En 1985 apareció un cassette casero grabado en Lince que pronto comenzó a circular fuera de Lima. Primera Dosis no se quedó en los márgenes de la ciudad, viajó en manos de viajeros y coleccionistas hasta llegar a punks de México, Chile o Argentina, que encontraron en esas canciones un reflejo propio y cercano. Ese eco continental convirtió a Narcosis en una referencia inesperada, demostrando que el punk podía adaptarse al castellano sin perder intensidad ni credibilidad.
El aniversario número cuarenta se celebrará el sábado 30 de agosto en el Teatro Leguía con un concierto especial en el que la banda interpretará el cassette completo. La cita recuerda cómo un demo artesanal se convirtió en símbolo compartido entre distintas escenas latinoamericanas, mucho antes de la era digital. Lo que empezó en una sala limeña terminó inspirando a generaciones de músicos que reconocieron en Narcosis un camino posible para expresarse sin ataduras industriales.
La noche será aún más rica con la presencia de invitados que representan distintos capítulos de la historia alternativa del Perú. Morbo, Voz Propia y Montaña se sumarán a la velada, aportando trayectorias que dialogan con el legado subterráneo. Su participación conecta a Narcosis con un linaje que sigue vivo, demostrando que la escena se renueva sin perder la raíz que encendió aquel cassette.
Asistir al Teatro Leguía en esta fecha significará reencontrarse con un material que nunca buscó traspasar fronteras y sin embargo lo consiguió. Primera Dosis se volvió un idioma común entre bandas y oyentes de distintas ciudades latinoamericanas. Escucharlo ahora en vivo, en compañía de grupos herederos de esa tradición, será volver a comprobar que un gesto nacido en Lima todavía resuena con fuerza más allá de sus calles.
