Para EL CLUB DEL ROCK – TIM DRAKE
Durante un soleado día de julio miles de fanáticos del metal y sus variantes atestiguaron una edición más del Corona Hell and Heaven Metal Fest 2016, donde la fiesta metalera tuvo un destacado acento alemán. Decenas de propuestas y bandas consolidadas, de los géneros metaleros se mostraron ante propios y extraños en los múltiples escenarios disponibles del Autódromo Hermanos Rodríguez.
Una de las grandes sorpresas del festival fue la participación de la banda Koyi K Utho quienes contaron con la participación de Emilio Rodríguez, baterista fenomenal a su corta edad, y que se aventó el conocido “palomazo” con la banda colombiana. Momento para el anecdotario del joven baterista y para la banda, que quizá debió haber contado con un horario más importante para mostrar todo su potencial audiovisual.
Voivod dejó una actuación sublime nuevamente en la CDMX, con un poderío impresionante, se llevó al público en el bolsillo que le respondió de forma justa y apasionada. Fue uno de los momentos donde se pudo mezclar el público joven con el público experimentado, demostrando que esto no es una cuestión de edades, razas o géneros si no de pasión musical. Fue una cátedra de una autentica leyenda del trash metalero.
Dragon Force desató la violencia musical y los gritos del respetable gracias a una guitarra poderosa y una voz fulminante encendiendo las pasiones de los espectadores que vieron la técnica de esta banda de forma impresionante. Finalizando Dragon Force inmediatamente, para no bajar los ánimos, se presentó Amon Amarth y su death metal, plasmando todo su poderío a base de riffs, armonías portentosas y vigorosas sobre el escenario; la gente coreaba las canciones y pedía más de la poderosa banda, que cuenta con un estilo propio muy definido, de calidad fantástica, aunque a decir de muchos es muy poco lo que se reinventan.
La leyenda de Sepultura y sus cambios de alineaciones no impidieron que la gente se le entregara a la banda como si fuera la alineación original, una banda que no gozó de un escenario principal y sin embargo atascó con la presencia de sus fieles seguidores, dando un show profesional y bien llevado. Sepultura sigue siendo una banda brutalmente demoledora que no ha bajado su pesadez y calidad, una maquina inigualable de riffs densos. Hubo slams, tipos sangrando, cerveza volando y chicas moviéndose ruda y sensualmente con los acordes metaleros de esta banda.
Lo de Suffocation fue asombroso. El sonido fue espectacular y contundente, miles de personas se reunieron para presenciar un setlist compacto y poderoso, la banda se escuchó y entregó como dioses o demonios o ambos, se presentó con poder, precisión, fiereza, voz demoledora, riffs machacantes, un show agraciado; batería y bajo precisos, moshpits atroces en el momento puntual del Hell and Heaven, una banda que dejó todo en el escenario para un público que se sucumbía a sus atribuciones musicales. Suffocation fue de lo más memorable sin duda para los que lo presenciaron.
Otra proverbial banda se presentó en el festival: Twisted Sister, simple y sencillamente son una leyenda. Llegaron al Hell and Heaven 2016 con su llamada gira de despedida, sinceramente no se ve la razón por la que se despiden, esa presencia escénica con su hard rock, glam metal, heavy metal y demás es bestial, además, acompañados por el fenomenal Mike Portnoy en la batería los hace una banda excepcional. Twisted Sister le dio al festival ese toque fantástico de nostalgia. Dee Snider ilustre y eminente, sin tomárselo tan en serio, con su actitud divertida hizo que el set fuera demasiado disfrutable, rayando en lo glorioso que solo este tipo de bandas legendarias te pueden otorgar.
El headliner, Rammstein y su legión de seguidores tenían finalmente su momento esperado en el festival. Fue un show brillante, la banda heredera de la más pura tradición del “Shock Rock” al estilo visual de Alice Cooper, Manson, o los New York Dolls deleitaron a los asistentes. Está por demás mencionar la gran convocatoria que se reunió para solo ver a la banda alemana. Rammstein les dio una buena dosis de rock pesado, oscuro. Fanáticos que realmente cantaban y pronunciaban un alemán perfecto en todas las estrofas, coros y cada una de las canciones. Sonaron todos los hits que debían sonar, no hubo quejas de las canciones escogidas para el setlist, desde “Reise, Reise” hasta “Du Hast”, pasando por “Keine Lust”, “Seeman”, “Amerika” y “Engel”, destacando el cover a Depeche Mode, “Stripped” y el segundo encore con “Te Quiero Puta!” para cerrar con broche de oro una noche despiadada de metal. Una gran banda, para un gran escenario, en un gran festival, ante un público que se ganó un aplauso y mención honorífica aparte, ya que batalló ante varias situaciones externas a la música y que volvieron a fallar por parte de los organizadores.