de días. Enrique Bunbury seguramente cuenta con muchísimos nuevos fanáticos y que, quizá, jamás escucharon su canción “Contradictorio”, en la cual señala: “…Y si ayer dije blanco y mañana de un salto me he pasado al negro, no lo veas extraño, aun ando buscando dónde me quedo”.
Cuando Bunbury regrese a los escenarios, si es que lo hace, no sabremos si regresará el rockstar de los 80’s o el ser indefinido vestido de cowboy, no sabemos que diga y que vaya hacer después; la respuesta quedará en el aire, guardada en críticos, detractores y fanáticos, quienes al escucharlo nuevamente entrarán en trance de tranquilidad y armonía o bien se darán de topes mientras lo maldicen por regresar. Finalmente, la música entrega estas controversias, siempre tan contradictorias.
Solo por un tiempo… Don’t worry.
No cantara la canción Flaca jamás…